Cartas para un Escritor

18/03/2022

Querido J.

Han pasado varios meses desde aquel desastre del 2021. Fue algo “gracioso” de tu parte el querer convertirme al furry de la noche para la mañana, que una buena parte del año pasado quisieras provocar que me matara y que hiciera un desmadre por berrinches. Me costó un retraso considerable en cuanto a mi salud mental, casi me cuesta el perder no solo a mi novio, sino a la persona que amo en verdad como no tienes idea, alejarme de su familia que me ha acogido como uno de los suyos y perder prácticamente toda mi estabilidad.

Ya me estoy recuperando, he mejorado bastante, aunque aún necesito aprender de mis errores para poder ser una mejor versión de mí. Gracias por darte cuenta, tan siquiera de último momento, de lo que te, nos, hace felices. Fue una sabia decisión, realmente te lo agradezco.

Han pasado unas cuantas cosas desde la última vez que hablamos. Obviamente, las cosas mejoraron en cuestión de pareja, recuperé lo que tenía y estoy esforzándome en mejorarlo día con día.

Ya hay vacunas para el covid, incluso ya tengo mi tercera dosis, dos rusas y una estadounidense. Sigo esperando mexicana a base de nopal. He de admitir que me entra un poco de duda respecto a la veracidad y eficiencia que tienen las vacunas respecto a que tenemos que ponernos tantos refuerzos, pero tengo fe en que llegará un punto en el que ya por fin no tengamos que tocar siquiera el tema.

Mi abuela falleció apenas hace un mes. No lo esperaba, nadie de la familia lo hizo. Hubo demasiadas irregularidades y doctores responsables, el cuerpo fue entregado después de días por parte del ISSTEP. Hay una denuncia interpuesta ante la Procuraduría que, de acuerdo con el abogado de la familia, es un caso perdido desde el inicio. Es algo complicado. La verdad sentí un poco feo respecto de lo que pasó con ella, no era muy cercano a ella, pero sigue siendo familia y los recuerdos que tengo con ella de mi infancia no pueden pasar por desapercibido. Admito que me sentí algo culpable por no sentir más dolor del que realmente sentía, desafortunadamente la distancia que hubo de mi parte hacia ella en los últimos años fue lo que lo provocó, de lo cual siento arrepentimiento, sobre todo porque no quiero que en un futuro algo así llegara a pasar conmigo respecto de mis hijos o nietos. Por el otro lado, tuve la oportunidad de reconectar un poco con mi familia paterna, puesto que les había perdido el rastro en los años que pasé sin verlos. Ayudé en lo que pude a mi papá, pues él sí perdió a su madre y se vio afectado por ello. De hecho, en estas últimas semanas he estado tratando de ir a casa de mis padres más seguido para poder estar con ellos, especialmente con él.

Cambiando un poco de tema, desde hace un año conseguí un trabajo en Home Office como intérprete y es la mejor experiencia laboral que he tenido hasta la fecha. De verdad que es cómodo poder trabajar en bóxer, a lado de nuestro perrito y poder tomarme una ducha en mis descansos. Adoro trabajar desde casa.

Mi novio mejoró muchísimo su estatus financiero, pasó a trabajar en la misma modalidad que la mía y con un mejor sueldo, uno que merece por todo lo que ha pasado durante estos años.

Las cosas realmente han mejorado para todos, aunque no todo es brincos y alegría. La enfermedad que le pasé empezó a hacer algunos efectos que empiezan a notarse. Hemos checado eso, no es algo grave pero aún así es preocupante. Cada que lo veo revisarse su garganta para comprobar si es que está sintiendo algo me siento mal. Él ya no habla del tema, pero cada que lo veo hacer eso, siento escalofríos dentro de mí y trato de distraerme, pero la verdad es que me carcome el miedo de saber que de verdad tenga algo tan serio por mi culpa, siendo que yo ni siquiera he tenido casi síntomas. Ambos deberíamos revisarlo, sin embargo, yo soy el único que tiene Seguro Social de los dos, y de acuerdo con el IMSS no lo puedo registrar como concubino porque no cumplimos los cinco años de cohabitación comprobable. La única alternativa sería casarnos para poder registrarlo ante el Seguro Social y los dos podamos atendernos dicho problema. Sé que es lo correcto, no obstante, me da miedo hablar de matrimonio, digo, sé que prácticamente tenemos una vida de esposos porque vivimos juntos, compartimos los gastos, las tareas del hogar, tenemos un perro, solo sería añadirle el título oficiala a la relación, sin embargo, es hablar de palabras mayores, es hablar de madurez emocional y económica, es hablar de muchas cosas que son de gente que ya tiene la capacidad emocional para poder llevarlas a cabo. Me da miedo pensar en eso, pensar en si estoy preparado mentalmente para dar ese paso. Aunque después de todo, sería capaz de por el amor que le tengo, de hecho, no es que no lo ame o no lo imagine en algún futuro, es solo el temor de que ese futuro haya llegado y yo tenga que enfrentarme a una madurez que no había confrontado antes. Me da miedo el futuro, pero tras hablarlo podríamos solo decirlo a nuestros amigos más, más, más cercanos y podríamos hacer una pequeña celebración. Sería algo lindo, romántico si lo piensas. No tener que estar con mucha gente que solo invitas por compromiso y demás, sino solo tus amigos cercanos, los que siempre han estado contigo y aquellos con los que quieres compartir un momento tan especial como es el matrimonio. No lo sé, todavía tengo incertidumbre al respecto, pero tarde o temprano es un paso que debemos de tomar, que yo deberé de tomar.

Creo que ya no hay mucho por contar, ah, bueno, subí algo de peso por la cuarentena, pero esperemos eso pueda solucionarse para diciembre. Te mando un fuerte abrazo, neta espero que estés bien, no te he olvidado, aquí estoy para ti, para lo que necesites. Te quiero un chingo.

Con cariño, Juan.




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