Capítulo I
Y quizá, a veces estamos tan perdidos que no lo vemos.
Gire mi cabeza hacia la persona que sujetaba mis hombros y antes de que pudiera hablar el chico sin nombre, hablo.
-Deberías ver mejor el camino, no quisiera que mi primera y única estudiante muera antes de la primera clase. - Sonrió al ver mi cara de póker. -Un buen profesor cuida a sus alumnos.
- ¿Te parece divertido? -pregunte con mi habitual mala cara.
- ¿Qué cosa? - Contesto mirándome a los ojos, con una sonrisa de idiota mientras fingía inocencia.
-Tsh, como sea. - Conteste antes de pasar la calle, dejándolo ahí plantado; di dos pasos y me giré para decirle. - Prefiero el termino estudiante, "alumna" lo considero un tanto...ofensivo.
Y seguí mi camino a casa, simplemente era pasar una calle y entrar al conjunto residencial. Seguí pensando en mi día y las estupideces que cometí desde el principio; aunque por lo menos conseguí el chico sin nombre se quedara pensando en esa palabra, podremos ver que tan bueno es para investigar.
-Estoy en casa. - Dije mientras Luffy entraba detrás de mí y observe como Kaira intentaba pasar para saludarme, pero Rambo estaba en medio, no parecía querer moverse, me reí y los salude a ambos cuando pase.
Mis tres gatos, la única compañía leal que he tenido, la mejor elección, mi mejor casualidad. A los tres los adopte de manera curiosa, tanto que, hasta mi primer gato, o sea Rambo, tiene su nombre por eso; Kaira es hermana de él, la adoptamos al día siguiente que adoptamos a Rambo, y Luffy; era un gato callejero, estaba en malas condiciones y aunque aún no aprende a usar el arenero, es muy cariñoso.
Los amo con mi vida, igual que a mi familia, bueno, todos hacen parte de mi familia en algún punto y agradezco mucho por eso.
La tarde paso rápido, leía un poco en mi celular cuando escuche al gato maullarle a la puerta.
- ¿Qué quieres, Luffy?
-Miau.
-Ya es hora, eh. -Dije observando el oscuro cielo que se veía en mi ventana.
Me vestí lo más rápido posible y saqué a Luffy, el gato con complejo de perro.
-Luffy no te me pierdas por favor. - Unos minutos más tarde le rogué al gato, al cual sacaba sin correa porque era innecesario, él me seguía.
Aunque le gustaba quedarse debajo de los autos y después estaba yo como estúpida intentando sacarlo para irnos a casa.
- ¿Estas buscando algo? - Menciono una voz ronca que hizo que mi piel se helara, no puede ser...otra vez no.
Uhhh, así que está aquí. -Comento mi conciencia.
- ¿Me estas espiando? - Pregunte con desprecio en mi voz
-No sé si lo sabias, pero responder a una pregunta con otra no está bien, se más respetuosa, Stone. - Contesto cortante el chico.
- ¿Se puede saber cómo sabes mi apellido? -Pregunte igual de cortante
Hizo una seña que tipificaba un "no", supuse de inmediato lo que significaba "no voy a contestar, yo pregunté primero", como me daba igual, simplemente respondí.
-Estoy buscando a mi gato, se llama Luffy.-Comente sin mirarlo directamente.
- ¿Hablas de este gato? - Señalo al gato que rodeaba sus pies, mientras él lo acariciaba.
-Le caes bien a Luffy, que extraño...como sea ¿Cómo sabes mi apellido? ¿me espías? - Dije casi alterada.
Al no obtener respuesta inmediata rodé mis ojos y me quedé mirando el cielo, ojalá se vieran las estrellas. El silencio reino entre ambos hasta que sentí una oleada de viento desordenando un par de mis mechones de pelo. Lo mire de nuevo, mientras él me miraba de una forma difícil de explicar. Trague saliva al darme cuenta de que estábamos solos, mirándonos.
Su silencio era extraño, tanto que me hacía preguntarme que pensaba.
Él sonrió, se acercó a mí y mientras tomaba uno de mis mechones dijo.
-No te estoy espiando, solo se tu apellido por la cantidad de veces que lo menciono el imbécil de matemáticas. - sentí las yemas de sus dedos rosar mi mejilla y subir hasta mi oreja, dejando atrás aquel mechón. -Pienso que deberías ir a casa Stone, te ves muy nerviosa.
No podía dejar de mirar su sonrisa, de alguna manera era hipnotizante, ni siquiera podía importarme menos lo que acababa de mencionar, yo estaba perdida en mis pensamientos y en el rose de sus dedos, era agradable, pero no lo entendía. Es...extraño.
El definitivamente es extraño. -Pensé viendo cómo se alejaba.
Me senté en la calle mientras Luffy giraba a mi alrededor, lo acaricie y mire el cielo de nuevo.
- ¿Por qué será tan difícil ver las estrellas? -Tome aire y suspire. -La noche es hermosa, pero sin las estrellas, es algo...simplemente falta algo.
Editado: 13.08.2024