Casado con mi secretaria

Capítulo 66

—¿Puedo saber qué haces por aquí? —pregunto, intento sonar amable, pero eso no me sale con personas que no me caen bien, como Brittany.

Ella no contesta, no dice una palabra, se queda petrificada, y mira a David, él también la ve cuando diviso la silueta de Natalie acercándose a lo lejos. ¡Estupendo! Lo que faltaba, David da la vuelta fingiendo indiferencia mientras Natalie llega hasta nosotros. Brittany voltea y la observa, ambas lo hacen, conociendo a Natalie la arrastrará frente a mi casa en estos momentos.

Pero no, al parecer no sabe quién es, ella esboza una gran sonrisa.

—¡Hola! —exclama, al ver a Brittany y me mira de reojo, como imaginándose miles de cosas en su mente sobre ella y yo. Siento asco por lo que sea que está pensando.

—Ella es la esposa de mi hermano —digo, como una aclaración; observo cómo ella se relaja. Brittany solo sonríe fingidamente y la repasa de pies a cabeza.

—Bien, ya no te mato —gesticula, mientras Brittany está tensa viendo hacia otro lugar, puedo adivinar que ella sí sabe quién es.

—¿Está el rubito? —cuestiona, Brittany lleva su mirada a ella y asiento, en ese preciso momento Henry se aparece detrás de Brittany y mira a Natalie de pies a cabeza, conozco esa mirada de Henry y Brittany también lo mira, no sé por qué, pero presiento problemas.

—No te esperaba, Henry. ¿Por qué no me avisaste que vendrías? —hablo, cortando el silencio incómodo, mientras Natalie luego de dedicarle una sonrisa a Henry pasa al interior, solo espero que ahora no quiera bajarle a ella también. Aunque sé que Natalie es muy diferente a esa falsa e hipócrita de Brittany que solo hace amistades por dinero.

Henry resopla, ahora poniendo su mirada en mí volviendo en sí.

—Tenía mucho trabajo, quise hacerlo en el avión, pero lo olvidé, lo lamento.

—No te preocupes, pasa, por favor —ambos pasan cuando yo solo dije «pasa», pero no tengo de otra.

Brittany entra primero a toda prisa, Henry tras ella se detiene en la puerta y me observa enarcando una ceja.

—¿Quién es la chica? —lo presentía, estupendo.

—La esposa de David —digo, sin titubear, inmediatamente sus ojos se agrandan y me mira con sorpresa, casi al segundo cambia su expresión.

—Estupendo, bien, solo estaré por un par de días porque quiero que me ayudes con unos informes. ¿Está bien? —asiento. ¿Ya qué? ¿Pero qué le costaba venir solo? No creo que exista alguien que quiera robarse a Brittany.

Y las cosas no quedaron ahí, cuando doy la vuelta una vez cerrada la puerta, la mirada de David con la de Henry se encuentran, y como siempre pareciera que se intentan asesinar, pero Henry la lleva a Brittany, quien menciona su nombre cruzándose de brazos arriba de las escaleras, rodaría mis ojos exasperado si no es porque eso se vería tan gay.

Natalie dice algo a David y él la mira con desaprobación, no sé qué pudo haber sido, pero Natalie ríe de forma macabra, David la toma de la mano y a arrastres la lleva hasta la puerta.

—Te veo mañana, Anderson —asiento, total si se queda, se agarra a golpes con Henry o se le lleva a Natalie.

—Adiós —Natalie me hace una seña de despedida con su mano mientras David la sube a su hombro y se la lleva, ella comienza a patalear y recuerdo la vez en Italia que hice eso mismo con Alex, cuando esa loca malcriada ya estaba comenzando a gustarme en serio, sonrío solo de pensarlo.

Cierro la puerta que el idiota de David ha dejado abierta y camino hacia mi habitación, puedo escuchar discusiones entre Brittany y Henry, quienes están en el pasillo, al verme ambos cesan y Henry esboza una media sonrisa y entra a la habitación. Había olvidado que mi celular lo había dejado sobre mi cama, inmediatamente corro hacia él, si Alex me ha llamado esta será bronca por no contestar, pero por suerte no lo ha hecho, sí, ¿por qué no me ha llamado?

De inmediato marco su número, solo espero que las cosas estén bien entre ella y su padre, luego de algunos tres tonos contesta.

—Mi amor… ¿Todo bien? —pregunto—. No me habías llamado.

Hace una pausa.

—… tiene cáncer —menciona, frunzo el ceño, su voz está rasposa, tal cual ha estado llorando y algo en mi interior se estruja.

—¿Tu… padre? —pregunto temeroso, mientras me siento en el borde de mi cama. Espero que no sea él del que está hablando.

—S… Sí —balbucea, por unos instantes mi mente se queda en shock, esto no puede ser verdad.

—¿E… Él te lo dijo? —yo también balbuceo, no, esto no puede estar pasando, ya pasé por esto al lado de David y su madre, esto no, por favor, Dios.

—Así es —comienza a llorar—, y está demasiado avanzado, ya no hay nada que hacer.

No, no, nooo, llevo mi mano a mi cabeza, hasta yo siento ganas de llorar, me recuesto en mi cama pensando que para esta enfermedad ya avanzada no hay cura.

—No sé qué hacer, Oliver. Quiero simplemente que este sea un mal sueño y despertar de una vez —y yo aquí sin poder abrazarla, me arrepiento no haber ido con ella.

—Alex, te dije que iría contigo, me parte el corazón escucharte así y yo sentirme impotente. ¿Sabes qué? Hoy mismo llego —me levanto de un salto y busco qué ponerme.

—Oliver, no —contesta de inmediato—, mejor descansa. Yo llego mañana temprano.

—Alex… —interrumpo, yo quiero estar con ella.

—Oliver, por favor —resoplo, no tengo de otra.

—Está bien, mi muñeca. Me avisas cuando estés aquí para llegar por ti.

Hablamos por más de una hora, hice lo mejor que pude por hacerla sentir mejor, pero hasta yo me siento devastado, le dije todas las opciones que hay para esa enfermedad, pero dice que su padre no quiere estar en un hospital, y lo entiendo, la madre de David sufrió varias quimioterapias e igual, no lo logró.

Me cuesta conciliar el sueño el resto de la noche, esa noticia pasando por mi cabeza una y otra vez, y esto que no es mi padre, no me imaginaría yo en esa situación con el mío, sé que ella tampoco puede dormir porque me comienza a textear y yo comienzo a responder, nos texteamos por varias horas, hago mi mejor intento por hacerla reír, hasta que deja de contestar, sé que se ha quedado dormida. Luego de algunos minutos, yo también caigo en un profundo sueño.



#735 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, jefe, celos

Editado: 05.12.2019

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