Ser un Héroe

Brad se acercó a nosotros y se sentó justo en medio de Ariel y Sofí, empujándolos a ambos. Esto me recordó el altercado que tuvieron en el registro, y esperaba que Brad no empezara a pelear ahora. No sabría qué hacer. Afortunadamente, solo se sentó en silencio junto a nosotros.

— ¿Escuchaste nuestra conversación? —Le pregunté.

Brad asintió con la cabeza.

— ¿En serio crees que los superhéroes existen en la vida real? —Ariel habló con una seguridad que nunca había escuchado en él, y su pregunta incomodó a Brad, quien frunció el ceño.

— No estoy seguro de que existan en la vida real, pero en los cómics son personas geniales que ayudan a los demás y son reconocidas… Me gustaría ser como ellos.

— ¿Por qué te gustaría ser un superhéroe? —Preguntó Sofí, curiosa.

A continuación, Brad soltó un pequeño suspiro y comenzó a hablar.

Desde niño siempre he sido fanático de los superhéroes. Me fascinaba cómo salvaban al mundo y al mismo tiempo protegían su identidad secreta. Siempre pensé que sería genial ser un superhéroe, vencer fácilmente a los villanos y salvar el mundo de ellos.

En mi escuela existe un poderoso villano llamado Josh Bian, que hostiga a estudiantes de niveles inferiores. Yo nunca fui su víctima. ¿La razón? Él es mi mejor amigo.

Josh y yo crecimos juntos. Al principio, era un chico como yo; nos gustaban los cómics y hablábamos de ellos por horas. No teníamos desacuerdos, salvo cuando no podíamos decidir si Batman o Superman era mejor que el otro.

Lamentablemente, la vida de Josh no ha sido la mejor. Sus padres se divorciaron hace menos de un año, y mientras se decide su custodia, vive con sus abuelos. Ellos no le prestan atención alguna, solo le dan de comer cuando se acuerdan y nunca le ponen comida para la escuela.

Al terminar el último grado de primaria, mi amigo se fue a un campamento de verano por dos meses. Durante ese tiempo, yo me quedé en casa leyendo los cómics que salieron y vi películas para poder contarle todo lo nuevo sobre los héroes, pero cuando Josh volvió del campamento, ya no era el mismo. Ya no le gustaban los cómics ni los héroes, decía que eso era "cosa de nerds." No entendí qué quiso decir, pero lo dejé pasar. Aunque, debo admitir que dejé de leer cómics en la escuela debido a ese comentario.

Al entrar a la secundaria, no tuve problemas para relacionarme con los demás chicos. Me llevaba muy bien con todos mis compañeros, cosa que Josh no podía lograr. No porque fuera tímido, sino porque existían rumores diciendo que Josh era un abusivo… rumores que no creí. Conozco a Josh desde hace tiempo y sé que no sería capaz de comportarse agresivamente con alguien. O eso pensaba.

Hace cinco meses, busqué a Josh en la cafetería para almorzar juntos. Lo encontré hablando con un chico de quinto de primaria. No le di mucha importancia y lo llamé. Cuando Josh se giró para verme, el chico huyó asustado del lugar. No entendí qué sucedía.

— ¿Qué haces hablando con un chico de quinto grado?

— Solo quería que me prestara dinero, pero me dijo que no tenía.

— Si no traes comida, puedo compartir de la mía contigo.

— Sería genial, gracias.

Lo sucedido ese día hizo que mis sospechas de que mi amigo fuera un acosador aumentaran, aunque, aún me negaba a creer que mi mejor amigo pudiera hacer cosas tan horribles.

Con el tiempo, noté que todos mis compañeros me miraban con temor y huían de Josh.

Busqué a Mei, una amiga de mi clase de ciencias, para preguntarle qué sucedía.

— Hola, Mei. ¿Por qué todos están actuando tan extraño?

Mei me miró fijamente, dudando si decirme algo. Le rogué con la mirada que me dijera la verdad. En un susurro, habló.

— ¿No lo sabes? Josh acosa a los chicos de primaria y a algunos de nuestros compañeros, y se rumorea que tú eres igual que él.

Me congelé. No podía creer que Josh fuera un acosador, y mucho menos que pensaran que yo lo era también. A decir verdad, me importa muy poco lo que la gente piense de mí, pero esto es una mentira. ¡Yo nunca sería capaz de lastimar o hacer sentir mal a alguien!

Después de eso, los chicos con quienes solía platicar me ignoraron. Me empujaban a propósito o por accidente, algo que odiaba. Creía que era su forma de vengarse por lo que mi amigo hacía.

Hace mes y medio, estaba comiendo solo en la cafetería cuando Josh se sentó a mi lado con una sonrisa. Llevaba su teléfono inteligente en la mano y me mostró un video desgarrador que había en las redes sociales. En el video se podía ver al chico de quinto grado con el que lo vi hablar hace un tiempo. Mi “amigo” le bajaba los pantalones al niño. Luego me mostró los comentarios, y todos eran de burlas hacia el chico.

— ¿No es divertido? ¡Mira cuánta gente se ríe de este bastardo!

— No encuentro lo divertido. ¿Quién subió esto a internet?

— No lo sé, tal vez alguien que le pidió dinero prestado y no quiso prestárselo… Hay mucha gente vengativa en esta escuela.

No fue difícil deducir que el mismo Josh había subido ese video horrible.

— ¿No dirás nada, ¿verdad? Te confío esto solo porque eres mi amigo.

No sé qué expresión tuve al oír eso; podría ser sorpresa, enojo o… miedo. Vi a Josh, riéndose del acto atroz que cometió. Estaba sorprendido; este no era el Josh que conocí de niño, por primera vez, tuve miedo de mi mejor amigo.

La semana pasada, mis padres me regalaron una figura de colección de Batman. La llevé a la escuela, y mis compañeros quedaron fascinados. Por primera vez en mucho tiempo, mis amigos y compañeros de clase me hablaban de nuevo, pero cuando apareció Josh, recordé sus palabras sobre que los héroes eran para "nerds". Asustado de cómo reaccionaría, escondí mi juguete en el bolso y actué como si nada.

En casa, abrí la red social que Josh me mostró y volví a ver el video. El número de comentarios de burla había escalado hasta un punto doloroso. Pobre chico. Si yo sentía pena y enojo, no quería imaginar lo que él sentía. Suspiré. Quería salvar a ese chico de Josh, pero no tenía idea de cómo.