Caos Perfecto

XVII

Narra Aleksei:

- Rápido, imbesil, no tenemos mucho tiempo- murmuró Absalon mientras intentaba volver a abrir el ventanal.

- Cállate,  tú no cargas con el colchón- abrió la ventana de golpe y se giró a mirarme.

- Es solo un colchón- rodó los ojos.

- Bien - impulsé el colchón tirándoselo ensima.

- ¿Qué mierda haces?- vocifera molesto.

- Sostenlo,  necesito algo más de aquí- avisé dirigiendome hacia el gran ropero de roble.

- Bien, te quedas solo. - dijo antes de salir, lanzar el colchón desde el balcón y saltar tras él  

Abrí el ropero encontrándome con un total desorden de ropa.

- Mujer desordenada - murmuré antes de agarrar varias prendas y retirarme de la propiedad.

Así es como sobrevivimos desde que quedamos todos en esa pocilga. Robamos comida, bebida, aparatos tecnológicos para Collin, etc. 
Camino una calle arriba y me encuentro con el auto de Absalon estacionado. El colchón estaba atado al techo del auto con sogas, las cuales también robamos.

- Al fin llegas - habló en cuanto me senté y puso en marcha el auto.- ¿Qué traes?

- Ropa para las chicas. Se deben sentir asquerosas - murmuré mientras intentaba doblarlas.

- Nosotros también necesitamos-

Cierto. Hace una semana que no nos pagábamos un baño por lo que andábamos con la misma ropa, a excepción de las chicas.

- Puedes ponerte ésta, queda a tu figura - dije mostrándole un pequeño top azul.

- Eres tan gracioso - dijo sarcástico.

- No te quejes, todos estamos en la misma situación pero a ellas les está molestando más la estadía sucia - recordé la cara de asco de Ali - La próxima podemos entrar en donde viva alguien de nuestro talle -

El auto quedó en total silencio todo el viaje de vuelta a la pocilga. Ya dentro me encuentro a Brenda y Ali revisando cuidadosamente a Alek, y Collin estaba encerrado en su cubo de tecnología diario.

- Conseguimos el colchón y algo de ropa - Avisó Absalon mientras colocaba el colchón en el suelo, al lado del apestoso sofá.

- Perfecto, chicos - nos felicitó Brenda - Ayuden a trasladarla

Ambos asentimos y nos acercamos al cuerpo inerte de Alek. Collin también se acercó para ayudar, alegando que las mujeres no tenían porqué hacer fuerza. Lo cual no le sentó bien a mi caprichosa hermana.

- Bien, yo la tomo de las piernas, Absalon de debajo de sus brazos y el nuevo de la cintura- nos ordenó sin perder la oportunidad de volver a recordarme la discusión de hace unos días atrás.

Apreté la mandíbula y cerré los ojos con la intensión de calmar mi mal genio con este tipo. Recordé momentáneamente el día en que discutimos por quien cuidaría esa noche a Alek, mientras los otros hacen la guardia. En algún momento la discusión se salió del tema y los gritos no se hicieron esperar, hasta que fuimos acallados por una tercera persona involucrada; Brenda , la cual dejó en claro que no tenía la suficiente paciencia para una " discusión infantil para saber quien es más simio", según sus palabras. Sin embargo Collin no podía mantener su puta boca cerrada por lo que ahí fue cuando dijo que " alguien tendría que poner al nuevo en su lugar. Después de todo la mayor parte de la culpa es de él "

Ignorando lo que dijo, me pongo en mi lugar e intento tomarla por la cintura sin tocar la herida, aún abierta, que tiene. A la cuenta de tres elevamos el cuerpo de Alek con sumo cuidado y con dificultades logramos ponerla en el colchón limpio. 
El olor a la sangre acumulada por días llenó con más fuerza el ambiente logrando ponerme los pelos de punta. Me aparto en cuanto Brenda se acerca para acomodar su ropa y verificar que su brazo enyesado o heridas no volvieron lastimarse.

- Hay ropa - le aviso al ver que observa con la mirada perdida las manchas de sangre.

Brenda asiente y nos pide a todos que salgamos de la sala para poder cambiarla y, de paso, cambiarse ellas. 

- ¿Quieren comer algo?- pregunta Absalon una vez llegamos a la cocina.

Niego sin prestarle mucha atención a sus palabras y me centro en el dolor punzante en mis sienes. Cierro los ojos e inmediatamente la imagen de Alek el día que la conocí se estrella contra mis retinas; vestía un top y unos short de deporte, el sudor perlaba su frente y su mandíbula apretada le marcaba las facciones del rostro. Estaba molesta. Sus hombros estaban tensos y su espalda algo encorvada, movía levemente los dedos de su mano derecha y su pierna producía un pequeño temblor. ¡mierda! No puedo creer que, a pesar del poco tiempo de conocernos, pueda saber esas pequeñas cosas. Me siento un acosador.

¿Por qué intento conocerla? ¿Por qué me preocupo por ella? ¡Maldición, ni siquiera somos amigos!

- Terminamos - avisa mi hermana. Se había cambiado la blusa por una de mangas y dos talles más grande, el pantalón gastado que llevaba antes fue suplantado por un jogging negro con bolsillos a los lados.

Entramos de vuelta a la sala y noto que la doctora Brenda también pudo conseguir una blusa, sin embargo su pantalones seguía siendo el mismo. Me siento en el colchón, al lado de Aleksandra, al ver que todos se alejan; Collin volvió a meter su cabeza en la Laptop, Absalon subió a observar por las ventanas de arriba como veníamos haciendo desde hace días y Brenda tomó a mi hermana del brazo y se adentraron a la cocina. 
La observo por largos minutos, en donde me tomo el privilegio de detallar su rostro mejor; piel pálida, ojeras, bolsas y labios morados. De un segundo a otro noto como su respiración es más forzosa, su pecho sube y baja con fuerza y con cada bocanada larga un pequeño silbido hasta que, con una última bocanada de aire, todo se detiene.

- ¡Brenda!- grité desesperado al notar que ya no respiraba. - ¡Brenda!- tomé el rostro de Alek entre mis manos intentando que abra ese par de perlas negras.

- ¡¿Qué está sucediendo?!- en un segundo tenia a todos los integrantes de la casa sobre ella.



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En el texto hay: hacker, romance, accion

Editado: 27.05.2020

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