Capítulo 6: El entrenamiento

Con la verdad finalmente revelada, Cambell empezó a sumergirse en el mundo de la magia que había estado oculto ante sus ojos durante tanto tiempo.

Henry se convirtió en su mentor, enseñándole los fundamentos de sus habilidades mágicas y la historia de su linaje. Las lecciones comenzaron con ejercicios simples para controlar su energía. Cambell descubrió que tenía un talento innato para la magia, y su progreso fue rápido.

Pronto, podía crear pequeños destellos de luz, cambiar la forma de objetos inanimados y comunicarse con la naturaleza que la rodeaba.

A medida que su entrenamiento avanzaba, Cambell se adentraba cada vez más en el mundo mágico. Descubrió que había otros seres como a ella, algunos aliados y otros enemigos, y aprendió a distinguirlos. También comenzó a comprender el propósito de su existencia: ser la guardiana de un antiguo equilibrio mágico que mantenía a raya las fuerzas oscuras.

James, quien había estado a su lado desde el principio, la apoyaba en su viaje, y su relación se profundizaba a medida que enfrentaban distintos desafíos y peligros. La conexión que compartían crecía con cada día y su amor se fortalecía con cada obstáculo que superaban.

Sin embargo, no todo era armonía en su vida. La comunidad seguía siendo un lugar dividido, con algunos miembros que se oponían ferozmente a la revelación de la magia y la existencia de Cambell. La tensión crecía a medida que ella se convertía en una figura central en la lucha por el equilibrio mágico.

Cambell enfrentaba no solo los desafíos de su entrenamiento mágico, sino también la responsabilidad de proteger a su comunidad y mantener el secreto de su existencia a salvo de aquellos que buscaban explotar su poder.

El misterio que la rodeaba se había convertido en una verdadera odisea mágica, y su historia de amor se afianzaba en medio de la adversidad y el descubrimiento. El camino que había elegido la llevaría a enfrentar desafíos mayores, mientras luchaba por equilibrar su vida entre dos mundos: el cotidiano y el mágico.