Cartas de amor a ciegas

Capítulo 1, Parte 1. Bienvenido Damon

Falenwer, Martes 05 de septiembre de 1997.

Calle Telson, Núm. 8.

Falenwer, Noruega.

 

Querido vecino, espero no incomodarte con mi carta, la razón por la que aún no he ido a darte la bienvenida es porque no soy muy buena conversando con las personas, cara a cara me refiero; es por eso que he  decidido escribirte. Tal vez sea un poco tonto hacerlo, considerando que vives  en el mismo edificio que yo, pero como sea me parece más sencillo hacerlo así.

Quiero que sepas que yo también soy nueva por  aquí y créeme me resulta bastante complicado el adaptarme. La ciudad de Falenwer es muy tranquila y sus habitantes son muy amables, bueno al menos en esta colonia. Aun así, creo que no estoy preparada para socializar con ellos, mi trabajo es el único lugar en el que me veo obligada a hacerlo, puesto que así funciona el sistema.  Desearía que hubiera otra manera de  tener que trabajar sin tener que estar obligada a hablar con ellos, me resulta interesante que la gente de por  aquí siempre este muy interesada en conocer la vida de los demás, aunque llevo tan solo un mes viviendo aquí creo que ya me estoy volviendo una de ellos. Espero entablar mi primera amistad sería, lo más pronto posible, lo cual considero que será  difícil si nunca interactúo con ellos.

Desde que me mudé he pensado en visitar a nuestra vecina Amelie, la cual parece una buena persona, siempre la  miro como le resulta tan fácil socializar con los demás e incluso me ha saludado un par de veces cuando nos encontramos por los pasillos, pero… yo solo le  sonrió y continúo mi camino hasta llegar a mi apartamento, el único lugar en el que me siento completamente segura.

A parte de la recepcionista del edificio, mis padres y mi jefa son las únicas personas con las que puedo hablar fluidamente  sin sentirme incomoda. Mi jefa me ha ayudado mucho en esta cuestión, mmm… creo que fueron sus palabras las que me incitaron a escribirte  esta  carta, “si te vives atrapada  en tu propio mundo, como sabrás lo que realmente  es vivir, no puedes pasarte toda la vida  escribiendo historias  en papel y no tener el coraje de crear tu propia historia en el mundo real”, de alguna manera sus palabras me llegaron y me hicieron pensar más acerca de cómo  funciona la vida, ¿habrá algún secreto para aprender a vivirla? O ¿simplemente nos aventamos al mar y aprendemos a nadar hasta  encontrar tierra firme, en la cual podamos encontrar la felicidad? Pero… que tal y si  te cansas en el trayecto, ¿vendrá alguien a  rescatarte o tendrás que hacerlo tú misma para no ahogarte? Supongo que después lo averiguaré. Como sea, al menos estoy feliz  de haberme decidido a  escribirte, no entiendo como en papel soy tan buena expresándome y en persona no pueda pronunciar ni tres palabras seguidas, tal vez esa sea la razón por la que me decidí a ser editora. Quizás las cosas son como se supone que deben ser, para que todos ocupen el lugar que les corresponde en esta vida, para lo que fueron destinados, aunque siempre me he preguntado si es acaso que nosotros formamos nuestro propio destino…

De igual  manera creo que el tiempo puede traer esas respuestas. Y aunque mi madre dice que las respuestas siempre  están, solo que, las vemos cuando queremos verlas, yo creo que  hay respuestas que no dependen de nosotros puesto que la vida es así de imprecisa, pero, ­ ¿qué piensas tu a cerca de ello? Me encantaría conocer tu respuesta.

Por cuestiones de tiempo ya debo despedirme, debido a que mañana me aguarda un día de mucho trabajo, quiero que sepas que estoy aquí para lo que puedas necesitar, y de igual forma espero contar contigo también, se bienvenido a Falenwer.

Con cariño Alessandra.

 




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