LA CARTA
Todo es tan frio y sombrío como aquel cuarto donde la abuela guardaba aquellas cosas que le estorbaban en casa. Ese cuarto con fachada de ladrillo enmohecido que tenía en aquel patio. Ahora que me encuentro afuera esperando a que se llegue la hora, vienen a mi memoria las imágenes de aquella jodida puerta, “una puerta negra”, negra por decir algún color, la pobre estaba siendo carcomida por el óxido. Recuerdo que mi abuelita me dijo una vez, que aquel sito solo entraban las cosas que deseaba olvidar. Como desearía estar cerca de esa pinche puerta nuevamente. No sabes cuanto desearía borrar el dolor que siento y meterlo a llave entre esos cuatro viejos muros y olvidarme de mi dolor, de mi rabia, de mi vergüenza.
Pero en fin, estamos aquí hoy, ¿no?
Creo que no hay marcha atrás. Lo hecho, hecho está. O tal vez sí, pero ya no me interesa.
Bueno, si encuentras esta misiva, solo quiero que sepas que estoy arrepentido, no debí entrar nunca, pero Dios creyó conveniente hacerme entrar a la fuerza a este mundo por la vagina de mi madre. Cuando lo vea, si es que se deja ver, le reclamaré.
Bueno, creo que ahora sí se acerca la hora. Dicen que el que mucho se despide poco quiere irse, y en parte tienen razón, ya casi son las 9 en punto y aun siento que me faltaron cosas por echar a perder. Pero ya habrá alguien más que lo haga por mí. Neta, si encuentras esto, hacérsela llegar en copias, fotos, whtas o por como se te de la puta gana a mi familia, menos a mi abuela, ella ya esta muerta.
En fin, espero tengas mejor suerte que yo. Ahora si es hora de bailar con la más fea.
Entonces si encuentras esto, no se te olvide mi encargo.
Soy Jacob Peñaloza Martínez, espero morir a las 09:00am del 25 de octubre del 2011.
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Editado: 15.01.2025