CAP. 3- DIANE COLLINS
Y si, seguíamos en esa habitacion donde la tension ya se habia encargado de embriagar el ambiente. Si, todo habia sido un tanto impulsivo, pero habia tantas cosas que parecia que mi boca no estaba perfectamente conectada con mi cerebro. La luz que entraba por el ventanal me ayudaba a aliviar un poco mi cabeza, despues de todo el lio en esa extraña sala de reuniones. A penas y me habia dado cuenta de que la habitacion era como cualquier otra: una cama con sus respectivas mesitas de noche y un escritorio de madera completamente vacio, era todo.
Tras ese momento que al menos para mi parecio infinito, su voz volvio a llenar mis sentidos, provocando que jugara con mis manos.
—Diane, no solo se trata de decir por decir—dijo acercándose para atreverse a tomar mis manos, tras una leve mirada—Es una decisión... precipitada. Si lo hago, tendras que dejar a todos tus amigos, tu familia, todos tus conocidos y no creo que ese sea el destino que tu te mereces. Tu mereces tener una vida... propia. Una en la que disfrutes de cada momento. Una en la que no tengas que vivir bajo las ordenes de un reino cruel y manipulador. Mereces algo mejor que yo en tu vida...
—Blair—lo interrumpí antes de que siquiera pudiera seguir— Mis padres me odian, mis amigos ya no creo que sean mis amigos, y no lo digo por que se hayan olvidado de mi cumpleaños, sino por que nunca lo fueron, solo eran... conocidos. Eran amigos de Ander, eso estaba claro, pero míos nunca fueron y créeme que tener que vivir siendo ignorada todos los días es como si me estuviera pudriendo con el tiempo, tratando de sobrevivir de las sobras de los demás y no es agradable saber que despues de todo, estoy sola...
—No te conozco en absoluto, Di, y también es algo demasiado grande para mi—dijo y me dio un apretón en las manos para despues acariciar mi mejilla con los nudillos de su mano—Te dire una cosa. Jamás en mi vida me ha gustado estar atado a una persona. Para mi todo es juego, diversion. Puedo admitir que nunca le he dicho un "te amo" a otra mujer que no sea mi madre y...
—Creo que lo entiendo—murmure y quite bruscamente su mano de mi mejilla—Lo siento, fui muy egoísta. Creo que lo fui demasiado. ¿En que momento pense que tu harías algo semejante por mi?, Lamento mucho esto, yo... creo que tendre que hablar con Ander y solucionar esto.
Estaba apunto de pasar de su lado para irme pero me tomo por la cintura, un toque delicado y suave. sin lastimarme. Me atrajo a el y sonrió divertido.
—¿Sabes cual es la ventaja de enamorar a un hombre, Di?—mascullo, pegándome a su fornido cuerpo, mientras que levantaba mi menton para que pudiera verlo bien a la cara.
Me quede callada sin saber que responder exactamente.
—Que con tan solo unas palabras lo tienes a tus pies.
Mis ojos reposaron en los suyos, mientras sentia como miles de sensaciones atravesaban por mi cuerpo, Sus hermosos ojos verdes con ese destello brilloso me devoraron como a un animal hambriento. Mire atentamente sus labios. Su nariz. Sus mejillas. Todo su rostro. Y simplemente me seguia pareciendo un hombre casi perfecto. En ese mismo momento fue como si mis citas con Ander, aquellos besos que compartí con el, cada abrazo, cada maldito segundo, se fueran por la borda. Como si mi novio ya no fuera de gran importancia en mi vida. Por que ahora estaba el. Blair. Con esa manera de... embelesarme sin siquiera poder escaparme de su encanto.
—¿Que quieres decir con eso?—me escuche preguntar con la voz temblorosa, incapaz de volver a articular alguna palabra.
—Que desde el maldito instante en que te vi, me tienes comiendo de tu mano—admitió y acerco sus labios a los míos, de una manera peligrosa, casi prohibida, sin besarme por completo, simplemente rozándonos, aumentado con cada fricción mis grandes ganas de lanzarme a el—Soy capaz de pasar toda la eternidad contigo, si eso es lo que quieres, pero tendre que advertirte una sola cosa, Diane, y quiero que me escuches bien, ¿Lo estas haciendo?
Asentí repetidas veces, pasando mis manos por su nuca para trazar un camino con mi dedos y enterrarlos en su suave cabello.
—Una vez que el pacto esté cerrado, seras mía.
Silencio.
Fue lo único que nos mantuvo a flote ambos, antes de que mis propios instintos me obligaran a acercarlo a mi y besarlo. Su boca adecuándose a la mía y llevando un ritmo lento pero profundo. Tantas cosas pasaban por mi cabeza que me sentia perdida, sentia que todo daba vueltas pero aun así podía sentir cada roce y cada maldito beso, que me saca de mi área, que me aceleraba el corazón y que hasta cierto punto, me quitaba el aliento.
Sentia un vuelco en mi estomago, estaba segura que el lo causaba y me hacia pensar en que hacia mucho tiempo que no habia sentido "maripositas" con los besos de Ander. Con Blair era diferente. A pesar de saber que lo que hacíamos estaba mal, sentia que era la cosa mas incorrectamente correcta que hice en mi vida y no sentia ni un poco de arrepentimiento, lo cual comenzaba a asustarme.
Sus manos, recorrieron la silueta de mi cintura para bajarlas lentamente y apretar mi trasero con posesividad, un gemido involuntario se deslizo por mi garganta quedando atrapado entre el beso intenso Mis caderas pegándose a el, para sentirlo. Simplemente sabia que Blair podía ser mi perdición si no aprendía a controlarme.
Sus labios acariciaron los míos con un toque chispeante de lujuria. Si. Por la intensidad del momento, algo dentro de mi sentia como si quisiera proclamarme como suya, ante la manera en que subió su mano y la enrosco en mi nuca para acercarme mas a el, como si quisiera aclararme de quien era ahora. Y si, me parecia un tanto extraño, pensar en eso. Yo siempre dije que no seria de nadie, por que simplemente no soy un objeto, pero el parecio desmoronar todas las barreras que me protegían de una situación semejante.