Blomma y la inesperada visita
Abril
El tren de las sensaciones hizo distintas paradas en las estaciones de mi ser, pasando por alegría, enojo, confusión y curiosidad, pero al final, los pasajeros terminaron por abandonar los vagones en la parada "calma", satisfechos por la deliciosa taza con chocolate y el termino de las clases.
Una vez que el reloj marcó la una de la tarde, Jazzy, Roy y yo nos dirigimos hacia el puesto de venta de frutas, dulces y cereales más cercano para comprar provisiones, y después emprender nuestro viaje hacia la locación ideal para el photoshoot. El lugar elegido era muy especial y se encontraba ubicado a unos kilómetros de la ciudad, por lo que Jazzy condujo el auto por un tiempo prolongado; sin embargo, si bien el viaje resultó un poco largo estuvo lejos de ser tedioso, pues la música que se reproducía desde los altavoces fue relajante, las distintas conversaciones llenas de trivias sin sentido fueron divertidas e interesantes, y los bellos paisajes de la carretera nos robaron el aliento en más de una ocasión. Fue una experiencia memorable.
Fuimos recibidos por la maravillosa vista de "Blomma", una gran planicie teñida de color verde brillante, llena de plantas y florecillas. El lugar poseía una gran diversidad floral, la cual le otorgaba una apariencia de fantasía como si de una pintura se tratase, creada por un ser amante del color y la magia de la naturaleza. Siempre me causó curiosidad dicho hecho pues, por lo general, solía encontrar campos llenos de flores que, a diferencia de ese lindo lugar, pertenecían a una sola especie.
—Es grato volver a Blomma —exclamó Jazzy, uniéndose a mi contemplación del paisaje—. El aire es fresco, la vista es mágica y siempre logra sacarte una hermosa sonrisa.
—Creo que podría ser una buena amiga del ser que creó este lugar —confesé—. Con tantos colores, es imposible no sentirse como en casa.
Para mí, las flores siempre simbolizaron la armonía y paz, pero en medio del caos en el que llegué a sucumbir adquirieron nuevos significados en su simbolismo: esperanza y renacimiento. Eran señal de que, después del colosal y extenso diluvio de la desolación, el sol siempre podía volver a brillar, pues nunca se apagaba, solo había que dejar que sus rayos filtraran entre las tinieblas e iluminaran el panorama.
—Cada tipo de flor posee una magia que merece ser valorada —mencionó mi amiga—, pero, en tu opinión, ¿cuáles son las más bellas?
—Las rosas blancas y amarillas —confesé—, aunque las camelias y las hortensias no se quedaban atrás.
—Al igual que los tulipanes, son hermosos.
—Sí, hasta que te hacen estornudar y te causan comezón.
—¡Oye! Se supone que los tulipanes son hipoalergénicos, tu sistema es el raro. —Me empujó levemente, haciéndome reír.
—Eso no fue lo que dijo el médico...
—Un médico... eso es lo que voy... a necesitar —exclamó Roy, con la voz entrecortada—. ¡Diablos, Jazz! ¿¡Qué tanto trajiste en esta cosa!?
—Esa cosa se llama maleta, cariño, y espero que nada dentro de ella se rompa.
—Bueno, pues su brazo sí que se romperá —mencioné, corriendo a socorrer al pobre chico.
—¡Patrañas! —bromeó mi amiga.
—Sí, yo también te amo, bonita. —Jazzy le sonrió, mientras que Roy recuperaba el aliento.
Esos dos eran una causa perdida, y vaya que esa maleta estaba pesada, podía asegurar que dentro de ella encontraríamos la tierra de Muy Muy Lejano.
El tiempo se pasó volando y el atardecer cayó sobre nosotros regalándonos un maravilloso espectáculo visual de tonalidades naranjas y violetas, lo que significó que el momento del photoshoot había llegado. El nombre que seleccioné para la sesión de fotos fue "Colour Fun", pues, como este lo indicaba, prometía ser una divertida explosión de color, gracias a la combinación de la utilería que habíamos conseguido y la locación.
—¡Santo cielo, Jazzy! ¿Qué es todo esto? ¿La entrada a Narnia? —bromeé, observando el montón de ropa y chucherías que se hallaba dentro de la maleta.
—Casi, me faltó el león, solo que es ilegal tener animales salvajes en tu custodia. —mencionó, mirándose las uñas.
—Tengo algunas dudas —intervino Roy, captando nuestra atención—. Si el amor es ciego, ¿no es mejor colocarle lentes?
—¿Qué? —exclamamos Jazzy y yo al unísono.
—¿Por qué "separado" se escribe todo junto y "todo junto" se escribe separado?
—Esto ya se salió de control —dije, riendo y cuestionándome sobre lo planteado por Roy. Era una pregunta retórica.
—¿Dónde está la otra mitad de Medio Oriente? —interrogó, rascándose la cabeza.
—Suficiente dulce por hoy, terroncito. —Mi amiga le arrebató la fresa con chocolate que estaba a punto de comerse, mientras reía por las ocurrencias.
—Son preguntas que no me dejan dormir por la noche.
—De acuerdo... ¿Qué tal si para las primeras fotografías utilizamos los globos grandes y pequeños? —habló Jazzy, cambiando de tema.
—De pasó podemos rellenarlos con los polvos de colores. —Complementó Roy, arreglándose el saco de lana que llevaba puesto.
—Así los reventamos y creamos un buen efecto visual. —Aplaudí, emocionada por la idea—. Sus ideas siempre son las mejores.
El par de gatitos enamorados, como solía llamar a mis dos amigos, siempre me habían ayudado en mis trabajos fotográficos, principalmente siendo los modelos claves de las sesiones individuales y en pareja. Y aunque en ninguna fotografía mostraban sus rostros pues, según ellos, dicho aspecto le atribuía mayor misterio y un toque Vintage al blog, sus ideas y presencias en las fotografías marcaban la diferencia.
La idea de los globos fue un éxito, sin importar que nuestros cuerpos y vestimentas quedaran cubiertos con una variada gama de polvo de colores, todo valió la pena. Continuamos con el trabajo, y aprovechando que Jazzy había conseguido una indumentaria bastante interesante, decidimos jugar con los conceptos más alocados. Que mi amiga estudiara Diseño en Artes Escénicas tenía sus ventajas.