La curiosidad mató al gato.
El miedo carcome hasta los huesos.
¿Para qué vives? Tu pena no alimenta a nadie.
Corre, tal vez así escapes de tus miedos, pero… no hay salida.
[...]
La vida de un ángel no es sencilla: atender los mensajes de la gente común es agotador, llevar y traer el alma de las personas es rutinario, las personas se cansan de la rutina.
El propósito de decidir si uno va al infierno o no, es sencillo: la aceptación divina.
Cada año se da una ceremonia para los nuevos ayudantes de los ángeles. Si antes de tu muerte fuiste muy considerado con los demás, entonces en el cielo te otorgarán un cargo como este. Es el mismo ayudante quien decide si quiere subir de rango o no.
Los días de invierno son los peores, las fuertes lluvias e intensidad del aire es una gran barrera para los ángeles, ¡Oh! pobre ángeles mensajeros, estar yendo y viniendo debe ser agotador.
Boris fue un joven muy entusiasta y dedicado en sus estudios, cuando murió, su cuerpo no fue recibido por nadie.
Cuando fue llevado al cielo, una gran cantidad de ángeles lo esperaban, no entendía, solo era un espíritu al igual que otros. Desde que llegó a ese lugar, los ángeles lo trataron bien, sin embargo, Boris seguía con la necesidad de regresar a la tierra, necesidad de estar con su familia y amigos que según él lo querían.
El sub líder a cargo de los nuevos fue llevado al tribunal celestial por culpa del joven. Los ángeles superiores creían que no hacía bien su trabajo. Un ayudante siempre deja su vida terrestre por algo mejor, pero Boris seguía apegado a esa vida que le era imposible avanzar. El sub líder fue desterrado y quizá, cuando vean de nuevo un potencial en él, podrá ascender de nuevo.
Boris fue llevado a un cargo superior, algo que dejó a todos muy inquietos, para subir de nivel se necesitan al menos veinte años de supervisión y él con su actitud logró subir el mismo día de su muerte.
Si él superó las enseñanzas de sus profesores ¿por qué no podría sobrellevar este nivel? Incluso las personas cercanas a él se sorprendieron de su potencial cuando estaba vivo.
Javier, el nuevo sublíder, llevó a Boris al nuevo lugar de trabajo. Subieron miles de escalones para llegar a ese lugar, los ángeles no sentían el cansancio por su nivel de energía, pero Boris que recién era un nuevo, estaba más que cansado.
Pasaron por un lugar siniestro, habían muchos espíritus esparcidos gritando en pena, como si fuera una costumbre, los ángeles hablaban entre ellos esperando que los espíritus se calmaran.
¿Quién no quisiera regresar a la tierra? Incluso Boris con tristeza en el alma, se aguantaba estar en la misma posición que ellos. "Esta zona debería llamarse el infierno de los cielos" pensó Boris, había mucha similitud de ese lugar con el cielo, tal vez por eso las almas estaban en pena ¡Porque sí era el infierno celestial!
—Puedo leer tu mente.
La voz grave provenía de la oscura habitación, Boris calmando su risa, miraba a los espíritus, no es que se esté divirtiendo por los agonizantes sonidos, es porque así era su manera de reflejar su tristeza. El sublíder saludó gentilmente a la persona frente a ellos, Prudencio.
El ángel más capaz, el más analizador y el más sentimental, habló con seriedad al nuevo integrante:
—Tu postura relajada, tu sonrisa y tu altura ¿Crees que tienes derecho de burlarte de ellos?
Lo examinó superficialmente, pero fue más que suficiente para que Boris se dé cuenta de su presencia, su respuesta fue el silencio, Javier sabe que a Prudencio no le gusta que su trabajo sea burla de otros, así que intervino:
—Estarás a cargo de él, como ya sabrás, él es callado o eso creemos. —sonrió.
Lo bueno de enseñar a los nuevos es que comienzas a tener paciencia profunda con todos.
—Muéstrame su informe.
"Directo al grano, ¿dónde queda el respeto?".
Ambos ángeles podían escuchar los pensamientos de Boris, como es un recién llegado, los superiores podían oír sus voces, al igual que él escuchando a los espíritus en pena.
Prudencio lo observó y suspiró antes de hablar:— Si sigues hablando, te llevaré con ellos, si estás aquí es para servir, no para ser un respondón.
Javier tenía miedo de que le haga algo al nuevo integrante.
—Ya ya, toma Prudencio. —su rostro estaba llena de sudor.— trátalo bien, recuerda que él es traído desde el primer nivel, así que no entiende algunas cosas.
Se volteó cuando obtuvo el informe, llamó a Boris y se fue sin esperarlo, Boris agradeció por la ayuda al sublider.
—Si ocurre algo no dudes en llamarme, seguiré siendo tu profesor y no te olvides seguir el camino.
Estar en un lugar siniestro, con partes cubiertas de mo y espíritus transparentes en agonía, su sonrisa suave transmitía seguridad en todo este infierno.
Ahora, adaptarse a este lugar sería peor que en los primeros días de su soledad; si un humano caminaba por este pasaje pedregoso, sin duda estaría muerto, eran demasiados altibajos, Boris se tropezaba en cada tres pasos "de verdad que es el infierno" parecía molestarse. No había nadie quien lo ayude y no sabía la ubicación de Prudencio, es como ir camino a la perdición, un camino sin guía, un camino sin luz.
Boris fue retenido por una red invisible, al otro extremo del camino se escuchó una voz grave, era su nuevo instructor.
—Boris de 22 años, grandioso en estudios, trabajador, manteniendo una familia de diez. —inhaló —fantástico. Tus amigos y familiares no te apreciaron a pesar de tu esfuerzo, todos sentían envidia por tu nivel de inteligencia y sus formas de tratarte no eran lo correcto.— suspiró como si no fuera la primera vez que decía algo así —Tus animales murieron en el incendio al igual que tú, y por último, ese grupo de personas que ocasionaron el incendio, ¿Sabes quiénes fueron?