Casado con mi secretaria

Capítulo 75

Las cosas van tomando el rumbo que quiero, dentro de poco todo debe estar funcionando como lo tengo pensado, David me ha ayudado bastante y a la mierda mi padre con su empresa. Juro que cuando tenga mis hijos nunca los voy a tratar de esa forma como él ha sido conmigo, tampoco haré comparaciones entre ellos y que hagan su vida como quieran.

Hoy me he dispuesto a cambiar un poco esta rutina de trabajo, Alex me ha pedido que salgamos y la verdad que lo necesito, me siento estresado y cuando eso pasa exploto; agradezco a Dios que puso a Alex en mi camino, ella me comprende y apoya bastante. Justo cinco minutos antes de salir de mi casa recibo una llamada de uno de los que será mi socio. Algo no comprendió y es que no entiende muy claro nuestro idioma, lo tendré que hacer de nuevo con palabras más sencillas. ¿Por qué no estudié holandés?

—Mi amor, dame 10 minutos, por favor, tengo que escribir algo.

Ella asiente, y toma lugar en una silla giratoria viendo hacia la ventana, tecleo lo más rápido que puedo, pero siempre voy revisando todo para que no haya ni el más mínimo error, me percato de que ya pasaron más de los 10 minutos y aún no termino, me apresuro, sin embargo, al ver que me confundo bastante mejor decido llevarlo con calma.

—¿Oliver? ¿Ya? —pregunta Alex, no levanto la mirada, continúo lo más rápido que puedo.

—Amor, diez minutos.

—Eso me dijiste hace veinte —bufo. ¡Qué estrés! ¡Joder! La miro con desaprobación y ella quita su vista de la ventana para volverla a mí.

—Alex, no me estreses —suspiro, intentando calmarme, ella vuelve su mirada a la ventana y yo me siento el más mierda por hablarle de esta forma, luego me disculpo.

—Lo que estás haciendo es demasiado —habla luego de unos minutos, tengo que terminar esto ahora, mi padre nunca deja a los socios para después y yo tengo que ser mejor que él si quiero lograr cosas mejores en menos tiempo.

—Dijiste que me apoyabas —continúo tecleando.

—Y lo hago, pero también quiero salir contigo. Estás poniendo tu trabajo primero.

—Alex, eso no es verdad, solo quiero terminar esto, luego soy todo tuyo, ya sabes que no me gusta dejar tareas pendientes. Las cosas están yendo bien.

—Para ti.

—¡Alex! —exclamo cerrando mi laptop—. Por favor, mañana tengo una exposición y lo que menos quiero son discusiones.

Ella no dice una palabra, abro mi computadora de regreso bajo su mirada y continúo, yo también quiero salir, pero hay cosas más importantes, mi padre no anda saliendo por ahí mientras tiene que trabajar, cuando las cosas ya están logradas es que uno puede darse esos lujos. Luego de varios minutos, Alex camina hacia mí y se sienta a mi lado sobre la cama y reposa su cabeza en mi hombro, y yo mi mejilla en la coronilla de su cabeza, ya casi voy terminando.

—Mi amor, lo siento, ¿sí? —deposito un suave beso en su cabeza, su cabello huele estupendo, me encanta—. Solo déjame que termine esto y luego vamos donde tú quieras, mi princesa. ¿De acuerdo?

Ella asiente, con una media sonrisa. Cuando por fin creí que había terminado vuelvo a llamar al señor Bürke y quiere leerlo conmigo al teléfono para que explique ahí mismo lo que no entienda, esto no puede ser verdad; ya llevo 15 minutos con él al teléfono y estoy haciendo lo mejor que puedo para explicarle lo más claro posible, ya hasta me está dando dolor de cabeza, miro mi reloj, ya es bastante tarde, pero no puedo quejarme, es uno de los más importantes hasta ahorita, junto a él bajo a mi padre del trono en el que esté.

Cuando termino la llamada luego de unos 45 minutos ya me siento agotado, y reviso que hay cinco llamadas perdidas de mi padre, ya sé que quiere reclamarme, le he quitado tres de sus socios más importantes, y los que faltan.

Observo mi reloj, ya no es una hora agradable para salir, mucho peor cuando tengo una reunión muy temprano mañana. Podemos salir otro día.

—Alex, mi amor… Mejor paseamos mañana. ¿Te parece? —no recibo repuesta de ella, volteo en su dirección y veo que tiene los ojos cerrados, se ha quedado dormida, me siento mal por no haberla podido llevar donde ella quería, pero podemos salir otro día. Por hoy me siento cansado, me cambio y me voy a dormir, mañana será una jornada muy ajetreada.

 

k

 

Despierto de golpe, recuerdo que la noche anterior no había dejado alarma y me levanto de un salto. ¡Joder! Miro el reloj sobre mi mesa de noche y observo que es bastante temprano. ¡Qué alivio! Mis pulmones sueltan todo el aire que estaban reteniendo, casi me da un ataque de pánico, el día que llegue tarde a una reunión me muero.

Tomo un baño y me alisto, mientras pongo mi corbata observo a Alex, sigue dormida y se ve preciosa así, no me había percatado de que ni siquiera se cambió ayer y el short que lleva puesto deja gran parte de sus piernas al descubierto que están enfundadas en unas medias negras, no sé por qué, pero amo esas piernas, sonrío mientras termino de acomodar mi saco. Bajo las escaleras y ahí está Rosa en la cocina, coreando alguna canción en español, escucho algo así como «rata de dos patas», sé algo de ese idioma gracias a ella. Me enseñó algunas frases que dijo que me servirían si algún día voy a su país y me salen unos rateros, hasta las anoté.

—Buenos días, Rosa —voltea hacia mí de inmediato y esboza una sonrisa.

—Buenos días, niño Oliver —hasta ya me acostumbré a lo de niño Oliver—. ¿Va a salir?

—Sí, tengo una reunión —camino hacia el desayunador mientras me sirve algo que no logro ver qué es—, mis planes están surgiendo efecto.

—Niño Oliver —me mira con sus cejas arqueadas—, regrese temprano. La niña Alex se siente mal cuando usted llega a altas horas de la noche.

—Rosa, yo nunca sería capaz de faltarle el respeto, ni siquiera se me pasa otra mujer por la cabeza.

—Y más le vale, Oliver —sonríe ampliamente—, sino la niña Alex le corta los huevos —no puedo evitar reír, y es que hasta eso tiene que hablar con Rosa—. Pero una relación no solo se enfoca en ser fiel, también en dedicarle tiempo a la otra persona. Sabe que de igual modo un matrimonio se arruina por el exceso de trabajo. ¿Cierto? —camina hacia mí con una taza de café y la pone enfrente de mí.



#733 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, jefe, celos

Editado: 05.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.