Casado con mi secretaria

Capítulo 63

No pude dormir toda la noche pensando que Alex tiene una motocicleta y ahora me va a torturar cada vez que salga en ella. Estoy buscando los miles de maneras de deshacerme de esa moto, pero con todas sé que Alex se va a molestar. Tal vez tenga que pagarle a los amigos de Rosa para que entren a mi casa, simulen un robo a mano armada y solo se lleven la motocicleta. ¡Ah! Y la alfombra de girasol.

Como es de imaginarse, mi padre y el señor Alexander se llevan más que bien, hablan alemán todo el tiempo, sí, como dije, él se emociona con todo lo relacionado con Alemania, pueden estar hablando mal de mí y yo no entiendo una mierda para defenderme, tal vez deba ir a algunos cursos de alemán.

La Navidad ya se acerca y ya comienza a sentirse, no sé por qué me gustan estos días y mucho más porque Alex nació cerca de estas fechas festivas. Acordamos pasar Navidad con la familia de Alex y Año Nuevo con la mía. Pero todos ellos se pusieron de acuerdo para pasar Navidad juntos en mi casa. Al menos significa que no viajaremos y me ahorraré ese estrés. Pero, eso significa que Henry y Brittany posiblemente se aparezcan y David no quiera hacer presencia, para mí, ambos son mis hermanos solo que nunca olvidaré que Henry haya caído tan bajo con Brittany cuando se llevaba tan bien con David.

Todos tienen que irse hoy, al menos sé que a Alex le gusta su cámara, ya que le toma foto a todo y a todos. Pero no dejo de pensar en la maldita motocicleta, al menos se ve feliz en ella, tendré que aprender a rezar con Rosa.

Alex enfermó, sé que es por el clima y por salir en esa motocicleta sin abrigo. Ella dice que es «solo un resfriado», pero eso también puede ocasionar la muerte. Sí, mi abuelo Gerard murió de «solo un resfriado». Alex es demasiado terca y no quiere estar en cama, la voy a tener que amarrar para que se quede ahí, hablo en serio.

—Oliver, es solo un resfriado.

—¿Y? Mi abuelo murió de un resfriado.

—Tu abuelo tenía ochenta y nueve años.

—Para la muerte no hay edad.

Y sé que tengo razón.

Tengo que estarla llamando a cada hora para que se tome sus medicinas y para saber que sigue en cama. Por suerte, solo le duró tres días.

 

k

 

El jueves por la tarde, David llega a mi oficina justo a la hora de salida. Nos vamos juntos a mi casa, teníamos mucho trabajo y Alex se llevó mi auto, no puedo hacerla esperar con nosotros, aún tenemos que terminar algunas cosas, pronto va a ser mi socio.

Llego a mi casa, Alex no está y tampoco la motocicleta, estupendo, espero que regrese pronto si no vamos a tener problemas. Nos sentamos en mi sala mientras revisamos unos papeles, unas sonoras risas que ya conozco me hacen voltear a ver en dirección a la puerta. Ahí viene ella, no sé qué le causa tanta felicidad, pero quiero saber, inmediatamente que sus ojos verdes me enfocan su risa se disipa, la observo con intriga.

—Se puede saber qué te trae tan feliz —rasca la parte trasera de su cabeza.

—De hecho, no son risas de felicidad —contesta, espero que no haya arrollado a nadie. Extiende su mano hacia mí y me entrega un papel, lo tomo y observo con curiosidad, es una multa, por no usar c… ¿POR NO USAR CASCO?

—Alex. ¿Cómo es esto posible? Sales en esa maldita cosa y no te llevas el puto casco, tienes dos, ¿qué tal si en una de esas sufres un accidente y tu cabeza se estrella contra el adoquinado? ¿Entiendes qué pasaría? ¡Mueres!

—Oliver…, solo fui por un helado a dos cuad…

—Oliver nada, tienes que ser más consciente por Dios. Te mostraré unos videos donde las víctimas sin cascos son las primeras en morir.

Luego Alex me hizo cambiar de ánimo a su manera, y es que cómo seguir molesto cuando esas piernas me aprisionan y esos labios me devoran.

Hasta me sonó a novela erótica.

Al día siguiente, elaboro un informe sobre mi cama mientras ella se cepilla los dientes.

—Oliver, me dijiste que no tenías Facebook.

—No tengo Facebook, amor, eso es una pérdida de tiempo.

Nunca he tenido ninguna red social.

—Bueno, aquí dice: «Oliver Anderson quiere ser tu amigo» —inmediatamente levanto la mirada y frunzo mi entrecejo.

—Y es una foto tuya durmiendo sobre mi sofá de mano. ¿Cómo es que no te gustaba? —¿qué?

—¿Cómo? —me levanto y camino hacia ella.

—Hasta tienes un comentario en tu foto del señor William Argazzi.

«Descansando, estimado Anderson».

Y comentaste: «Así es niño William».

Tomo el celular y lo observo. ¡Joder! Yo sé quién hizo esto.

Puta.

—ROOOOOSSSAAAAAAAAAA —salgo de la habitación a paso rápido con los puños apretados, tengo mi mandíbula tensionada —ROSA, JODER. ¿DÓNDE PUTA ESTÁS?

—¿Qué mosca le picó ahora, niño Oliver? —Rosa sale de la cocina limpiándose las manos en una toallita de papel, bajo las escaleras rápidamente y Alex viene detrás de mí.

—¿CÓMO QUE QUÉ MOSCA ME PICÓ? ME HICISTE UN MALDITO FACEBOOK Y LE MANDASTE SOLICITUD A UNO DE MIS SOCIOS MÁS IMPORTANTES.

—¿Quién? ¿Yo? ¿Por qué dice que fui yo? —lleva sus manos a su cintura con indignación. ¿Y todavía?

—PORQUE ES AL ÚNICO DE MIS SOCIOS QUE CONOCES Y TAMBIÉN, ¿QUIÉN MÁS VA A CONTESTAR «GRACIAS, NIÑO WILLIAM»?

Rosa se suelta en risas. Y a mí me encabrona más.

—YO NO LE VEO LA PUTA GRACIA, ROSA. ESTÁS DESPEDIDA.

—Pero el niño William tampoco tiene Feibu, no se preocupe, niño Oliver —se suelta en risas—, solo quería ver su reacción y ya que me despidió me voy a ver mi novela.

Y se fue sin más, no puede ser. Vuelvo mi mirada a Alex quien está detrás de mí suelta en risas, estas dos juntas van a matarme. Llevo mi mirada de desaprobación hacia Alex pasando a su lado, no hablamos el resto del día.

Rosa volvió al día siguiente.

 

k

 

Llegó la Navidad y la abuela Carlin nos tejió guantes a todos, mi abuela nunca me tejió guantes, por lo tanto, ya quiero a la abuela como una abuela propia.



#727 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, jefe, celos

Editado: 05.12.2019

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