Es jueves 30 de Septiembre, hace 1 mes que murió, pienso en que rápido pasa el tiempo, cuestiono por qué aún me siento triste, me siento consumida, cansada, de vez en cuando me despierto de noche y me agobia el sentimiento de culpa, su ausencia me marca. No sé cómo manejarlo, le pregunto a mi hermana cuándo dejará de doler, cómo seguir con mi vida, ya no siento que me agrade nada.
No puedo ver a un animal sin llorar, ese día no hablo mucho con nadie, desaparezco un poco de mi celular, siento tanta tristeza que no sé como manejarla, siento que nadie ha podido sentir un dolor así, o quizá todos lo han podido superar y a mí me ha quedado grande, voy al fondo de mi ser, duele, desgarra su partida, una parte de mí cree que es mentira, es confuso, no lo veo, pero tampoco lo siento, sse supone lo debo sentir, le pedí que no me dejara sola y todos han dicho que esta conmigo, no entiendo o quizá no quiero hacerlo realmente, he pensado que no perderé nada, el mundo no perderá nada, la vida y el sentimiento de pertenencia es efimera e irrelevante, somos un organismo microoscopico dentro de un mundo tan inmensamente poblado y apurado. Todos mueren, nacen, desaparecen, quizá nadie este realmente, todo sea una ilusión.
Estoy en mi casa, me siento sola, siento que una vez más solo puedo demostrar una parte de mi tristeza, como si unicamente un porcentaje estuviese permitido y aceptado por los demás. Esa tarde exploto en llanto junto a mi esposo, le digo que no puedo dejar de sentir ese vacio, me cuenta su sentimiento frente a la muerte de su gata, me siento atacada, siento que al compartirme su experiencia espera que la mia sea igual, sienta igual, pase igual, y siga con mi vida. Estoy sola en un camino un poco estrecho, mi familia se preocupa, jamás habían reconocido la profundidad de mi tristeza, escribo un poco, se supone ayuda...
"¿Qué tan fuerte hay que ser? ¿Qué tipo de fortaleza existe? Porque aún no encuentro consuelo que arranque la pena de tu ausencia.
Me pregunto si aún me recuerdas, si logré darte una buena vida, si tantos años valieron la espera del descanso.
Al despertar veo una nube gigante por la que pequeños rayos de sol intentan colarse y uno que otro logra alumbrar un poco. Las tinieblas se intensifican al caer la noche. No hago más que buscarte en cuerpo y alma. Te sueño y el despertar lastima, que hasta le he empezado a temer al despertar. Siento que mi corazón está amargo, siento que te veo en ojos pequeños, negros y traviesos. Siento tu serenidad, amor y compañía, pero, se esfuma demasiado rápido, en un parpadeo te has ido, temo que sea una ilusión, temo no verte nunca más, temo sentir la soledad de tu muerte, el ardor del alma, el desgarro del corazón y la desolación al despertar.
Debo seguir...al menos eso dicen, pregunto si del dolor cesará en algún momento, llamo al tiempo egoísta, al mundo, a las masas, a los cercanos y a mí. Pues aún con tu partida "debo" seguir, dicen que no es para tanto, preguntan cómo estoy, preguntan por qué te fuiste, me llenan de frases positivas, intentan darme argumentos que justifiquen que el tiempo no parará, que aunque mi mundo está en un limbo esperando por ti. Debo sonreír, indicar mejoría, dar lo mejor de mí, seguir los sueños que te contaba con historias en las noches mientras dormías...ahora solo pienso en que buena actriz he cultivado." ...
Siento tanta "seguridad" sumergida en el dolor, quizá así no se marche de mi lado.