Camino a la Felicidad

| Capítulo I |

Primavera, Año tres:

Distrito de Courtyard Lane, Willow Creek.

- ¡¿Ya terminaste el almuerzo?! ¡Ya me voy! - Dijo en voz alta mientras revisaba por última vez su bolso frente a la puerta de su habitación en el segundo piso verificando que no haya olvidado nada. Al no obtener respuesta de su esposo, trotó hasta las escaleras y bajó rápidamente al primer piso, pasando por el comedor se agarró del marco de madera y se asomó para buscar con la mirada a su cónyuge - ¿¡Bob!? - el nombrado se limitó a girarse ligeramente en silencio, levantando el colador en el que estaban los fideos para que su esposa pudiera verlo desde su ubicación.

Eliza rodó los ojos al ver que todavía no había terminado de cocinar como se lo había pedido hace horas - ¡Deja de perder el tiempo y termina rápido! - Eliza volvió al recibidor cerrando su bolso en el camino - Solo nos tomará una hora llegar, ¡una hora! y quiero que todo esté listo para cuando lleguemos.

Ante eso Bob suspiró contando mentalmente hasta diez porque quería mantenerse de buen humor ese día y esta vez más que nunca lo estaba intentando. La noche anterior casi no pudo dormir de los nervios, muy temprano esa mañana fue una de las pocas veces que utilizó la máquina de pesas que tenía en su habitación solo porque sentía que tenia demasiada energía acumulada de los nervios.

Se había mirado al espejo poco antes de empezar a preparar el almuerzo para comprobar si necesitaba retocar su corte de pelo o pasarse la máquina de afeitar pero luego de estar un rato comprobando si tenía todo el cabello a ras de su cabeza y que tanto la barba como el bigote se lucían en su frondosa habitual recordó que solo unos días atrás su esposa lo había arrastrado a la peluquería.

Desde ese entonces las horas parecían mucho más largas que de costumbre, tenía que admitir que su esposa tenía razón al decir que estaba tardando más de lo habitual cocinando pero ¡esa era la manera más eficaz que conocía para aliviar su estrés!.

Cuando dejó de escuchar la voz de Eliza pensó que ya se había ido así que decidió apagar el fuego de la cocina para comprobar si había cerrado bien la puerta principal pero al pasar por el comedor y llegar al recibido se topó con su esposa pasando los dedos por su cabello mientras respiraba profundamente con los ojos cerrados.

Al verla de esa forma, por un breve instante el moreno se preguntó si debería decir algo, por fortuna, la respuesta llegó a él como una bofetada - En lugar de quedarte ahí parado sin hacer nada mejor dime si me veo bien así - en ese instante su expresión cambió para reflejar su aburrimiento habitual. La miró de arriba a abajo, Eliza había reemplazado sus zapatillas de andar por casa por unas elegantes sandalias color crema, sus jeans olgados por un pantalón de vestir negro y su blusa tipo camisón verde menta por una camisa en verde pastel doblada hasta los codos, sin embargo, su cabello suelto hasta la barbilla y sus lentes negros no habían cambiado.

- Te ves bien - dijo con simpleza.

- Practicaremos tus halagos y cumplidos después - dejó caer sus brazos a un costado y avanzó para tomar la manija de la puerta - Volveré enseguida, asegúrate de que todo esté listo para entonces por favor.

Sin nada más que decir y sin esperar respuesta, la pelirroja salió de la casa.

. ☕ .

Rancho Rencores, Distrito de Courtyard Lane.

Para Anne fue agradable poder caminar por su nuevo vecindario de la mano con la señora Eliza, incluso si al principio el viaje en teleférico fue incómodo, a medida que fueron acercándose a la casa el ambiente se tornó en uno más amigable para ambas y cuando finalmente llegaron, ninguna de las dos pudo evitar darse un gran abrazo.

- ¡Llegamos!. Bienvenida a tu nuevo hogar Anne - mientras todavía seguían unidas en el abrazo Anne no pudo evitar abrir ligeramente los ojos para mirar su nuevo hogar. Desde fuera se veía igual de grande que las demás casas, con un estilo victoriano algo anticuado para lo que ella estaba acostumbrada a ver en Oasis Springs pero igual de acogedor que el barrio en general - adelante preciosa, tu padre está esperando adentro.

Cuando se separaron, Anne sujetó con fuerza la pequeña y desgastada mochila que llevaba en sus manos, suspiró, a medida que fue acercándose a las escaleras para subir al porche fue ganando más confianza, cuando terminó de subir el último escalón se dio la vuelta justo a tiempo para notar que la señora Eliza le estaba tomando una fotografía lo que la hizo reír de inmediato contagiando a la pelirroja.

Más animada que nunca, se giró y corrió hasta la manija de metal para abrir la gran puerta de madera blanca entrando al recibidor. Quedó parada frente a una gran escalera de madera oscura con dos arcos a juego a ambos lados y aunque el de la izquierda dejaba entrever un sofá blanco que se veía bastante cómodo decidió seguir a su nariz y al olor que emanaba la zona de lo que parecía el comedor principal de la casa. Dejó la puerta abierta y se adentró al comedor, su mirada curiosa voló desde el techo pasando por todas las ventanas, decoraciones y muebles de la estancia hasta caer en la figura de un hombre alto y moreno con unos jeans olgados color gris, zapatillas azules con suelas negras y detalles en blanco, remera en color crema con estampado de árboles en negro llevando en ambas manos platos llenos de lo que parecían espaguetis a la boloñesa.

Cuando sus miradas chocaron ambos quedaron estáticos un momento hasta que el ruido de Eliza cerrando la puerta pareció devolverlos a la realidad, mientras que Anne sin saber muy bien qué hacer volteó su cabeza en dirección a la puerta principal y dejó su mochila a un lado del marco de madera, el moreno aprovechó para colocar ambos platos sobre la larga mesa de madera, se echó a un lado y se agachó para estar a la altura de la niña.



#1702 en Otros
#370 en Relatos cortos
#1219 en Fantasía

En el texto hay: historia corta, sliceoflife, fantasía ficción

Editado: 29.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.