¿casarme Con El PrÍncipe?

Capitulo 21

Isabella:

—Puedo invitar a Abby para que venga el sábado —Le pregunto a Cameron.

—Princesa, claro que puedes invitar-la no se te olvide que después de todo eres mi novia —Sonríe.

—No soy tu novia no me los has perdido formalmente —Le recuerdo.

—Nos saltaremos esa parte, después de todo ya hicimos cosas de novios—Pasa su mano por mi pierna y sonríe pícaro.

—Quieto vaquero tu porción es hasta la noche —Alejo su mano.

—No tengo ningún problema en tener porción doble querida —Besa mis labios.

—Te apesta la boca —Miento pero él me cree y me comienzo a reír.

—¿De verdad? —Cuestiona asustado.

—Si —Río.

Cameron sonríe, sus manos comienzan a explorar mi cuerpo. Su cuerpo queda encima de el mio, su boca traviesa comienza a besar mi punto más débil provocandome a pecar una vez más.

—Tranquila, te daré placer ya me tocará en la noche a mi —Jadeo al escuchar-lo.

—Tus padres están, no quiero que tu mamá piense que me estas dando —Hablo un poco con la voz entrecortada.

—Que lo piense, igual te voy a dar —Sigue con lo suyo.

Cameron se desase de mi fina bata de seda, dejando mis pechos a su merecer. No duda en bajar a jugar con mis pezones.

—¡Por la virgen! —Gimo.

Cameron:

Me encanta darle placer a Isabella, su cuerpo encaja con el mio a la perfección. Sus gemidos son música para mis oídos, me encanta saber que solo yo tengo el poder de que su cuerpo reaccione a mis caricias, besos y toques.

Comienzo a bajar hasta que mi rostro queda entre sus piernas, esa fi a braga blanca de encaje es el único impedimento para que mi boca esté en contacto con su centro. Con una de mis manos comienzo a tocar y la observo jadear.

—Cameron —Jadea.

Eso me pone al mil, quito sus bragas dejando al aire su zona más íntima. Comienzo a tocar su punto débil con la punta de mi lengua hasta, Isabella comienza a gemir un poco. Saber que yo soy el único que le provoca me alegra muchísimo porque eso significa que la tengo solo para mi.

Meto un dedo, luego dos. Comienzo un vaivén de saca y mete, mi boca sigue pegada a su intimidad tan deliciosa, el cuerpo de Isabella comienza a arquearse por causa del placer, lo único que inunda la habitación es los jados y gemidos de mi amada prometida.

—¡Cameron! —Se libera.

Su sabor no es ni dulce ni salado es simplemente una combinación exquisita, con uno de mis dedos llevo un poco de su sabor para que ella se pruebe.

—Lame —Ordene.

Isabella comienza a envolver su lengua alrededor de mi dedo y después se aleja, parece saborear un poco hasta sonreír y eso hace que yo también sonria.

—Nada mal —Opina.

Niego con mi cabeza, me acerco a ella para dejar un corto beso en su rosados labios. Luego me alejo para observarb sus hermosos ojos, cada vez estoy más seguro de que Isabella es la con la que quiero pasar el resto de mi vida.

—Bueno, ¿Qué tal si nos duchamos para ir al instituto? —Propuse.

—Me parece una buena idea después de todo tenemos mucho de no ir a clases —Acepta.

[...] 
 


 

—Muévete Cameron —Pide Isabella como por quinta vez. 
 


 

—Ya voy, tu eres la apurada —Dije como si fuera un niño pequeño regañado. 
 


 

—Vamos tarde, yo sabía que no era buena idea que-darnos haciendo cosas pervertidas —Río al escuchar lo que dice. 
 


 

Isabella sube en la parte trasera de el auto que nos lleva al instituto, luego yo hago lo mismo que ella solo que de paso cierro la puerta, el auto comienza a dar avance mientras que yo veo a Isabella hechando-se un montón de cosas en la cara. 
 


 

—No me mires, no puedo maquillarme si alguien me ve —Comenta molesta. 
 


 

—No te haré caso, porque prefiero ver como tapas tu hermosa cara con una máscara, Isabella no necesitas maquillarte eres preciosa así. —Me cruzó de brazos. 
 


 

—Tu lo dices porque me vez con los ojos del amor —Se defiende mientras se hace algo en los ojos. 
 


 

—Yo te veo con esos ojos es verdad, pero también se que eres preciosa sin eso, con maquillaje te miro fea —Comente. 
 


 

—Bueno Cameron suficiente, apartir de ahora me voy a maquillar todos los días y tú te quedaras callado —Afirma. 
 


 

—Destruire tus cosas —Amenazó. 
 


 

—Se que me lo vas a comprar nuevo porque te sentiras mal por haber roto mis cosas, no me preocupa eso cariño —Ríe. 
 


 

—Bien, tal vez tengas razón. —Mencione. 
 


 

Al parecer a Isabella no le da tiempo de terminar su maquillaje porque el auto se detiene frente al instituto, yo por mi parte bajo con mi mochila y la de mi novia, cierro la puerta rodeo el auto y abro la puerta para que Isabella baje. 
 


 

—¿No quieres llevarme alzada? —Propone. 
 


 

—Oh no, no quiero cariño así que camina que según tu veniamos tarde —Negué divertido. 
 


 

—Pero a ti no te van a decir nada porque eres prácticamente el nuevo rey solo falta la coronación y nuestra boda, yo no tengo ningún título mas que el de plebeya para la realeza —Explica bajando del auto y cerrando la puerta. 
 


 

—Claro que tienes un título importante para todos, al ser mi prometida quiere decir que eres una princesa y una futura reina para toda Inglaterra —Tomo su mano entre la mía. 
 


 

—Aveces siento que si no hubiera sido por ese compromiso no te fiajarias en mi —Expresa sincera. 
 


 

—Eso no es verdad, cuando éramos niños me gustabas —Confesé viéndola con mucha ternura. 
 


 

—Eres tan mono —Me mira con ternura. 
 


 

—Vamos a clases, de verdad ya no quiero llegar mas tarde de lo que ya vamos —Musite. 
 



#31414 en Novela romántica
#7667 en Joven Adulto

En el texto hay: amor-odio, bodas, royal

Editado: 23.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.