Casado con mi secretaria

Capítulo 49

La ambulancia está tardando y Alex está tan nerviosa que temo que en cualquier momento también se desmaye, voy rápidamente a buscar a su madre dejándole advertido al doctorcito Cruz que si se acerca le retuerzo el cuello.

La señora Carlin al escuchar que Stefanie se ha desmayado por culpa del tal Evan y que tiene un golpe en el labio y que también el tipejo ese iba a golpear a Alex, tomó un cuchillo y salió de la cocina a toda carrera, tuve que perseguirla y quitarle el bendito cuchillo, porque siendo la madre de Alex sé cómo puede reaccionar, aunque el idiota ese se lo merece eso implica cárcel.

La abuela corre de primera y la señora Alicia va seguida quitándose los zapatos de plataforma, llegan hasta donde están Alex y Stefanie. Evan intenta acercárseles al ver a todas alarmadas y es que él al ser doctor es el único que sabe qué hacer, aunque al escucharlo hablar la abuela le lanza uno de los zapatos de plataforma que la señora Alicia sostenía en las manos, al parecer ella sabe qué hacer y le da algunas indicaciones a Alex y a su madre, empujo de nuevo al doctorcito contra el árbol tirando de su lindo uniforme que no usará por mucho.

Saco las llaves de la camioneta, la ambulancia nunca llega y esto es serio, ya es mucho tiempo para que no regrese en sí. Alex toma rápidamente las llaves de mis manos y corre hasta la camioneta, el imbécil de Evan vuelve a intentar acercarse y de un empujón lo tiro otra vez contra el árbol.

Pobre árbol, no merece ser usado contra este insecto.

—Te dije que si te acercas te retuerzo el cuello —le susurro al idiota, no dice una palabra y juro por unos instantes que lo observo preocupado, claro, ¿quién no? Si muere va a ser su culpa.

Observo a Alex que choca la camioneta contra un bote de basura y luego se sube a un jardín, definitivamente no está en condiciones de conducir, cuando se estaciona cerca llevo a Stefanie en brazos hasta la camioneta y una vez dentro la señora Alicia y la abuela suben, me acerco a Alex, quien mira al frente desorientada.

—Alex, déjame conducir —ella asiente sin mediar palabra, la ayudo a bajar de la camioneta tomando su antebrazo, miro una marca de dedos justo cerca de su codo, al ser su piel bastante blanca es bastante notable—. Hijo de puta, esto me lo arreglo con él —siseo, y sí que lo haré, ayudo a Alex a subir al lado del copiloto.

Voy a una velocidad bastante rápida, pero creo que puedo manejar aún más rápido, todas están tan nerviosas que ni siquiera se percatan, el maldito de Evan viene detrás en su estúpido Audi negro, ojalá se vaya a un precipicio.

Por suerte el hospital no está muy lejos, voy a recepción y muestro mi identificación, soy bastante conocido en muchos hospitales porque he hecho varias donaciones al sector de salud, inmediatamente varios doctores se ofrecen a atender a Stefanie y de paso a Alex por ese moretón en su brazo.

Llego hasta donde están la señora Alicia y la abuela, ahí está Frank moviéndose de un lado a otro, por sus gestos está bastante molesto.

—¿Lo has visto? —pregunta al verme. Niego con mi cabeza.

—Yo también estoy buscando a ese malnacido, también iba a golpear a Alex solo porque le dio un golpecito en la mandíbula, qué cobarde, así que espero verlo con ansias.

—¿Ah? —Frank me mira desconcertado—. ¿Quién seguía luego? ¿Alicia? ¿Luego mi madre?

—¡Ahhh! —exclama Alicia—. A mí me toca un pelo ese aborto de avestruz y le arranco los huevos.

¿Qué? Evito reírme porque la situación no está para hacerlo, pero al soltar la abuela una carcajada no me puedo contener y todos terminamos riéndonos. Si es que de tal palo tal astilla.

—¿Familiares de Stefanie Cruz? —dice una voz tras de mí, un señor de mediana edad con una bata de doctor nos habla, Alicia se levanta de la pequeña banca donde estaba con la abuela y se acerca a él, seguida de ella va la abuela.

—Sí, sí, nosotros —dice de inmediato.

—Por suerte, la joven y el bebé están bien —¿el bebé? ¿Cómo? ¿Y es que ese idiota se atrevió a golpear a su mujer embarazada? Qué hijo de perra—, pero necesitará reposo porque puede sufrir aborto espontáneo.

—No, no… —la madre de Alex lleva la mano a su pecho y otra a su frente—. Voy a matar a ese maldito —el doctor la mira con el ceño fruncido y se vuelve a mí.

—Señor Anderson —me da una receta médica—, su esposa está bien, solo le daré unas pastillas para la inflamación, está en enfermería en estos momentos.

Tomo la receta médica, y la observo, solo hay una pastilla aquí, esto no debe ser todo, juro que si empeora lo culparé a él.

—Tienes que estar al tanto del horario porque esa jovencita es buena para despistar y saltearse las horas de las medicinas —escucho a su madre, sonrío, conmigo no pasará eso. Para mí si dice que es a las tres, es porque es a las tres.

—Pueden ver a la señora Cruz junto a su esposo que está en la sala de espera al lado de su habitación.

—¿Cómo? —inmediatamente Frank camina hacia esa dichosa sala y yo me encamino a la enfermería.

Al llegar, ella está sentada sobre una camilla y hablando con un tipejo bastante joven de uniformito de enfermero, están sonriendo mientras él venda su mano. Alguien se va a ir golpeado de su trabajo hoy. Entro y él voltea a verme.

—¿Familiar? —pregunta el tonto ese.

—Su esposo —contesto de inmediato.

Llego hasta Alex, tomo su mentón y beso sus labios mientras el idiota termina el vendaje, está incómodo, pero me vale mierda, termina y le sonríe retirándose. ¿Y es que todavía le sonríe? Lo observo alejarse y Alex esboza una sonrisa, esto no es gracioso.

—El doctor me dio una serie de pastillas que te vas a tomar por la inflamación, dice tu madre que eres buena para esquivar las horas de las medicinas, pero conmigo te las vas a tomar sí o sí.

Ella ríe, pero sabe que es cierto, en ese preciso momento Frank entra a la sala, y observa la muñeca de ella.



#731 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, jefe, celos

Editado: 05.12.2019

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