«íí«
¿Cómo podría describir a mi primera vez en el ámbito íntimo con un hombre? ¿Dolorosa? ¿Placentera? He escuchado que nunca resulta como está en nuestras exceptivas. Por lo tanto, es normal no haber tenido una noche excepcional junto a la persona que quiero. A mi futuro esposo. Decker tuvo paciencia y a cada momento preguntaba si estaba bien.
No duró tanto como lo imaginé.
No fue perfecto, pero tampoco mal.
—Te amo, Antia —declara Decker, besando mi frente y abrazándome—. No quiero separarme por unos años de ti. No me gusta esa idea.
Sonrío y acaricio su cabeza.
—Nos reuniremos en fechas importantes —cuento—. O cuando tengamos vacaciones de la universidad.
—Eso no lo dudes —asevera, mirándome con una expresión sonriente. Se lo ve más joven—. Cada vez que venga, te comeré por completo. Debes estar preparada por ello.
Es un descarado.
—Eres un pervertido.
Ríe.
—Siempre lo he sido, pero tuve que contenerme porque no era hora de serlo —confiesa, dejándome desconcertada. Sigue siendo por mi expresión—. ¿Piensas que no he tenido pensamientos indecorosos contigo? Es normal. Sobre todo, cuando pasé a la adolescencia.
—Pervertido.
—Lo soy —concuerda, cubriéndome con la sábana por completo. Estamos sin ropa. Ambos reímos—. Solo tuyo, Anti. No lo olvides.
Nos besamos y volvemos a acariciarnos.
No tuve que planear mi primera vez. Fue espontánea, sin nada de planes complejos. Un bonito cumpleaños y despedida. Disfruto de la cercanía íntima que no tendré por mucho tiempo y dejo que mis inseguridades floten al vacío.
«♥▬♥«
Terminamos la secundaria sin ninguna novedad.
Por lo tanto, la despedida ha llegado a nuestro pesar. Decker quiso que hablara con esa chica llamada Gia para que no sienta ninguna inseguridad. No sé si fue una buena idea, pero está enfrente de mí, justo cuando se van al exterior.
El aeropuerto es tranquilo y grande.
Los padres de Decker están tristes por su partida. Sobre todo, su madre que no deja de llorar y darle ánimos, mientras que Keiran está tranquilo comprando algo para comer.
—Fue un gusto de conocerte, Antia —pronuncia Gia sonriendo—. Escuché un reclamo de Decker. Le dijiste que no sabía sobre su compromiso formal.
—Todo nos contamos.
Ella achica sus ojos.
—¿En serio? Me alegra saberlo —responde con tono feliz—. No te preocupes por él. Lo cuidaré.
Su comportamiento no es normal.
No soy tan tonta para saber cuáles son sus intenciones.
—Decker ya no es un niño para que una chica como tú lo esté cuidando —articulo sonriendo. Su sonrisa se vuelve tensa—. Por lo tanto, lo diré directo, porque no me gusta estar con rodeos. —Tomo una pausa—. Haz lo que tengas en tu cabeza, Gia Caster.
—¿Perdón?
—Las acciones de las personas, la definen como son en realidad —prosigo tranquila—. Si quieres seducir a mi prometido, adelante.
Su sonrisa se le borra y la máscara que cargaba encima, se derrumba enfrente de mí. Igual que magia.
—Tú…. No sabes con quién estás hablando.
—Eres la hija de uno de los accionistas de la empresa Carson —espeto con tono serio, aunque por dentro la ansiedad está carcomiendo—. ¿Tus planes incluyen meterte con el futuro heredero? —La miro y sonrío—. Adelante. Puedes hacerlo.
Su mandíbula se tensa.
—¿Segura que deseas eso, señorita Duarte? —pregunta con tono irónico—. Sé jugar mis cartas a la perfección. Conozco bien a Decker y es fácil ganar.
La ansiedad punza en mi pecho, pero no dejo mi expresión tranquila.
—Haz lo que desees, Gia Caster —repito, acercándome a ella, hasta llegar a su oído—. Pondré a prueba el amor que me tiene Decker. Aparte, eres la primera persona que no posee dignidad que conozco. —Me separo y río suave—. Vaya noche para conocerte.
Ella hace una expresión molesta.
—Te quitaré a Decker Carson y así seré la futura señora de esa familia —declara rotundo—. Ya quiero ver lágrimas en esa cara sonriente, Antia Duarte.
Su declaración, viene junto a una sensación helada que recorre mi espalda y que va directo a mi corazón. Antes que sigamos con nuestra conversación amena, una presencia me rodea por detrás.
—¿Pasa algo? —pregunta Decker, besando mi mejilla—. ¿Ya hablaron?
No tiene idea quién está a su lado.
Esta mujer es una persona sin valores y hará cualquier cosa para obtener el premio gordo. Una manzana podrida que sabe manipular a un hombre.
—Solo estábamos hablando de lo triste que es dejarte —habla ella con tono triste—. Son una bonita pareja. Es una pena que no vaya con nosotros.
Es una pena que parte de la familia Carson, no me quiera.
Si hubiera sido así, estaría viajando a su lado para estudiar en el exterior, pero no fue así. No sé quién me odia más, si la abuela o su madre. Ambas no han hablado casi conmigo.