Son las 12:15pm, salgo a almorzar luego de una mañana agitada en el hospital. Me siento en una de las bancas del edificio, pues son las únicas que alcanzan el sol y soy amante del sol, odio el aire acondicionado y más que he empezado a notar que me hace daño.
Saco mi celular le escribo un mensaje a mi familia, pues en mi grupo familiar siempre nos saludamos y en la noche nos despedimos, todos desde diferentes partes del mundo, pero juntos. Lo bloqueo, saco la coca donde traigo mi almuerzo pensando que ojalá no se dañara pues el sol esta fuerte y son lentejas.
Mi telefono suena y se me hace extraño, tengo un presentimiento, es mi mamá y contesto. Su voz es seria, no de esa seriedad con la que de niña sabia que algo había hecho mal, ese serio cuando algo no anda bien, me enderezco en el asiento, dejo la comida sobre la mesa que tengo al frente, el cubierto sobre la tapa y pongo ambos pies sobre el suelo. Lo primero que digo es "qué paso" y titubeando mi mamá responde " su papá no quiere que le digamos nada porque usted ya casi viene, pero Copito esta muy malito, yo lo veo muy decaído, se estrella con las paredes, no nos conoce mucho y llora en las noches", mi corazón siente un vacio enorme, pues ¨_Copito tiene 15 años, hace 2 para las épocas de Abril le descubrí una masa de aspecto neoplásico, fue visto por varios especialistas, por medio de una ecografía vimos su riñón con una masa, igual que su testiculo. Nos recomiendan operarlo, sin darnos muchas esperanzas de supervivencia y luego de pensarlo muchas veces aceptamos, para nuestra grata sorpresa todo sale bien, el posoperatorio no es tan pesado, se levanta de a poco y se recupera satisfactoriamente. Pasan algunos meses y una noche subo a llamarlo para dormir y lo esucho toser, y tener dificultad para respirar, mi abuelita me cuenta que le trituro la comida y no la mojo, él aspiro un poco y se ahogo, pasa muy mala noche y decido llevarlo al veterinario donde nos dicen que tiene neumonía, iniciamos el tratamiento correspondiente y varias semanas después esta mejorando, ahora debe usar saco, cualquier resfriado a su edad sería muy peligroso. Lo cuido mucho más, ya no camina igual, ni disfruta el paseo de la misma forma, entonces tomo la decisión de sacarlo solamente tres veces por semana. _
Cuando recupero el aliento y salgo de mi recuerdo, lo único que logro decir es "¿de verdad?", mi mamá me cuenta que fueron al veterinario, le recetaron unos medicamenteos, pero que es dificil darselos porque se pone bravo y lógicamente temen que los muerda, no lo culpan, pero sienten temor, pregunta cuando vuelo, rápidamente le digo que lo antes posible, que el 30 estaría allí, solo faltaba un día, un día que para mí son eternidad, lo pienso toda la noche, todo el día, pienso en cuando lo traería conmigo y sentí que estaba cansado y no quería, de esos presentimientos que el ser humano "ignora" por temor a que sea así. Me cuenta que lo estan consintiendo bastante, y que a pesar de todo esta bien, yo sé que esta tratando de tranquilizarme y de la misma manera sé que poco funcionará.
Cuelgo, compro el primer tiquete que sale para esa fecha, costoso, pero lo único que pienso es en verlo. Le escribo a mi mamá mostrandole el pasaje, ella lo paga y eso me hace pensar que la urgencia de mi llegada es real y grande, asi que le escribo al veterinario "Hola! ¿Tu viste a copito", que entre otras cosas es demasiado humano y amoroso así que no tengo problema en confiar en su palabra y recomendaciones. Me responde que si, le pregunto cómo lo vio y su respuesta es sincera " Darle calidad de vida", en ese momento supe que las cosas estaban muy mal y temía verle, hace un tiempo se discutió que si alguna vez alguno de mis animales se veía muy enfermo no se pensaría mucho la eutanasia, pues primera estaba el bienestar. Así que respondo "Yo siento que ya es hora..." y él responde "La calidad de vida también va para las personas que comparten con copito me confirma indirectmente o quizá muy directo que hay que hacer algo y rápido. Hablamos del servicio de eutanasía me dice que si estoy segura lo hacemos... cuando el veterinario no niega la opción, ni presenta muchas más alternativas es uno de los peores momentos porque sabes que en verdad ha llegado la hora y la esperanza del fondo del corazón sigue negando toda posibilidad. Discutimos la programación para el miércoles, pienso llegar pasar el mayor tiempo posible con él, arruncharnos en las noches, ir al parque y despedirme, agradecerle inmesamente por todo lo que me dio durante 15 años, unos más cercanos que otros.
Esa noche poco duermo, le comunico a mi pareja que viajaré antes de lo previsto porque Copito esta muy mal y necesito verlo, acompañarlo, pregunta cuánto me voy a quedar a lo que no sé que responder, le digo " No sé, sé que debo volver la otra semana porque tengo turno, pero no sé yo te aviso y me encantaría que vinieras conmigo" aún sabiendo que no es posible por el trabajo. Me dice que esta bien y nos recostamos, él duerme yo doy vueltas lo veo dormir y siento rabia, creo que todos deben sentir lo mismo que estoy sintiendo, claro, ahora mismo sé que es egoista, pero era lo que sentía.
Pasa la noche y llega el 30 de Agosto.