Capítulo 14 Desesperación

Cataleya

Sentí miedo con una mezcla de temor, no entiendo por qué cada vez que sueño con la oscuridad cosas desagradables suceden, quisiera saber por qué demonios mi vida y la de mi familia se ha convertido en un desastre y ahora este loco diciéndome que el destino quiere unirnos, no creo en ningún destino, solo sé que me persigue alguna mala suerte, desde que nací mi vida ha venido siendo un desastre.

-Señorita ¿Se siente bien? No ha dicho ni una sola palabra desde que subió al auto.

Demonios, que tanto habla.

-Dígame como se dio cuenta que la niña de la foto es mi hija.

-Un muy buen amigo me lo dijo, gracias a él he dado con usted.

-Gracias por ayudarme.

-No podía dejar a la señora moribunda ahí y a la pequeña- Dijo seriamente y luego narró lo ocurrido del accidente detalladamente y como el malnacido se fugó, sin dar la cara.

Llegamos al hospital en la que esta internada, corrí hasta mi pequeña, se encontraba sentada en una de las bancas con una enfermera, cuando me vio vino hacia mí llorando.

-Mami, mi abuela está malita-la abrace muy fuerte, sin saber que decir -Mami, ese señor me trajo aquí, es muy bueno- murmura señalando hacia las bancas. Giro y miro al hombre que ayudo a mi madre y a mi hija, me sentí en deuda con él.

-Otra vez gracias, no sabes como te lo agradezco- me le acerque a él y le di un beso en su mejilla se sorprendió, pero es una forma de agradecerle.

-No es nada señorita, las vi y la nena pedía ayuda, no las podía dejar así- él médico venía saliendo de las grandes puertas y supuse que venia a darnos noticia, camine hacia él y le pregunte.

-¿Doctor, cómo se encuentra mi madre?

-¿Señorita, usted es su hija?- me pregunta, a lo que asiento-Debe saber que su madre vino en un muy mal estado, tuvo varias lesiones en la pierna y en las costillas, por el momento esta sedada, dentro de unas horas despertara, le aconsejaría que lleve a la niña por un rato a descansar y luego puede regresar a ver a su madre. Quiero infórmale que debe trasladar a su madre a un mejor hospital ya que le hicimos varios análisis y padece de cáncer, es necesario intervenirla.

-¿Doctor pero ella está bien?-pregunto desconcertada.

-Tendremos que esperar señorita.

-Gracias doctor.

El doctor me sonríe y se va. Recargue mi espalda en la pared y me deje caer, mis lágrimas querían salir pero las reprimí.

-¿Oye, te encuentras bien?- pregunto el tal Dylan, niego tragando saliva.

-No...No lo estoy, no entiendo porque la vida se empeña en hacernos tanto daño.

Aleyna se me acercó y me abrazo, yo solo quería llorar pero no pude, no me gusta sentirme débil enfrente de las personas, el señor Dylan se me acercó y me ayudó a levantarme del suelo, me senté en la banca y recargue mi cabeza entre mis manos.

-Déjame ayudarte- susurro muy cerca de mi rostro. Levante la mirada hacia él

-¿Que le sucede? ¿Porque quiere ayudarme, acaso quiere acostarse conmigo?

-No, no diga eso, solo quiero ayudarte, ósea tú me ayudas y yo te ayudo.

-No entiendo a qué se refiere, señor.

-Es la propuesta. Casémonos, no le hará falta nada a su madre, ni a ustedes-me levante muy enojada.

-Usted a mi no me conoce ¿Porque se empeña en casarse conmigo? Dígame, me veo mendigando marido por las calles o pidiendo limosna-Ciseo agitada y apunto de darle una bofetada a este tipo.

-No lo tome de esa manera, veo que usted está necesitada y deseo ayudarla.

-¡Si y cómo demonios sabe que estoy necesitada, vive conmigo!- gruño enojada apunto de gritarle.

-No, pero veo que tienes que trabajar mucho para sostener a tu familia y al parecer tu madre necesita un buen tratamiento. Es así o me equivoco.

-Pero que se cree usted, no me diga que haestado investigado mi vida- este malnacido como se atreve a decir esas bajezas, como sabe eso de mí.

-Está bien, si cambia de opinión llámeme o bien me puedes buscar en la empresa MAXUEL, me encuentro ahí, puedes llegar es una empresa de autos móviles de marca. Te dejo mi mi tarjeta para que me Ubique.

-Lo siento, no me interesa.

-Bien, de todos modos esperare, me gustaría llevarla a su casa para que descanse, ya escucho al medico no serviría de nada estar aquí además su hija está dormida.

Este hombre le ha dado por invadir mi vida.

-Aceptare que me lleve, pero solamente eso. Entendido-El tipo asintió negando.

Desperté a Aleyna salimos del hospital rumbo al auto de Dylan, al subir el arranco a velocidad moderada, en camono ninguno dijo nada ya que no nos conocemos para tanta confianza, minutos después llegamos a mi casa, baje cargando a mi hija. El me ayudó a abrir la puerta, se lo agradecí entre y antes de cerrarle la puerta me dijo.

-Haré lo que sea para que aceptes mi propuesta.

-No esté tan seguro, eso nunca pasará, solo si estuviese mal de la cabeza aceptaría.

El sólo suspiro levantó su rostro al cielo y comento.

-Nunca, digas nunca Cataleya, la moneda tiene dos caras y cuando menos te lo imagines Aceptaras.

Cerré la puerta de un portazo. Es un idiota, que le pasa para decir semejante mierda, cree que aceptaré. Idiota. Sin decir más entre a la habitación, desvestí a la niña limpie su rostro, me dispuse a darme una ducha rápida, minutos después salí y me recosté, quisiera que todo esto sea un mal sueño.

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Dylan.

Esa chica es mas dura que un hierro, quiero ayudarla, bueno yo necesito que ella me ayude, desde que la vi en la disco decidí que haría lo que fuera para que acepte casarse conmigo, debo casarme lo antes posible y buscar un heredero como me lo pidió mi padre, he conocido docenas de mujeres que aceptarían gratamente casarse conmigo, pero ellas no las necesito, son unas plásticas que solo sirven para un buen polvo, buscan lujos, se preocupan del que me pondré mañana por su cuerpo. Y tener hijos sería desagradable para ellas. Si Lucíana no se hubiece ido hubiera sido la mujer perfecta para mi, pero ella decidió marcharse después del accidente que me había dejado paralítico un buen tiempo, supuestamente quería terminar sus estudios en París, decidió irse para no volver. La llame Muchas veces pero ella no dudo en decirme que lo nuestro no podía ser por mi discapacidad. Como olvidar ese día.