Me enteré que te has roto un ala y que ahora no puedes volar, pero tú a pesar de eso
sigues ahí, sonriente, igual que siempre.
Me duele tanto el no poder hacer nada para evitar tu tristeza, te amo tanto mi ángel, que me aterra el hecho de pensar que te llegases a transformar en un demonio sólo porque sin una de tus alas te conviertes en un ángel caído.
Solo quiero evitarlo, porque sin ti no soy nada, solo me hundiría más profundo en este abismo.
¡Vuelve!
¡Vuelve a ser el mismo ángel que solías ser antes!