Casado con mi secretaria

Capítulo 77

Tenía trabajo y ni siquiera pude concentrarme bien por estar pensando en ella, odio que esté molesta conmigo, pero no la culpo, tiene razón, últimamente he estado bastante distraído en otras cosas, pero seguro que esto se arregla con una hamburguesa y una cena romántica, sé que está donde Natalie trabaja, envié un mensaje a su amiga y sí tenía razón, ahí se encuentra, solo espero que no esté con el tal Matthew ese.

Al terminar con todos mis compromisos conduzco hasta el lugar, aún no ha salido, parqueo mi auto, mientras la espero reposo mis caderas sobre la puerta del copiloto, observo gente salir y entrar ahí con heridas en los brazos, en el cuello y por todos lados; tengo entendido que Natalie está trabajando aquí y esto debe ser obra de ella, sí que es buena, parecen escalofriantemente reales.

De inmediato, como si están llamándome por mi nombre, volteo mi vista al frente y ahí viene Natalie, junto a mi Alex, preciosa como siempre, lleva un abrigo largo negro y de fondo una camisa del mismo color de cuello alto, de esas que me gusta como le quedan, cuando sus ojos me enfocan su expresión no es buena, ahí me doy cuenta de cuán cagada está la situación porque ella es de las que saludan con una gran sonrisa y un efusivo abrazo, mucho más a mí. Tengo que arreglar esto pronto, por suerte no había olvidado la hamburguesa. Camino hacia ella llevando mis manos a mis bolsillos.

—Natalie va a llevarme —dice, antes de que siquiera llegue a ellas. ¡Ah! Joder, por suerte su amiga es de las que entiende con una mirada y de inmediato asiente y murmura algo en el oído de Alex, se retira dándome una última ojeada cómplice.

—Vamos, Alex, tú y yo tenemos que hablar —menciono y tomo suavemente su fina mano.

—¿Tienes tiempo? —cuestiona, ya me estoy desesperando con esta actitud.

—Sí, sí tengo, ahora sube…, por favor —suspira levemente sin despegar su mirada de mí, sus pies se encaminan al auto sin mediar palabra, bueno, creí que la iba a tener que cargar enfrente de todas estas personas, pero por suerte, accedió por las buenas.

Camino más rápido y abro la puerta del copiloto para ella, de inmediato sube, al cerrarla rodeo el auto y me adentro por el lado del conductor tomando la cajita que estaba sobre mi lugar y se la extiendo.

—¿Es en serio? ¿Una hamburguesa? ¿Dónde están las flores, los putos chocolates y el oso de felpa que dice «Perdóname»? —me dice, enarcando una ceja. ¿Es de verdad? ¿Es que hasta molesta me tiene que hacer reír? Así no puedo mostrar mi cara de arrepentimiento, sonrío ampliamente.

—Preparaba otra cosa mejor —digo enarcando una ceja—, quiero que cenemos juntos, pero no en casa…, en otro lugar.

—¿Para qué? ¿Para que vuelva…?

—Alex, no —interrumpo, regresamos a lo mismo, saco mi celular de mi bolsillo y lo apago enfrente de sus ojos, que mire que hablo en serio—, por favor, realmente quiero arreglar cualquier estupidez que haya cometido estos últimos días. No quiero que estés saliendo de casa demasiado temprano para no tener que verme.

Mira al frente, ni siquiera toma la hamburguesa, la pongo sobre sus piernas y ella no le presta atención, ya no puedo con esto, y para rematar las cosas al escuchar que le estoy hablando saca su teléfono celular y los audífonos. Me doy por vencido.

—¿Y si cenamos con tus padres? —habla, luego de unos minutos ignorándome, quitando un audífono solamente sin voltear a verme, frunzo el ceño. ¿Qué tienen que ver con esto?

—¿Para qué quieres que cenemos con ellos? Esto es algo solo entre tú y yo, mi amor.

—Tu competencia con tu padre tiene mucho que ver en todo esto, deseo que las cosas se arreglen, de otra forma esto solo va a empeorar.

—Alex, no —interrumpo—, además, no somos rivales —una cadena de hoteles no tiene por qué serle oposición a una revista, bueno, sí le quité algunos socios, pero no eran los más fuertes.

—Oliver —suspira—. Por qué no solo… Bueno, yo no quiero que tires tu esfuerzo a la basura, pero… ¿Qué tal si te unes con él? Juntas tu trabajo con el suyo.

Freno de golpe, haciendo que un auto tras nuestro comience a tocar el claxon de manera sostenida.

—¿Por qué me pides eso, Alex? —digo, sin poner el vehículo en marcha y una fila de autos tras nuestro pita con desespero.

—Oliver, avanza, por favor —dice, y ahí me percato de que estoy obstaculizando el tráfico, pongo de nuevo el auto en marcha—, y yo solo quiero que esto se acabe, tal vez tú no lo ves, pero estás dejando nuestra relación a un lado.

Me duelen esas palabras, o más con el sufrimiento que las dijo, yo no siento que esté poniendo a un lado nuestra relación, pero… no le llevaré la contraria porque no quiero más problemas, mejor haré lo posible por estar más tiempo con ella.

Tomo su mano que está sobre su pierna.

—Alex, ya no volverá a pasar, te lo prometo —digo, miro sus ojos unos segundos, y vuelvo mi vista a la carretera.

—Quiero que los invitemos a cenar —menciona, observa nuestras manos y entrelaza sus dedos con los míos, bueno ese es un avance.

—¿En serio crees que mi padre querrá hablar conmigo luego de todo lo que he hecho? —interrogo, una vez que pasamos el portón principal de nuestra casa.

—A mí en serio me gustaría que trabajen juntos o que fundáramos algo tú y yo, pero no hacerle la competencia.

—¿Algo tú y yo? —pregunto, parqueo el auto una vez que estamos frente a mi casa y miro sus ojos fijamente.

—No sé, una productora o algo así —eso no suena mal—, creo que tú y yo si nos juntamos tenemos los conocimientos suficientes para crear algo así.

Tiene razón, me quedo pensándolo por varios segundos, sí, es una buena idea, bajo del auto y lo rodeo hasta llegar a ella.

—Bien, quiero que hablemos esto con más calma. ¿Aceptas la cena? —pregunto, extendiendo mi mano, ella la toma y baja asintiendo con su cabeza.

Al menos, ya el ambiente está mejor, cuando miré había devorado la hamburguesa y en unos treinta minutos estaba lista, conduzco hasta el lugar, ya charlamos amistosamente y sonríe con cada cosa, sí, esa es mi Alex y sé que se llevará una sorpresa porque esto es algo que no se lo había mencionado, lo más probable es que me golpee, me preparo para todo.



#733 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, jefe, celos

Editado: 05.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.