Emilia recorría los pasillos del Instituto Cantabile, absorta en sus pensamientos sobre lo ocurrido durante el día.
Repentinamente, el sonido de su teléfono la sacó de su ensimismamiento. "Hola", respondió con cautela.
"Hola Emilia", dijo la voz de su padre al otro lado. "Te llamo para avisarte que el chofer no estará disponible esta tarde. Es su día libre".
Preocupada, Emilia preguntó: "¿Y ahora qué hacemos?"
"No te preocupes, después de la reunión con los proveedores iré personalmente a recogerte", la tranquilizó su padre.
"De acuerdo, papá", aceptó Emilia, algo más calmada.
"Te quiero mucho, cuídate", dijo su padre con cariño
Papá está noche debo decirte algo... agrego Emilia
Antes de que pudiera continuar, escuchó un clic seco. La llamada había sido cortada abruptamente
"Ugh", suspiró Emilia, rodando los ojos ante la interrupción.