Calista.

No es un sueño.

El brillo del sol se filtraba por las cortinas y uno de ellos se coló hasta el rostro de Calista, ella despertó súbitamente. Miro alrededor, el cuarto estaba vacío, espero atentamente ante cualquier ruido extraño. Nada paso.  

Soltó un suspiro de alivio. Todo había sido un sueño. Rio para sí misma al pensar que algo tan ridículo como eso realmente podría pasar. Últimamente había tenido tanto trabajo con las diferentes empresas en las que trabajaba y la fecha límite estaba cerca por lo que tener sueños extraños por el cansancio era normal.

Reviso el reloj, tenía tiempo de sobra así que aún con nervios salió de la cama y bajó lentamente la escalera para encontrar su sala completamente despejada, suspiro de nuevo. Ahora más aliviada y segura camino a la cocina. 

La sonrisa se quito cuando al dar unos pasos dentro vio a la enorme figura de espaldas a ella que ocultaba, por el sonido del agua filtrándose, un desastre en el lavabo. 

  ͞   Demonios...estara muy molesta si ve esto...  ͞    susurró Kellan completamente ajeno a su presencia. Calista no pudo contenerse y solto una risotada que hizo que él volteara rapidamente   ͞   Lo siento. He destruido...esto. 

  ͞   Realmente no puedo creer que todo no haya sido un sueño.

  ͞   Pero no es así. Estoy aquí.  Además ya te lo explico el castor. 

  ͞  ¿Castor? ¿Te refieres al tío Ancel? 

— Sí, a ese pequeño hombre con cabello rojo y dientes prominentes no puede ser llamado se otra forma. 

Calista lo inspeccionó, su altura realmente era algo de qué hablar, su cuerpo parecía muy bien trabajado, y su rostro era precioso. —Tienes razón, a tu lado la mayoría de los hombres empequeñecen. Dejame ayudarte con eso.

Ella se acercó al lavabo, él no había roto la llave del agua simplemente lo había girado mal así que no tenía que llamar al fontanero. Giro al lado contrario y el tubo quedó justo. El agua dejo de salir. —Listo. 

Él se quedó mirándola y al tubo sucesivamente, el seño en su frente era divertido. Así que no pudo evitar reír de nuevo. — Es increíble ¿Cómo es posible esto? 

—¿Qué? ¿El agua? Bueno no sé exactamente cómo pero sé que es enviada mediante presión desde algún lugar y mientras esté pagando por el servicio no hay problema. Solo no uses demasiada fuerza al abrirlo o podría romperse completamente. 

—Lo siento. — dijo él. Ambos se miraron unos segundos y parecía que él iba a decir algo más pero el gruñido que salió de su estómago se adelantó. El sonrojo en su rostro subió aceleradamente, ella para guardar un poco de su orgullo no mencionó nada al contrario dijo—¿Desayunamos ya? 

La mañana había sido inquietante pero extrañamente Calista se estaba acostumbrando a su presencia. Ella estuvo en su escritorio la mayoría del tiempo, haciendo balances y cuadrando las cuentas de gastos de las empresas para luego enviarlas. No parecía mucho pero ella siempre terminaba con la espalda adolorida por las horas que estuvo sentada tecleando en su laptop. Este día había terminado algunos presupuestos y varias incongruencias de sus contratistas así que estaba realmente cansada pero satisfecha. Fue a la sala para encontrarse a Kellan dormido en el sofá. Después de desayunar le habia dicho que no la molestará mientras trabajaba, al verlo ahora se sentía culpable, ella no considero si él se aburría o tenis hambre o si tenía alguna necesidad. Así que cuidadosamente subió las escaleras hasta su habitación, busco entre los cajones. Aún había ropa de Álex, su ex pareja. El recuerdo la sacudió e izo que un escalofrío recorriera su cuerpo, lo alejo inmediatamente pero aún así se sentía intranquila, continuo su búsqueda y lo encontró. Pero nada de la poca ropa que había iba a cubrir un poco de la enorme pila de carne que dormís en su sofá. Siguió buscando un poco más hasta que encontró un pijama, era elástico así que serviría de algo. Bajo hasta la sala con cuidado. Él seguía dormido, la saliba salía un poco de su boca, ella de rió internamente, éste era el general celta más temido que hubiera existido y ahora babeaba sobre su brazo. 

— Hey, despierta. Lo sacudió e inmediatamente él se despertó. —Tranquilo, todo está bien pero si sigues durmiendo así te dolerá el cuello. 

— Disculpa mi indiscreción. 

—No hay problema siéntete libre de usar la casa a ti gusto pero toma. — Ella le entregó la pequeña pila de ropa azul. — Sé que no es mucho y que posiblemente no va a quedarte bien pero es lo único que tengo para que te cambies. Lo que traes puesto ahora no parece muy cómodo que digamos así que pensé que podrias usar esto mientras consigo algo de tu talla. 

—No hace falta, puedo estar bien con esto. Hubo incluso un tiempo donde no tenía algo sobre mí así que no te preocupes por eso. 

Un pinchazo le atravesó el corazón, sentia pena y vergüenza al mismo tiempo. —Debio de haber Sido duro. Cuánto lo siento. 

—No te disculpes, es algo normal en mi tierra. 

— Solo toma la ropa además si vas a quedarte conmigo entonces la necesitaras. Puedes cambiarte en la habitación de arriba. Ah y por cierto, deje unos zapatos para que te los pongas también. Si quieres darte una ducha solo gira la llave izquierda de la pequeña habitación que está a la derecha de mi dormitorio y saldrá agua caliente, mientras yo haré la cena. 




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