11/03/2024

Querido J.

No sé cómo sentirme sobre esto que estoy a punto de contarte. De toda la vida me he considerado un escritor, uno muy malo ha decir verdad, pero a final de cuentas, soy un contador de historias (creo que así se traduce storyteller). En fin, mi punto es, por primera vez en mi vida, puede que realmente tenga el derecho a llamarme uno. Falta que tome algunos entrenamientos y demás, pero la buena nueva es que conseguí un trabajo como escritor freelance para una IA. Sí, sé que es dormir con el enemigo, pero, vamos, en esta vida hay que experimentar de todo, ¿no es así?

Me siento emocionado. Puede ser una muy buena experiencia, puede que tal vez en un futuro esto me abra varias puertas, además de que pula mis propios escritos que, hablando de, otro de los motivos por los que me siento orgulloso es que llevo un buen avance de nuestro pequeño proyecto, Luna. Son unas cincuenta hojas hasta ahora, pero en mi vida había escrito tanto en tan poco tiempo. Se siente bien. He visto varios videos de escritores y guionistas famosos que te dan consejos que aplicar en las historias, tips para manejar un storyboard y demás. Nunca antes en mi vida me sentí tan seguro de lo que quiero ser algún día: no un escritor ni un guionista, quiero ser el mejor cuenta-historias del mundo, llámese en libros, cómics, mangas, series, películas, animaciones, de cualquier modo, o forma. Ya sé, soy muy humilde al querer hacer algo tan grandioso como poner el nombre J. Farawey en los libros de historia, aunque hablando en serio, quiero ser eso. Hace como un mes en una conferencia, colocaron el prefijo “abogado” al presentarme para dar un breve discurso de apertura. Si te soy honesto, no se sintió mal, pero ahora que lo pienso bien, no es el título que quiero ver en mi tumba cuando me muera, al menos no el principal. Insisto en mi punto de querer terminar la carrera por orgullo, pero el mundo de los libros y el cine es lo que más llama mi atención, es donde el fuego de mi alma arde cada que le echan una mísera hoja. Ojalá algún día lo podamos conseguir, sería grandioso, ¿no lo crees?

Este año no te di mi clásico discurso después de ver los Óscares como cada año, pero lo que sí hice fue ver casi cada película nominada para estudiar qué hicieron bien los guionistas, ver cómo funcionan los diálogos, las estructuras de las historias y tratar de aprender lo más posible para poder aplicarlo a mis escritos. Espero que funcione, me encantó hacerlo, fue una experiencia fenomenal.

No le digas a los demás, pero solo presto atención como a dos clases de las seis que tengo en la Universidad, las demás me las paso en Luna, contigo. Creo que por ello avancé tanto tan rápido. Terminando la carrera tal vez busque alguna escuela de cine o algo, pero tendría que ser fuera de la ciudad, si es que quiero instruirme bien.

Creo que eso es todo lo que tengo por decir en esta ocasión. Cuídate mucho, nos estamos escribiendo. Literal. Te quiero mucho, aunque a veces seas un tonto. Sigue así.

Con cariño, Juan.