Louis se acomodó en una esquina de la calle, sonriéndole a la gente que pasaba a su costado y fijaba sus ojos en él. La idea de que aquellos ojos curiosos estuvieran sobre él por sus vídeos no fue una posibilidad válida en esos instantes, porque su cachorro en su habitual portabebés en sus manos le llenaban de felicidad. Tenerlo fuera de esas cuatro paredes después de tanto tiempo y verlo disfrutar del sol en su pequeño rostro de corazón de la misma forma en que Louis lo hacía, le llenaba el pecho de satisfacción.
—Hoy vas a actuar bien —le dijo a su bebé, tocando su nariz y sentándose mejor sobre la piedra que sostenía su cuerpo.
Sí, podría haber dejado a su hijo con alguien más, que lo cuidara para que no pasara en la calle tanto tiempo de lo habitual. Pero la única persona a la que Louis podía confiar a su hijo era Niall, quien se encontraba demasiado concentrado en sus exámenes de parcial. Y Louis lo envidió al recordar sus días como estudiante, llenos de euforia y preocupación por lo que le tomarían en cualquier prueba, ahora debía preocuparse por no aplastar a su bebé en su nido, por tener su biberón listo antes de que despertara y, si bien Louis eligió tenerlo, deseó por lo menos haber tenido el apoyo que necesitaba para seguir en el instituto. Sin embargo, su madre había retirado todos los ingresos cuando se enteró que Louis no había estado satisfecho con la opción que ella le había impuesto; abortar y seguir con su vida llena de lujos o tener al bebé y a la vez tener una vida desde 0, pese a que ella había prometido alguna vez estar siempre para él.
—No te voy a obligar a darme dinero —le había dicho el día que fue tirado a la calle, literalmente siendo recibido por sus cajas al pie de la que había sido su casa. Su hogar donde juró haberse sentido protegido—. No voy a obligarte a nada, mamá. No como tú a mí.
Le había extendido el cheque que le había dado antes para que abortara, yéndose del lugar donde su corazón había crecido y había creído saber amar. No lo sabía, por supuesto, porque cuando su hijo estuvo sobre sus manos fue cuando pudo sentir la presión en su pecho poco a poco y descubrió lo que era; amor verdadero.
—Oh por dios —alguien dijo a su lado, y Louis despertó de sus recuerdos al alzar la vista—, no veas ahora pero...
Lo miraron con asco.
Louis bajó la mirada enseguida, encogiéndose sobre su lugar en aquella roca y mirando fijamente a su bebé para no dejarse llevar por los sentimientos que estaban a punto de florecer por las miradas que seguían sobre él y su cachorro porque sí, no era normal ver a un omega solo, sin alfa y con un bebé.
—No tiene marca, ¿verdad? —seguían murmurando, y su bebé le dio una sonrisa desde su lugar, haciéndole sentir mejor.
—No —susurraron tan fuerte que su cabeza dolió, pero su sonrisa permanecía en sus labios gracias a su hijo —, ¿no le da vergüenza?
Las voces se fueron aún murmurando a su favor, mirando sobre sus espaldas para girar los ojos hacia Louis.
—No hay que hacerles caso —le dijo a su bebé, encogiéndose de hombros y sonriéndole. El cachorro no demoró en volver a sonreír, metiendo su puño en su boca—. No nos da vergüenza, ¿verdad que no?
El bebé rió, y todo estuvo bien una vez más.
Él también rió, suspirando y tomando la guitarra sobre su espalda. La sensación y unos ojitos azules mirándole con adoración le dieron la confianza que creyó haber perdido.
—I've missed your calls for months it seems —Los toques comenzaron en la guitarra y sus mejillas se encendieron cuando pudo notar demás ojos sobre él—. Don't realize how mean I can be. Cause I can sometimes treat the people that I love like jewelry...
Sus ojos fueron directos a los de su bebé, asintiéndole como si él le entendiera lo que aquello significara. Pese a ello, le sonrió apenas con sus diminutos labios aún succionando de sus dedos.
—Cause I can change my mind each day —Tocó sin temor alguno, confiado de sí mismo en lo que hacía por primera vez—. I didn't mean to try you on but I still know your birthday and your mother's favorite song...
Aspiró, mirando al público y captando unos ojos que le hicieron sonreír de lado. No eran los de su cachorro, no eran los que había visto en sueños...
—So I'm sorry to my unknown lover... —Chilló, levantándose y sintiendo el hielo entrar a su ropa. Su bebé comenzó a llorar de forma automática.
Alguien le había tirado agua con hielo, algunos cayendo dentro del portabebés. Solo habían risas cuando fue consciente de lo que estaba sucediendo; murmullos acompañados de insultos junto a las interminables risas resonando en su cabeza.
Apartó la guitarra de su pecho con rapidez, parpadeando las lágrimas en sus ojos y se agachó a sostener a su cría, apretándola contra sí mismo cuando su llanto le partió más el corazón.
—No pasó nada —le dijo con un nudo en la garganta, dejándose llevar esa vez. Estaba llorando antes de darse cuenta—. No pasó nada, bebé.
—Ten —Los ojos le miraron y los labios susurraron, rubor en sus mejillas y sus manos extendiendo una chaqueta que Louis tuvo que analizar—. Por favor, tenla... Estás mojado y el bebé también. Te servirá.
La tomó con temblor en sus dedos, viendo como el chico frente a él parecía más temeroso que el propio Louis y su hijo.
—Gracias...
—Harry —él se presentó, media sonrisa que dejó ver su hoyuelo perfecto—. Soy Harry.