Meses mucho antes para ser exactos en septiembre entré a la secundaria y me enamoré perdidamente de un niño llamado Santiago que iba en segundo de secundaria el cual, me había cegado completamente de la realidad, sumergiendo poco a poco la verdad llegando a la hermosa ilusión, que era parte de mi imaginación.
Santiago me ilusionó completamente, en las luces de sus ojos y su Hermosa boca que era como el eclipse más bello.
Pero de cualquier sueño nos tenemos algún día que despertar y ese día llegó y me derrumbó sin parar.
Maldita sea, jugó con mis pensamientos y claro... Se esforzó para cuando metiese un gol y hacer que me hubiera entusiasmado (jugó conmigo).
Entonces me acordé de el y no podía dejar pasar la oportunidad de dirigirme a ese muchacho y decirle todo lo que sentía por éste y todo lo que me hizo por dentro.
Por lo cual; tomé mi cuaderno, arranqué una hoja de este y coji el bolígrafo para que finalmente me psiera a escribir.
Editado: 16.02.2020