XVI

Narra Aleksei;

Todo se había convertido en un caos: habían pasado dos días desde la llamada al tal Collin y nadie había aparecido. No podíamos salir a las calles por lo que estábamos sin comida alguna, hace un dia que Alek había comenzado a levantar fiebre y me preocupaba notar que a cada hora su rostro palidecia más. 

- ¿Cómo está?- preguntó Absalon.

- Peor que ayer. Su brazo está morado y parece que no hay huesos dentro - expliqué mientras terminaba de acomodarle el cabello.

- El celular murió-

Me quedé en silencio mientras seguía revisando la herida en su cabeza. Al parecer cuando cayó se había quebrado el brazo y golpeó su cabeza contra el suelo.

- ¿Qué mierda...- murmuré en cuanto moví su cuerpo un poco para acomodarle la ropa.

Levanté un poco su remera azul para observar mejor.

- ¿Qué sucede?-

- Ayúdame a girarla - pedí entrando en pánico.

Absalon tomó su brazo con delicadeza mientras yo la ponía boca abajo.

- Maldición- escucho a mi lado, sin embargo, yo me había quedado horrorizado.

Una herida abierta de, al menos, cinco centímetros de largo; a su alrededor estaba de un color rojizo y dentro podía notar un líquido blanco. Toqué con cuidado la herida sintiendo la piel caliente, al instante un quejido de dolor salió de los labios de Alek.

- Necesitamos el doctor, ya - comenté mientras caminaba hacia la cocina para volver a mojar la que antes era mi camiseta. - Está infectado y seguramente necesitará puntos.

- Yo tenía que cuidarla... - un fuerte golpe en la puerta lo interrumpió.

Inmediatamente Absalon sacó el arma y apuntó.

- ¿Qué está sucediendo?- preguntó mi hermana levantándose del lugar en el que estaba durmiendo.

- No lo sé, escondete detrás del sofá- ordené mientras me ponía frente al cuerpo inerte de Alek y sacaba el arma de mi espalda.

Hubo otro golpe antes de que Absalon abriera la puerta listo para disparar.

- ¿Dónde está Al?- escucho, acto seguido, veo a un hombre entrar rápidamente.

Al ver una doctora detrás de él me dedico a alejarme del cuerpo de Alek, no mucho por si las dudas, e inmediatamente el tal Collin se puso a su lado.

- ¿Pero... cómo? - murmuró. Observé con detenimiento la cara de preocupación y horror que puso en cuanto la vio. - Solo tenías que cuidarla.... - dijo sin dejar de mirarla. Supuse que le habló a Absalon ya que a mi no me conocía.

- Lo sé, yo... -

- ¿Cuál es tu excusa?- lo interrumpió

- Se salió de mis manos, Collin. El avión explotó y... ella estaba delante y... - era la primera vez que lo veía tan nervioso, ¿quién era éste chico?

Collin se levantó del suelo e inmediatamente su lugar fue reemplazado por la doctora.

- No quiero excusas baratas, Absalon, quiero la verdad - se acercó un poco más-  Siempre reconocí tu eficacia en tu trabajo: eres impecable, Absalon. Eres reconocido por "prevenir" - dijo haciendo comillas con sus dedos- el comportamiento del enemigo, lo que te hace un gran estratega,  ¿qué cambió ese día?

El silencio reinó en la habitación y la tensión en el aire se hizo muy obvia.

- Lo siento- se disculpó Absalon.

- No me sirven tus disculpas y a ti tampoco porque en cuanto Al no despierte... - dejó la frase en el aire - ¿Quiénes son estos dos?- preguntó mirándo hacia mi hermana y hacia a mi reiteradas veces.

- Soy Aleksei y ella es mi hermana A...-

- Te conozco - ¿qué tiene con interrumpir a las personas?- el ex guardaespaldas de Aleksandra ¿no es así?-

Me quedé sorprendido ante su confesión, ¿tan cercano a la familia era? 

- ¿Cómo lo sabes?- pregunté con desconfianza. Su cara seguía tan neutra como cuando llegó.

- Conozco a Jack desde hace mucho, Aleksei. - se acercó unos pasos más- A pesar de que ella vino hasta aquí a ayudarte, lo cual es bastante sorprendente, tú no la cuidaste ¿Por qué?

- Oigan, ¿se pueden callar? Estoy intentando concentrarme y con ustedes revoloteando por aquí no puedo. - Nos interrumpió la doctora.

- Lo siento, Brenda - se disculpó Collin antes de hacernos una seña de que lo sigamos a la cocina. 
Me senté apoyando mi espalda contra la pared, frente a mi se sentó Collin y un poco a mi izquierda estaba Absalon. Lo llamado cocina es una habitación con una pequeña mesada, húmeda y rota por donde mires, estufa oxidada y una silla rota en un rincón. 
Luego de unos minutos Collin volvió a hablar.

- La cuidé toda mi maldita vida y ahora... - estaba su cabeza entre sus rodillas, tenía el pelo largo , atado en un moño desordenado. - y ahora está en esa puta habitación, herida y débil por su culpa - nos acusó

- Oye, amigo - lo llamé frustrado - Nosotros no la pusimos al lado del avión, nosotros no la pusimos debajo del derrumbe y tampoco la obligamos a venir. Te alardeas tanto de conocerla, pero si lo harías entonces tendrías que saber que es más terca que una mula. Antes de que digas algo - lo corte en cuanto vi que abría su bocaza - los tres queremos verla de pie, dando órdenes a diestra y siniestra así que pu...

Nos giramos en cuanto escuchamos un carraspeo en nuestras espaldas. La doctora estaba parada en el umbral de la puerta con una libreta en mano y un bolígrafo en la otra. Su rostro expresaba tristeza y cansancio, lo que me puso los pelos de punta.

- No quise interrumpir - se disculpó 

- ¿Cómo está?- me apresuré preguntar

- De eso quería hablarles- soltó un suspiro

- Por favor en español, Brenda - pidió Collin, intentando sacarle la cara de depresión que tenía puesta. Al parecer se conocían de hace bastante 

- Claro, explicaré para que entiendan - se paró más recta y comenzó a leer su libreta. - Tiene varios cortes en los brazos, piernas y rostros, gracias a dios, no hay rastros de vidrio en ellos. Su cabeza tiene un golpe no tan grave al exterior pero necesitaré una tomografía para cerciorarme que no haya afectado el lado interno. Su brazo... - hizo una pausa - ¿Qué le sucedió a su brazo ?