I. Ya sabes mi nombre

Un día me conoces y al otro no, nunca sabes donde estaré, no yo tampoco. Entonces ¿Qué hago aquí? No sé. ¿Cómo llegué a este punto?… No lo soporto, quiero saltar, desde hace mucho tiempo estoy pensando en esto. ¿Seré capaz? Espero que sí. 

Desde esta altura todo se ve tan maravilloso, como si me llamara desde hace mucho tiempo, ¿Es que siempre había sido así y yo no me daba cuenta?

El día está tan nublado, como si compartiéramos el mismo sentimiento, como si de verdad me entendiera, tal vez sea así o simplemente me estoy tomando mucho protagonismo. 

El tiempo que me estoy tomando es suficiente para pensar que ya debe ser hora. Estoy pensando mucho, o quizá no. En el fondo sé que no estoy preparada para el paso que voy a dar, paso que me llevará a mi fin. 

Quizá, solo quizá, quisiera tener una vida normal, vivir como una persona normal, sin preocupaciones o limitaciones, pero luego recuerdo que eso no es posible, que soy un fenómeno con muchas limitaciones. 

Que no soy capaz de hacer nada por mi misma, que siempre voy a tener a alguien que me ataque por como soy, una maldita buena para nada. 

Mi nombre es Aisha, seis letras, ningún significado según lo que me dijo mamá, un nombre que eligieron mis padres a la carrera por la desesperación de elegir un nombre en el momento que las enfermeras preguntaron por este mismo, Desde el principio querían salir de mí. 

Mis manos tiemblan y las lágrimas corren, estoy lista. De verdad lo estoy, la muerte es inevitable, mientras que unos le huyen, otros la llaman y esta está más que encantada en contestar el teléfono. Ahora mismo yo me encuentro llamando directo a su puerta desde el puente más alto de la ciudad. 

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Hello, hola, hey. 

Primer capítulo y empezamos esta vaina fuerte.

¿Hasta ahora que piensan sobre mi nueva obra de arte? Aisha es un lienzo en blanco, al cual voy a sacarle todo el provecho que pueda, porque va a ser una hermosa creación. 

No olviden dejarme sus comentarios, me alegran el día siempre.