Cataleya

Capítulo 15 Acepto

Cataleya

Desperté agitada, tuve otra pesadilla pero esta vez fue con Faddei no entiendo lo que me decía en mi sueño, todo esto es muy raro es mejor olvidar todo por un momento. Tengo que ir al hospital a ver a mi madre. Me levanto y me dispuse a darme una larga ducha, después de media hora salí me vestí rápidamente con unos short, camiseta, unos botines, me cepille el cabello, y me hice una trenza, me acerco a Aleyna para despertarla.

—Hija despierta, debemos salir.

—¿Mami, ya vamos a ir al hospital?— balbucea frotándose sus ojitos.

—Si mi amor, vamos a ir a ver a tu abuelita—minutos después bajamos a la cocina a desayunar le prepare un cereal, y un jugo de naranja. Para mí un café negro con panecillos. Terminamos de desayunar nos cepillamos los dientes y salimos de la casa para tomar el autobús que nos dejará cerca del hospital, al salir de la casa note un auto color negro muy llamativo, al ver de quien se trataba me sorprendí y maldije millones de veces. Este hombre no me piensa dejarms en paz, es un acosador, no le voy a permitir, que me siga acosando. Percate que venía saliendo de su auto, Dios se veía guapo con este traje, ¡Pero qué demonios estoy pensando!

—Buen día Cataleya—me saluda sonriente.

—Buenos días, señor acosador— le respondí torciendo el labio. —¿Que se le ofrece tan temprano en casas ajenas?— pregunto ya cansada de él.

—Perdón por ser tan oportuno, vine para llevarla al hospital.

—No es necesario, tomaremos el metro.

Ríe sarcástico.

—El metro ya paso hace más de media hora, Preciosa, te has quedado dormida.

Este que se cree burlándose, Ay madre santa ahora tengo que pedirle que me lleve, no puede ser que yo haré esto.

—Bien, pues ya que está aquí puede llevarme y dejar de reír por favor.

—Vale, no te enojes vengan suban.

Subimos al lujoso auto y nos marchamos, Aleyna no dejaba de mirar a Dylan, ella tenía una sonrisa en su rostro tal parece que le agrada este idiota.

—Mami, este señor es muy guapo verdad—me pregunta en un susurro, para que el tal Dylan no la oiga.

—No digas tonterías mi amor— le respondí.

Por fin llegamos al hospital, entramos y le pregunte a la enfermera de turno si ya podía ver a mi madre, ella me dijo que sí. Me le acerco a Dylan para darle las gracias.

—Muchas gracias por traernos, creo que es la última vez que nos veremos— le aseguro.

—Bien, espero que no dudes en llamarme, si necesitas algo—dice serio. Luego se me acercó y plantó un beso en mi labios, fue un sólo roce. Quede atónita, no entiendo por qué no lo propine un buen golpe, cuando salí de mi asombro ya él no estaba pero al verlo le daré una buena cachetada por atrevido.

—Mami—me llama mi pequeña sacándome de mis pensamientos.

—Dime pequeña.

—Vamos a ver a la abuelita.

—Sí, vamos a verla.

Entramos a la habitación en donde se encontraba mi pobre madre. Le doy un beso en la sien.

—Hija mía— susurra acariciando mi mejilla.

—Madre ¿Cómo te sientes?— le pregunto.

—No te puedo mentir mi niña, siento que no tengo mi cuerpo completo, pero dime estoy completa— río bajito por su loco comentario.

—Si lo estás, está completa Francela.

—Hija, quiero estarlo para cuando tu padre venga en nuestra busca, quiero que él me vea linda.

No lo puedo creer sigue, empeñada creyendo que está vivo.

—Mamá sigues pensando en él— Francela sigue pensando en Faddei, ahora sus ojos están llenos de lágrima.

—Lo extrañó tanto, que no me importaría que me haya fallado, solo deseo verlo.

Aleyna se le acercó y le dice en un murmullo.

—Abuelita no llores, mi mamá y yo te queremos mucho, verdad mami— asiento con un nudo en la garganta.

—Sí, te amamos mucho mama, no quiero que te preocupes esta semana haré todo lo posible por llevarte a un buen médico para que te hagan la terapia, ya verás que todo estará bien— le aseguro sin saber realmente que hacer para que ella sea atendida en un buen Hospital. Mi madre asiente llorosa.

Dejo a la niña en la escuela. Luego me dirijo al restaurante a trabajar. Mi mente no dejaba de divagar en todas las cosas que está pasando, deseo que esto acabe pronto. Sin darme cuenta el día término. Fui por la niña y me la lleve conmigo al hospital, llegue y deje un momento al Aleyna con mamá...

Al salir el médico venía entrando se me acercó y me dijo que mi madre ya se encontraba mejor, le daría el alta mañana mismo, me dio las recetas médicas y me entregó una orden para que le den la terapia a mi madre por lo del cáncer. Empezó a explicarme por qué debo llevar a Francela a un hospital privado.

—Señorita, su madre debe recibir el tratamiento para el cáncer de mamas, cuanto antes, este tratamiento dura seis meses, es muy eficaz, su madre se recuperara totalmente.

—Doctor, si no hacemos el tratamiento a tiempo que pasara—él médico suspiro y recalcó.

—Ella morirá. Esta enfermedad está muy avanzado no puedes pasarte de este semana— tragué saliva al mismo tiempo un nudo se forma en mi estómago.

—Bien, haré todo lo posible para que mi madre reciba el tratamiento.

Se me acercó y me palpo el hombre.

—Solo tenga fe señorita— sin más que decir se fue, me quede parada ahí, solo sentí como mis ojos se empezaron a llenar de lágrima. Salí al estacionamiento y me acerqué a una banca y me puse a llorar. Faddei ahora siento que te necesitamos. ¿Hermana mia que debo de hacer?

Pasaron las horas, hasta se me había olvidado que tenía que trabajar. Ayer salí sin reportarme y creo que hoy igual, luego le hablaré a Marimar ella entenderá.

Pasaron los días  ya estaba en casa mejorándose, hoy le pediré a Marimar que me aumenten mi sueldo. Termine de hacer los deberes de la casa y me fui a la disco. Llegué en una hora  y me lleve la sorpresa al ver a una chica nueva bailando en la tarima, voy hasta la barra, y pregunté al chico que estaba de turno por Marimar y cuando me iba responder Aparece el mequetrefe de Julio.




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