Caminos de Escape

Capitulo 2

Luego de todo lo ocurrido, Oscar se dirigió a su departamento, caminando solo por las calles. Cada paso resonaba en su mente como un eco de la confusión y el enojo que todavía lo acompañaban. Al llegar, dejó escapar un suspiro profundo al cerrar la puerta detrás de él.

Era ya medio tarde. Con un leve temblor en las manos, tomó su teléfono y decidió llamar a su representante. Era hora de compartir al menos una buena noticia.

—Hola, Oscar, ¿qué ocurre? —preguntó David con su tono habitual.

—Hola, David. Te llamo para decirte que obtuve el trabajo en el club. Empiezo mañana por la noche.

—¿En serio? ¡Esto es una gran noticia, Oscar! —respondió David, claramente emocionado—. Sigue así, recuerda que esto es solo hasta que tu caso pase desapercibido. Luego volverás a las peleas, ¡como te lo mereces!

—Por supuesto que sí. Bueno, David, te dejo. Me voy a dormir. Hoy fue un día abrumador y cansador.

Colgó el teléfono y se dejó caer sobre la cama, sintiendo el peso del día deslizarse lentamente de sus hombros. Sin embargo, sus pensamientos regresaron a Miranda; muchas preguntas giraban en su mente como un torbellino. Quería profundizar en todo lo que había sucedido y entender qué había detrás de esa conexión que no podía ignorar.

Al menos tenía la tranquilidad de saber que mañana la volvería a ver en el club. Pero ¿sería suficiente para aclarar sus dudas?

Oscar decidió dejar de sobrepensar las cosas y se dejó llevar por el cansancio, cerrando los ojos hasta que el sueño lo envolvió. Cuando finalmente despertó, ya era un poco tarde. Se levantó, se estiró y comenzó a prepararse para su nuevo día.

Con la energía renovada, decidió salir a correr por la ciudad. Mientras corría, sentía que cada paso lo conectaba más con la vitalidad de la vida urbana que lo rodeaba. No podía permitirse perder condición en este nuevo entorno; cada kilómetro era un recordatorio de su propósito.

Al llegar a un parque, se detuvo y comenzó a hacer algunos ejercicios. El aire fresco le llenaba los pulmones y le daba una sensación de claridad mental.

—Me siento mejor —se dijo a sí mismo, guardando su botella de agua en la mochila—. Necesitaba este entrenamiento. No puedo perder condición. Debo prepararme para volver a luchar dentro de poco.

Mientras se secaba el sudor de la frente, reflexionó sobre lo que significaba realmente "prepararse". No solo se trataba de estar físicamente listo para las peleas; también era un momento para fortalecer su mente y encontrar claridad en medio del caos emocional que había experimentado últimamente.

Después de un duro entrenamiento, Oscar regresó a su departamento, sintiendo el cansancio en cada músculo. Se metió en la ducha fría, el agua helada chocando contra su piel lo ayudó a relajar esos músculos adoloridos y a despejar la mente.

Al salir, preparó un almuerzo sencillo: un sándwich cargado de proteínas que le daba energía para el resto del día.

—Perfecto... Me siento muy bien —dijo, golpeando el aire con un puño cerrado—. Sigo intacto. Sigo igual de rápido, esto es genial.

Pero luego, una sombra cruzó su rostro. La emoción se desvaneció al recordar que su sueño de volver a la UFC parecía cada vez más distante.

—Aunque ya no creo que pueda... Estoy tachado como fugitivo —susurró para sí mismo, sintiendo cómo esa etiqueta lo pesaba.

Mientras se sentaba en la mesa, Oscar se dio cuenta de que tenía un compromiso esa noche: trabajar en el club. Decidió que aprovecharía la tarde para relajarse y despejarse un poco antes de enfrentarse a la noche.

Oscar se distraía con diferentes actividades, una de ellas era leer la Biblia. Había pasado por muchas complicaciones en el pasado, y su fe en Dios se había convertido en un pilar fundamental de su vida.

Mientras hojeaba las páginas, el tiempo voló sin que se diera cuenta. Con un pequeño papelito, marcó la página donde había estado y cerró la Biblia, dejándola al lado de su cama. Hizo la señal de la cruz sobre su pecho, sintiendo una oleada de paz al hacerlo.

—Es un nuevo comienzo —se dijo a sí mismo, levantándose de la cama y sintiendo el peso del día menos pesado.

Sabía que debía prepararse para el club. El hecho de no tener móvil lo obligó a salir un poco más temprano, pero no le importó; caminar le hacía bien, le daba tiempo para pensar y reflexionar.

Mientras caminaba por las calles, el aire fresco llenaba sus pulmones y le recordaba que cada paso era una oportunidad, no solo para llegar a su destino, sino también para encontrar claridad en medio de sus dudas.

Al llegar al club, Oscar se encontró con un ambiente vibrante y lleno de vida. Era evidente que ese lugar siempre estaba a tope, una mezcla de risas, música y ruido de copas. Se acercó al mismo hombre de la vez pasada, quien lo recibió con una sonrisa cómplice.

—¡Pontelo y ve a trabajar! —le dijo, mientras le pasaba un delantal extraño.

Oscar sintió un ligero rubor en sus mejillas. La idea de llevar ese delantal le daba un poco de vergüenza, pero al mismo tiempo, había algo emocionante en el desafío. Después de todo, era una oportunidad para salir de su zona de confort.

Con un suspiro decidido, aceptó el delantal y se dirigió al bar. El aroma a cócteles y risas llenaba el aire, también sentía una chispa de adrenalina. Estaba listo para preparar y repartir bebidas.

A su lado, otro bartender lo miró con curiosidad.

—¿Tienes experiencia en esto? —le preguntó su compañero, con una sonrisa amistosa.

Oscar dudó un momento. Era verdad que no tenía mucha experiencia, pero había aprendido a adaptarse rápido. La idea de compartir este momento con alguien más le dio confianza.

—Muchacho, me das una bebida de esas, por favor, una copa —le pidió un hombre a Oscar, con una sonrisa.

—¡Sí! —respondió Oscar, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.

Con determinación, agarró la botella y comenzó a servir el líquido, inclinándola con gracia y sirviendo como si tuviera años de experiencia. Mientras lo hacía, mezcló otra bebida y la agitó con confianza. Era como si cada movimiento estuviera coreografiado en su mente.



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En el texto hay: luchas y peleas, fugitivo, luchar por el amor

Editado: 18.01.2025

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