Hay ramas quebradas
Y árboles áureos.
Se alzan los nombres que olvidaremos
o nunca conoceremos.
Y los rastros hechos son brumosos
Por cuyos gritos de ayuda
quedarán sin respuesta.
Pero el infinito es placido;
Multicolor.
Y hay auroras en la tarde que se acribilla.
Los silencios del arca, mortecinos,
No se estancan.
Han sido albor, difuso.
Y eso basta.
—Anabella Bonaiuto.
Septiembre 07, 2021.