Calima Roja

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15 DEKÉMVRIOU

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Hace más de doscientos años, mis antepasados descubrieron el séptimo continente.

A pesar de estar curiosamente deshabitado, se encontraba lleno de recursos naturales que lo hacían más que deseable.

Mi antepasado, un ex marqués español exiliado, tras desembarcar con su flota de barcos y contemplar la belleza del nuevo continente sin dueño, decidió regalárselo a su amada esposa griega. Quien lo nombró Tasmanti.

Ambos llevaron a sus familias y seres queridos a vivir al nuevo continente en el que pretendían construir un nuevo mundo. Por supuesto, cuando la noticia del descubrimiento se filtró, otros quisieron apoderarse de las nuevas tierras. Especialmente los reyes de España y Gran Bretaña, ambos reclamando para su corona el derecho sobre el "tesoro" debido a los orígenes mixtos de mi antepasado.

A pesar de todo, mi antepasado decidió no rendirse y luchar contra todos los que intentaran arrebatarle el que sería un hogar no solo para él y su familia, sino para todos los habitantes de la isla griega Cyanida. Isla donde su esposa nació y que estaba apenas sobreviviendo a la cruel amenaza de la conquista turca.

Los reyes de las principales potencias de esa época hicieron pactos y alianzas para repartirse el nuevo territorio, seguros de que podrían ganarlo fácilmente. Pero el destino tenía otros planes y, por alguna misteriosa razón, todos los barcos que zarpaban en dirección al nuevo continente nunca lo encontraban. O desaparecían o terminaban hundidos de forma trágica.

Muchas leyendas se formaron debido a eso. Una de ellas decía que la gente de Cyanida era descendiente de los atlantes y que estos visitaron numerosas veces la isla antes del hundimiento de la Atlántida, dejando a muchos de sus hijos en ella. Hijos que contaban con el favor de los dioses.

Otros pensaban que más que una razón sobrenatural, lo que había era una ruta secreta cuyas coordenadas estaban celosamente protegidas por mi antepasado.

Por la razón que fuera, nadie más pudo encontrar nunca el camino hacia Tasmanti. No importa cuántos lo intentaran en los siguientes años.

Incluso en la actualidad, nada puede volar o navegar hasta aquí. Una rareza que ha convertido a Tasmanti en el lugar más seguro del mundo. Sumando eso a su alta calidad de vida y avances tecnológicos, no es de extrañar que sea un sueño vivir aquí.

Incluso si ese sueño me incluye a mí.

Mi familia es la realeza y yo soy como Simba. Todo lo que veo un día será mío.

Los habitantes de Tasmanti viven temiendo ese día.

☄️

—¿Qué haces, Dee?

—Es domingo por la mañana —respondo sin dejar de dibujar en mi tableta gráfica—. ¿Qué crees que hago?

Dorian Vogiatzis, mi mejor amigo y el chico dorado de Foxley, se ríe.

—¿Otro diseño del vestido para tu τεlετου? ¿Cuántos van ya, quinientos?

—Casi, este es el número trescientos veintiséis —aparto la mirada del diseño del vestido turquesa para mirar a la pantalla del PC Exéli All-in-One sobre la mesa de mi estudio.

Dorian está en su habitación del Lycēu, viéndose tan increíblemente guapo como siempre. Su pelo rubio oscuro está perfectamente peinado y la alegría hace brillar sus encantadores ojos del color del chocolate fundido.

—Harás que cualquier vestido que uses se vea espectacular. No tienes que preocuparte tanto.

—Lo sé, pero quiero llevar algo realmente especial.

En la comunidad de Foxley, el τεlετου es el evento más importante de nuestras vidas. No es solo un cumpleaños, es el rito de paso a la vida adulta. Y ocurre justo antes de dejar nuestras casas para ir al Lycēu.

—Yo también quiero que sea un día especial para ti.

La suave insinuación en su voz consigue ponerme algo nerviosa. El τεlετου es una celebración de varios ritos y uno de ellos consiste en escoger un compañero con el que adentrarse en la vida adulta. O sea, tener sexo.

Por supuesto, el rito no es una obligación y puedes rechazarlo, pero nadie lo hace ya que es una tradición esperar hasta tu τεlετου para perder la virginidad. Muchos esperan hasta ese día para confesar su amor a la persona que les gusta eligiéndola; otros confirman su amor al elegir a su pareja y otros simplemente eligen a alguien que les atraiga y que les diga que sí. Porque siempre existe el riesgo de ser rechazado. Y puede llegar a ser un rechazo muy humillante; lo vi de cerca una vez. Pobre chica.

Sé que Dorian espera que lo elija igual que lo esperan todos los demás. Nuestra relación siempre ha sido exclusivamente de amistad, pero nunca he escondido mis sentimientos por él.

—¿Vendrás para las vacaciones de verano? —cambio de tema porque de momento lo único que me interesa de mi cumpleaños es que sea el mejor que nadie ha celebrado nunca. En los ritos ya pensaré después.

—¿Te dijeron tus padres que iremos a las cabañas de la isla este año? Everly y su madre también van a ir.

—No te hablaré si pasas tiempo con ella—Mi amenaza no es un farol.

Dorian suspira exageradamente mientras niega con la cabeza, metiéndose en el papel.

—¿No podemos ser todos buenos amigos?

—Tú eres mi único amigo; los demás son solo caras con máscaras felices.

El suspiro de Dorian esta vez es real y su mirada se vuelve preocupada.

—Te quiero, Dori —le digo antes de que trate de decir algo que no sirva de nada.

La felicidad brilla ahora en sus ojos como siempre que digo esas palabras que él sabe que no le digo a nadie más, ni siquiera a mis padres.

—Yo también te quiero, Dee.

☄️

Lo primero que veo al salir de mi estudio es el retrato de mi abuela.

Con el pelo rubio ondulado, los ojos verdes y la piel dorada, todos rasgos típicos de los Chrysomallis, mi abuela fue considerada una de las mujeres más bellas del mundo y no hubo quien no cayera rendido a sus pies.




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