Cartas para un Escritor

15/01/2024

Querido J.

Creo que la madurez que me ha brindado consigo la edad, así como las experiencias que he tenido me han llevado a concretar una idea, un plan de vida que he tenido desde que te conocí cuando era pequeño.

¿Recuerdas cuando abandonamos la carrera hace años, con la ilusión de convertirnos en un prodigio literario? Ja, éramos un par de idiotas. La vida no es sencilla, el mundo en el que vivimos no te permite obtener aquello que anhelas de forma sencilla. No, señor. Pero ahora comprendo que, a pesar de que la vida sea una tarada, tiene un punto al hacerlo, pues es el sabor del triunfo el que toma un gusto distinto cuando lo obtienes. Cuando obtienes algo simple, la satisfacción que obtienes surte el mismo efecto. En cambio, cuando te has esforzado por ello, la gloria que te da obtenerlo es incomparable.

Sigo sin querer dedicarme toda la vida a ser un abogado. No me malinterpretes, me gusta mucho la ley, el hacerme valorar como trabajador en cualquier lado. Pero, siendo realista, no es algo que me vea haciendo toda la vida. Esta carrera la veo ahora como una larga capacitación para un trabajo que te puede pagar muy bien, pero solo eso. Tengo muchos proyectos en mente, los cuales no se pueden realizar sin dinero. Por eso es que he durado este tiempo como intérprete, porque necesito los fondos para poder sostenerme durante la carrera. Porque quiero comprar un auto y un terreno para construir una casa. A su vez, quiero financiar mis libros, el proyecto de animación que tengo, y demás. Todo eso no se va a conseguir de la nada. El trabajo como intérprete va a financiar la carrera, y espero en su momento, la abogacía financiará lo que en verdad me apasiona.

Pasando a otro tema, apenas me reuní con mis amigos de la universidad. Realmente me alegro de tenerlos a mi lado. A todos y cada uno de ellos. Es muy interesante ver cómo han desarrollado sus propias vidas después de la escuela. Ver que ya tienen parejas de años, viven juntos de forma independiente, el esfuerzo que los ha llevado obtener sus propios logros. Cada uno tiene una historia por contar. Y estoy agradecido de formar parte de dichas historias.

Supongo que tengo que terminar esta carta de forma abrupta si lo quieres ver así, la he estado redactando mientras trabajo, mi turno está a punto de acabar y necesito alistarme para la universidad. Te quiero mucho, por favor administra mejor tu dinero, porque los dos padecemos tu pésima gestión financiera. Te lo digo como jefe y como amigo. Cuídate mucho, hasta la próxima.

Con cariño, Juan.

P.D.: Por favor sigue escuchando al “Fin de Semana”, nos ha brindado mucha inspiración y aliento en momentos difíciles. Si no te conociera bien, diría que podrías reemplazar a Zoé. Pero, al final del día, eso es tu decisión. Ambos son muy buenos y por qué no tener lo mejor de ambos mundos, ¿no?




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