A las 19:00 horas, Gina y Emma caminaban hacia la puerta de la casa de Emma.
—Emma, solo por curiosidad —dijo Gina.
—Sí, dime —respondió Emma.
—¿Te gustaría cantar conmigo en el concurso de mañana?
—No, ni siquiera lo pienses. Sabes que me da mucha pena. Tendrás que conseguirte a otra compañera.
—Ay, por favor, Emma. ¡Ya sé! Te ponemos un antifaz para que nadie te reconozca.
—Es que aun así siento que me quedaría paralizada. Aceptalo Gina, si voy contigo, es el pase directo a tu derrota.
—Bueno, está bien. Al menos ayúdame consiguiendo a alguien que se encargue de mi mezcla.
—Pues podríamos buscar en internet, pero antes llama a Jon. Él tiene muchoooooos contactos —expresó Emma, sarcásticamente.
—Tienes toda la razón, voy a llamarlo.
—Excelente, yo iré a prepararme algo en la cocina.
"El sonido del teléfono marcando interrumpió el silencio".
—Sí, por acá Jon. ¿Por allá quién? —respondió Jon.
—Jon, soy yo, Gina, tu exnovia.
—¿Qué? ¿Gina? ¿Gina Windsor? Así que aún guardas mi contacto —dijo Jon con una voz galante.
—Solo por emergencia y créeme, esta es una de ellas. Te llamo para ver si conoces a alguien que pueda mezclarme un tema que pienso cantar en el concurso de mañana —dijo Gina, con un gesto esperanzado.
—Tal vez conozca a alguien, pero ¿qué gano a cambio? —respondió Jon con una risa bromista.
—Un autógrafo que valdrá mucho cuando sea toda una estrella del pop.
—Acepto."Expreso Jon sin poner más trabas".
Conozco a un chico que va en segundo grado, se llama Lucas Bennett. Te paso su número por texto.
—Muchas gracias, Jon. Estoy en deuda contigo.
—Nos vemos.
Gina colgó el teléfono.