Cataleya

Capítulo 9 Despertando del coma.


Habían pasado más del mes después aquel día en la perdio a una de sus hijas, Francela sentía que una parte de ella se había ido con su hija, estaba cansada de llorar, su pequeña luz ya no estaba, ya había pasado un mes desde lo sucedido y lo peor era que aún Catalina aún no daba señales de  desper del coma.

—Buenos días señora ¿Cómo se encuentra la bebé?

—Bien, pero muy glotona, ya se está acabando la leche que me recomendaron para ella.

—Qué bien que se alimente, será una niña muy sana y fuerte, bueno me retiro si ve algún cambio en su hija no dude en llamarnos.

—¿Gracias por ayudarme y permitirme quedarme todos los días al lado de mi hija.

—No es nada señora, debería de tomar un descanso y luego volver—se nota realmente Cansada pensó el medico a lo que tenía razón.

—Lo haré doctor— sin decir más el médico salió de la habitación donde se encontraba Catalina. Francela depósito a la bebe en el cunero se le acerco a su hija y le dio un beso en la frente, se notaba pálida su cabello muy largo y su rostro un poco diferente ya le habían quitado la venda de los ojos, ahora Francela sólo le pedía a Dios para que ella despertara para poder ver la vida, será doloroso darse cuenta una vez que despierte de la muerte de su hermana.

Francela salió del hospital rumbo a su trabajo donde era mesera, le habían dado unos días libre por la muerte de su hija Cataleya casi más del mes y estaba mas que agradecida con su patrona.

—Hola jefa, que tal esta todo por aquí.

—Pues extrañándote... Esta creciendo tu nieta y tu como te encuentras —Francela suspiro triste.

—No muy bien, pero debo salir adelante por mi nieta y por hija— Confeso con una sonrisa torcida.

—Qué bien, me dejas cargarla, que linda se parece mucho a su mami— Francela empezó a llorar nuevamente. —Lo siento Francela.

—No, discúlpeme, es solo que es muy difícil para mi ver la realidad al ver morir a mi hija y ahora la otra que no despierta del coma. Ahora como trabajaré con la bebe, con quien la dejaré— Magdalena la dueña del restaurante se ve que es una mujer muy buena sobre todo amable, se acerco a la su trabajadora y la abraza mientras le dice.

—No te preocupes, ella se quedará acá con nosotras, tendrá una pequeña familia, claro que si tú permites que la cuidemos y demos amor.

—Muchas gracias por todo Patrona, no sé cómo pagarle todo la comprensión que ha tenido conmigo.

—Francela no es nada, te estimo, quiero que trates de sonreír y estar bien. Otra cosa dime Magdalena no Patrona.

—Esta bien Srt Magdalena— Ambas rieron.

Pasaron quince días y Catalina aún no despertaba de esa cama. Francela después de su trabajo llegaba al hospital a verla, la pobre casi ni descansa. De repente escucho los pitos de la maquina que conectaban con el cuerpo dormido de su hija se acercó y vio como su hija empezaba a despertarse, ella tocó el botón para informar que se le necesita un médico.

—Hija mía por fin ha despertado—Catalina aún no había abierto sus ojos pero se sentía extraña, trataba de hablar a su madre pero no lo logró, el médico entró y pidió un poco de espacio, la madre se alejó y veía como el médico la revisaba haciéndole varias preguntas.

—Catalina, habré los ojos sin miedo.

—No es nece...sario—dijo con dificultad, sentía la boca pesada. —Yo soy cie...ga, aca...so no lo sa...be— habla pausado cada segundo por la dificultoso que era –Diga...me donde me encuentro, donde está mi madre y mi hermana.

—Le diré todo con detalle, pero primero habré los ojos—Catalina abrio los ojos, tan lindos verdes como el color Esmeralda. Asombrada se encontraba al ver todo a su alrededor

—Yo...yo puedo ver, pero como no entiendo—Francela se le acerco dándole un abrazo y le dijo

—Mi amor, ya puedes ver ya todo estará bien.

—Mama, tu eres mi ma...ma, eres muy linda—balbuceo feliz.

—Bueno me retiro señora, la dejo con su hija aún no se puede sobresaltar, recuerde que su corazón es nuevo y hay que ver la reacción.

—Si doctor, Hija mía, mi pequeña.

—Mama, que pasa con mi corazón.

—Luego te lo diré, sólo quiero que no te sobresaltes, necesitamos hablar Muchas cosas— Catalina sólo veía a su madre contemplando lo linda que era y estaba deseosa de ver a su gemela, ella se preguntaba cuanto tiempo llevaba en el hospital tenía tantas preguntas que no sabia por donde empezar, de repente el llanto de un bebé la saco de sus pensamientos.

—Oh pequeña, se me olvidaba.

—¿Mama, y esa bebé de quien es?—pregunta confundida.

—Hija, es tu sobrina.

—Mi... sobrina, ella es la bebe de mi hermana, madre tráela quiero verla sentirla—Francela le tendió a la niña y vio como su hija la admiraba. El cuerpo de Catalina aún estaba débil pero sostenía bien a la bebé.

—No lo puedo creer... es como decirte, nunca pensé que vería a mi bebe porque es mía también, mamá. Puedes llamar a mi hermanita, dile que la quiero ver donde esta porque no viene— Francela bajo la cabeza y negaba una y otra vez, empezó a llorar. –Ma...dre que sucede porque lloras.

La bebe empezó a llorar la abuela se levantó y llamo a una de las enfermeras pidió de favor que si se la podían cuidar por un momento y darle su mamila, la enfermera obedeció saliendo de la habitación junto con la beba y dejo a madre e hija solas.

—Francela porque no dices nada, anda llama a Cataleya, que esta pasando.

—Hija, tu...tu hermana murió— lo dice en un hilo de Voz. El rostro de Catalina se desfiguro al oír semejante cosa.

 




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