Calimanía

El chico sin nombre por siempre

O solo no lo aceptamos.

Alexis

-Claro que te lo dire.-Comente viendo desde mi posición como ella se acercaba inocentemente.

Parece un gatito que tiro un jarron al piso.

-Pues dimelo.-Dijo poniendo su habitual cara de poker.

¿Habitual? ¿Pues hace cuanto la conoces?

Eso no importa ahora.

Lo que me importa es su expresión, su cara de poker se ve más como un puchero.

-Pero.-Me sente de golpe y cuando note los centímetros de diferencia que teníamos y su cara de shock, le susurre.-¿A cambio de que?.

-¿Cómo?.-Dijo sonrojandose un poco.

-¿A cambio de que?-Ya me estaba poniendo nervioso, sin embargo decidi acercarme un poco mas.-¿Que me daras si te lo digo?.

Me hipnotiza su olor, es indescriptible lo delicioso que es su perfume, solo hace que me quiera acercar mas y eso me preocupa.

-Alexis y Stone, dejen la coqueteria y trabajen.-Escuche la voz de Johnson a lo lejos.

-Quitate y trabaja, imbecil.-Con sus manos en mi pecho me empujo y como no me lo esperaba, me cai.

>>Asi que…Alexis.-Dijo Stone con burla y una sonrisa victoriosa en el rostro al verme tirado en el piso.-Al parecer no tuve que darte nada.

-Como sea.-Mencione con tono de derrota.-Ahora te toca hacer el ejercicio a ti, Stone.

Me miró con cara de súplica, ella no quería hacer ejercicio, le dije que no con mi cabeza, ella rodó los ojos e hizo el ejercicio; no puedo negarlo, le costó bastante ¿hace cuanto no se esforzaba por hacer ejercicio?, meses quizá. Tenia muchas preguntas sobre ella, era bastante rara, si es que esa es palabra suficiente para describirla. Perdido en mis pensamientos no pare de observarla mientras ella hacia el ejercicio, aun sentía el leve olor de su perfume.

-¿Qué me ves idiota?.-Dijo ella con una mirada que denotaba unas ganas inmensas de golpearme.

Aun así no podía tomarla enserio, se veía como una niña haciendo un puchero.

-Te ves linda cuando te enojas, niña tonta.

No pude evitar sonreír, porque quizá era mi impresión pero sus mejillas se tornaron de un color carmesi sutil, siendo sincero, pese a lo rara era muy linda.

-Eres un completo idiota.-Fue lo único que dijo antes de levantarse e irse en dirección opuesta a la que yo me encontraba.

-¡Minioooon!.-Oi la voz de un chico.

O grito, como se categorice eso.

-Ay no, que hizo este pendejo ahora.-Escuche mencionar Stone, la cual no había ido muy lejos.

Quedé atónito, nunca la había visto correr, no corría ni en la clase donde tenía que hacerlo por obligación, ví como cuando alcanzó a aquel chico le dio un golpe en la cabeza, puse una mano en mi boca para evitar reír.

-¿Cómo puedes ser tan agresiva?- Le oí mencionar a aquel chico.

-Eres un pendejo, Natanael- Dijo Stone.

-Ni siquiera te he contado lo que hice.

-No, pero ya sabia que habías hecho algo.

¿Natanael? Interesante.

Yo pensé que solo te insultaba a ti.

-Con razón somos mejores amigos, Scarlett.

Scarlett, ella se llamaba Scarlett, Scarlett Stone, suena interesante.

¿Lynn Stone? Viven en un país tercermundista y sus apellidos parecen sacados de películas de Hollywood, sus hijos estarán decepcionados.

Pero de que carajo hablas, tu.

De camino a casa que para mi suerte o desgracia era en el mismo conjunto residencial que el de Stone, note que ella estaba comprando dulces, compraba demasiados, eso no podía estar bien para su salud.

Al llegar a casa, lo único que quería hacer era absolutamente nada, sin embargo la consola de videojuegos que estaba posicionada perfectamente, me llamaba a jugar. Sabia que no podía jugar mucho, pero habían pase alrededor de cuatro horas pasando unos cuantos niveles, claramente ni siquiera había almorzado.

-Joder.-Es lo único que pude pronunciar al ver a mis padres llegar.

Resumamos el sermon; ahora estoy castigado sin salir y sin videojuegos, aunque la segunda opción era una verdadera tortura, no entendí la primera, si no salgo de esta casa nunca, es como si mi madre previniera algo estupido que iba a hacer.

Podría ser cualquier cosa viniendo de ti.

Después de las seis de la tarde, mi celular quedo sin batería y yo sin cargaodr, puesto que mi madre no pensaba darme opciones para entretenerme a eso sumémosle que no había comido nada y ya me estaba enfadando por eso. Me quede acostado en mi cama reflexioanado y mirando al techo, estúpido techo.

A veces quisiera ser mas creativo y poder hacer algo de arte, quisiera alejarme de la tecnología y tener una inspiración para algo, quizá escribiría un poco, pero me falta inspiración. Y aunque podría leer un rato, mi hermana no esta para que me preste uno de sus libros.

¿Dónde estará Mikaela?

-Luffy por favor.-Escuche una voz de suplica en mi ventana.-¿Dónde te metiste?

Yo conocía esa voz y el nombre de ese gato. Me quede observando la ventana unos segundos antes de levantarme, se que no debería pero no tengo nada mejor que hacer, pensé que ella me notaria pero decidí arriesgarme, me asome a la ventana para verla.

¿Con que cosa rara saldrás ahora, Stone?

-Luffy, dime por favor que no te quedaras ahí.-Dijo entredientes mientras le daba una mordida a una galleta.

Como puede comer tanto y no crecer, pensándolo bien, se ve mas pequeña de lo normal desde aquí. ¿Qué esperaba que pasara? No comprendo porque le da tantas vueltas a los mismos dos carros pensando que así saldrá el “condenado gato”, como ella misma lo llamo. Aunque debo de admitir que es divertido ver como hablaba con ella misma como si estuviera sola mientras observaba su celular.

-¿Te gusta lo que ves?-Dijo ella y alerto cada parte de mi, me escondi e hice silencio como si pudiese oír hasta mi respiración.-Como me gusta esta historia, oh ¡Luffy no te vayas¡

-Dios pero que susto.-Mencione aliviado a que ese comentario no hubiese sido para mi, estoy seguro de que esa chica me hubiera matado.




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