Capítulo 45

Era domingo así que ella podía prepara su propio desayuno y divertirse cocinando o inventando algo nuevo, le encantaba cocinar, debido a esto se encontraba concentrada preparando la salsa de la pasta y hablando con Tatiana por teléfono:

— ¿Irás conmigo hoy? — pregunta titubeante.

— Claro, no te dejaré sola, allí estaré. — dice con seguridad.

— Gracias. — Responde con la voz algo apagada.

Ella muerde su labio inferior, debía decirle ahora.

— También tengo que hablar contigo, es importante. — dice rápida.

— Claro, hablamos más tarde… ¿él vendrá? — pregunta vacilante.

—  ¿Hablas de Andrés? — dice extrañada.

— Si. — No quería que nadie más fuera, pero ellos últimamente hacían todo juntos.

— No, no tenemos que hacer todo juntos tampoco. — dice tranquilizado a Tatiana.

— Bien, ¿Entonces seremos sólo tu y yo? — dice con una sonrisa ambivalente.

— Si, sólo tu y yo, te llamo más tarde, la salsa ya está en su punto. — dijo orgullosa, le había quedado deliciosa, aunque lo dijera ella misma

— Está bien, luego hablamos rubia. — dice negando con una sonrisa a modo de despedida.

— Hasta luego Tati. — De despide.

Cuelga y apaga la salsa cuando de repente siente unas manos devolver si cintura, y sonríe dando cuenta de quien es. Él besa su cuello.

— Esperaba encontrarte a mi lado cuando desperté, pero estaba solo. — busca besar sus labios, hasta que lo logra.

— Eso es porque tu duermes mucho y yo tenía hambre. — voltea para verlo con una sonrisa.

Sólo tenía el pantalón de su pijama dejando su pecho desnudo a la vista, por lo que ella muerde su labio inferior enseguida.

— También me levanté con mucha hambre. — la besa.

— ¿Así? — él asiente. — genial, ya está el desayuno.

Intenta voltear, más él la detiene poseyendo sus labios apasionadamente y enseguida la sube sobre la meseta, para poderla besar mejor.

— Yo no me refería a esa clase de desayuno. — pasa sus manos por debajo de su blusa.— Tenía algo más en mente.

Empieza a levantar su blusa, más ella lo detiene.

— No, nos podrían ver las chicas del servicio. — le susurra cerca de los labios.

Entonces él la cargó haciendo que por inercia ella envuelta su cintura con sus piernas, y se la empezó a llevar, por lo cual Mary lo mira confundida, hasta que lo ve entrar al estudio y cerrar con llave, para luego tirar todo lo del escritorio al suelo y colocarla encima de este.

— Asunto resuelto. — dice y la vuelta a besar.

Enseguida se deshizo de su blusa, lanzándola por cualquier lugar. Entonces empezó a bajar por su  cuello dejando suave besos hasta toparse con su sostén, le estorban por lo que lo quito rápidamente, para luego bajar por su pecho haciendo gemir a Mary, la cual lo aparta para su vuelta a sus labios.

— Recuerda que hoy tengo que estar con Tatiana. — le susurra.

Más él toma sus manos y la recuesta sobre el escritorio, para continuar con lo suyo.

— No vamos a tardar mucho, te lo prometo. — le asegura.

Todas sus caricias le provocan un mundo de sensaciones y esto estaba enloquecido a Mary, por lo cual se zafó de su agarré y tomó su rostro y lo acercó a ella para luego morder su oreja, para luego soltarlo con lentitud haciendo que se le escapé un gemido ronco y la mirara con intensidad, entonces empieza a quitar el botón de sus shorts mientras ella lo besaba.

Definitivamente no era la clase de desayuno que ella esperaba, pero tampoco se quejaba, este no estaba nada mal.

…

Eran las 3:00 p.m. Y ya se encontraban de ida para el cementerio pues eran el aniversario de la muerte de los padres de Tatiana. Mary iba conduciendo mientras esta se mantenía jugando con sus manos, por lo que Mary toma una de sus manos llamando su atención.

—  Todo estará bien. — le asegura.

Ella suspira y asiente.

— Es que no me asusta el ver la tumba de mis padres, lo que me asusta son todos los recuerdos que encontraré allí, nunca volví desde que ellos murieron. — dice con pesadez.

Mary asiente empática, sabía que había sido muy duro para ella, después de todo había perdido a sus dos padres en una noche.

Minutos después llegan a al cementerio. La tumba estaba un poco descuidada y la lápida algo sucia, por lo cual se encargaron de limpiar y ponerle flores. Después, por un momento sólo se quedan en silencio, hasta que Tatiana decide romperlo.

— Creo que definitivamente este lugar es el peor lugar para recordar a alguien. — dice desanimada. — Se siente tan vacío, tan… triste este lugar.

Mary pone una mano en su hombro en forma de apoyo.

— Me niego a creer que mis padres estén aquí, este lugar no me hace recordarlos, sólo me hace pensar que nunca los volveré a ver en mi vida y que los perdí para siempre. — Se levanta y la abraza.

¿En realidad era así? — pensó Mary — ¿una persona moría y era todo, nunca más escucharías su voz o verías su rostro, todo quedaba así nada más? ¿Qué pasaría si…? ¡No! — se negó a pensar en eso, todavía tenía mucho tiempo con ella y lo aprovecharía, aunque sabía que un día pasaría, un día sería su madre que estaría en un lugar así, un lugar como aquel, un sitio sin vida. — ese pensamiento la puso triste.

…

— Tatiana ¿te acuerdas que dije que quería hablar sobre algo contigo.  — dice cuándo van de salida mirándola de reojo vacilante.

—  Claro ¿de qué se trata? — dice concentrada viendo por la ventana.

— De Esteban. — suelta.

— No quiero hablar sobre eso. — sentencia firme.

— Lo sé y sé que tal vez no es el momento, pero necesito decirte esto. — pide.

— Está bien sólo dilo. — cede resignada, era obvio que no dejaría de insistir.

— Necesitas hablar con él. — dice decidida.

— Eso ya lo habías dicho y ya te había contestado que no. — le recuerda con desdén.

— Pero… — insiste, más ella la interrumpe.

— No Mary, no se lo que hizo o como lo hizo para que tu trataras de convencerme ahora, pero no servirá de nada porque yo no lo haré. No… — trata de decir.