Es el día se supone más feliz del año, mi cumpleaños, este día suele tener una energía demasiado alta, nada lo suele arruinar, quizá algo de nostalgia, pero en fin de cuentas mi día. Desde pequeña me educan con una visión que solo por ser ese día, la que mando soy yo, y todo es posible de cualquier forma se cumple por ser mi día.
Pero... ese día es diferente, mi corazón no late de la misma manera, siento una sombra sobre mí, me siento sola, mi familia esta lejos, debo ir al hospital todo el día y mi esposo no tiene mucho dinero así que posiblemente no habrá torta, ni flores, ni un antojo o capricho de cumpleaños. Me hago a la idea, me arreglo, intento hacerlo bastante, pero no me siento bonita, mi esposo me despierta con besitos, me dedica un ratico más en la mañana, sale corriendo esperando que no se le pase el bus. Salgo para el hospital, decido que ese día me voy en bus para no sudar ni despelucarme en la bici, llevo mi almuerzo...nada especial, llego y mis compañeros ni enterados de que ese es mi día, aún cuando al conocernos copartieramos las fechas de cumpleaños.
Durante el día recibo unas pocas llamadas, agradezco pero no puedo sentirme totalmente feliz, algo falta, me pregunto qué es. Recuerdo que esos días solía poner churros a mis animales, suelo tenerlos recien bañados, con moñitos y corbatín, este será diferente ya no esta mi bebé, mi viejito, mi amor eterno. Llego a casa, no ha llegado mi esposo, me siento sola, pienso en la vida de adulto, me desilusiono, solo por ese día pienso en que de niña ese día sería maravilloso, sin importar agradezco y espero la videollamada que haremos con mi familia, algo pequeño 4-5 personas sin mi esposo llega antes de empezar.
Festejo, lloro, río, me enamoro aun más de la persona que esta a mi lado, agradezco por mi familia, siento que todo ha ido muy rápido, aún no asimilo la muerte de Copito pero no quiero decirle nadie, no quiero aceptarlo, aceptar que no pude, que cada día que pasa me pesa más, que hay días en que no quiero ponerme de pie, hay días que no acepto seguir, que cada día le temo más a quedarme sola, he identificado que esa muerte llego como un abandono, me siento expuesta a cualquier daño, creo que todos se irán, me dejarán, siento que ya no soy especial, que ya no tengo tanta importancia, quizá lo asocio porque el mundo no se detuvo cuando él murió, la gente seguía sonriendo, caminando, siguieron con sus vidas, y quizá yo también aunque el dolor algunas veces pueda más, hoy estoy acá ¿no?, celebrando como si el mundo siguiera. Siento culpa, culpa a olvidar, a seguir a no darle la importancia que merece así sea en mi memoria, con mis acciones.