Cataleya

Capítulo 16 Fingiendo ser novios.

Cataleya

El día de hoy hablaré con Francela sobre la decisión que he tomado. Espero que comprnda lo necesario que es esta situación, especialmente debido a la enfermedad que la tiene acorralada. Decido tomar una ducha reconfortante y, minutos después, me visto con un vestido floreado y sandalias blancas de piso, dejando mi cabello suelto. Escucho el motor de un auto estacionarse.

Bajo a la sala ya que alguien está tocando la puerta.

—No lo puedo creer— murmuro con seriedad.

—Buenos días, linda— me saluda Dylan con una sonrisa.

—Idiota— respondo.

—Oye, linda, esa no es la manera en la que debes tratar a tu prometido. ¿Me dejas pasar?—bromea.

—Pasa, ¿qué te trae por aquí?.

—Vengo por el contrato matrimonial, las reglas y la mensualidad que recibirás por aceptar— explica.

Aunque sigo pensando que esto es una locura, debo aceptar. No puedo permitir que mi madre muera. Esta vez, moriré junto a ella si le sucede algo.

—Primero, te presentare como mi novia ante mi padre, luego ante toda mi familia, actuaremos como si estuviéramos muy enamorados, ¿entendido?.

—¡¿Qué?—digo gritando.

—¿Por qué gritas?

—Te recuerdo que esta es mi casa, y puedo gritar cuando quierami madre sale de la Cocina sorprendida.

—¿Hija, que pasa?—al parecer grite tan fuerte, que mi madre se dio cuenta.

—Mamá, no es nada— le digo sin dejar de ver al idiota este. Luego veo que viene Aleyna.

—Mami, tengo mucha hambre... Ah ¡Es el señor que nos ayudó!— grita Aleyna eufóricamente.

—Hola pequeña— Dylan le saluda sonriéndole a Ale.

—¿Hija, quien es él?— pregunta mamá.

—Madre él es...

—Hola señora mucho gustó, mi nombre es Dylan Maxuel, novio de su hija.

Francela rodó sus ojos y me veía muy seria, debe de estar preguntándose que demonios sucede.

—Mamá, verás... él pues es mi novio— le dije algo nerviosa.

—Oh qué bien, mi nombre es Francela— Respondió mama muy confundida

—Madre, luego te cuento, él ya se va, verdad— le digo apretando los dientes.

—Pensé que saldríamos a dar una vuelta—pero qué demonios le pasa a este, estoy apuntó de golpearlo.

—¿Mami, él es tu novio?— pregunta mi nena.

—Ale, luego platicamos pequeña. Vale—ella asiente con una sonrisa, luego se le acerca a Dylan deposita un beso en la mejilla, y le dice en un susurro. —Tú serás mi papi.

Esto es el colmo no puedo creer que importuna puede ser Aleyna, veré como le explico todo este embrollo a  mamá

—Dylan dices que te llamas, verdad—pregunta Francela.

—Si señora.

—Escuche que la niña decía que usted nos ayudó.

—Si señora, fue una casualidad.

—Muchas gracias, espero que no ande en juegos con mi hija, no entiendo desde cuando tienen algo pero bueno, respétela entendido.

—No se preocupe, ella es especial para mi—Habla irónico ya que luego me mira sonriendo.

—Madre, yo luego te explico saldré por un momento ve a descansar recuerda que aún no te has recuperado.

—Claro que me explicaras, cuídate.

Mamá me depósito un beso en mi mejilla se adentró a la cocina junto al Aleyna la cual daba saltitos de alegría.

—Que linda madre tienes, ya veo a quién saliste— comenta el idiota, el muy picaron.

—En serio ten cuidado, que esto solo es un contrato.

—Okey, okey.

Salimos de mi casa, me subí en su auto, él arranca a toda velocidad, ahora me preguntó a donde me llevará.

—¿Dónde vamos?—Quise  saber curiosa.

—A conversar mejor, me gustaría que no le digas nada a tu madre del contrato.

—No lo haria, ya que no quiero que sepa que lo hago por ella.

—Entonces debemos actuar como novios.

—Si pero no habrá besos ni nada de eso.

—¿Por qué?— Cuestiona frunciendo el ceño.

— No es necesario utilizar esos métodos para demostrar un noviazgo.

—Si se necesita Cataleya, dime en que mundo vives.

—No creo que sea necesario, suficiente con palabritas falsas de amor.

Dylan aparca el auto en un restaurante llamado "Nice food". Se acerca y me dice.

—¿De verdad crees que tienes idea de lo que es una relación, querida? —pregunta con sarcasmo. Me encogí de hombros, sin prestar atención a su comentario burlón. Descendimos y, segundos después, entramos al restaurante. Era encantador, con tonos de rosa suave y mesas adornadas con manteles llamativos. El ambiente era fresco y el aroma era exquisito. Nunca pensé que entraría a un lugar tan elegante como este.

—Oye, ¿por qué no entramos de una vez? No tiene sentido quedarnos parados aquí todo el día —me saca de mis pensamientos Dylan. Asiento y decidimos entrar. Una joven con un conjunto de traje rosa y un gorro nos atendió con amabilidad.

—¿Qué desean ordenar, señores? —pregunta la mesera, sosteniendo una libreta y manteniendo su atención en Dylan.

Él responde primero.

—Un tequila rojo y unos burritos picantes para comer.

—Y para usted, señorita.

—Lo mismo, por favor —digo nerviosa.

La mesera anotó nuestro pedido, luego se dio la vuelta y caminó seductoramente, moviendo las caderas. Supuse que intentaba captar la atención de Dylan, pero él seguía mirándome. ¿Había algo mal en mi aspecto?

—¿Por qué me miras tanto? —pregunté.

—¿Estás segura de querer tequila rojo? —dijo él.

—¿Y qué tiene eso? —respondí, irritada por su comentario.

—Nada, solo lo decía.

Mientras esperábamos nuestro aperitivo, nos trajeron las bebidas.

Dylan me explicó todo lo que debía hacer para actuar frente a su padre como si estuviera enamorada. Primero, debía comportarme como su novia, luego casarnos. Según él, el contrato duraría dos años, después nos divorciaríamos. Pero antes, él me daría una gran cantidad de dinero y una casa. No sonaba mal, pero pensé que primero debería imponer mis propias reglas.

—Entendí todo con detalle, pero hay algo que necesito saber. —expresó

—Dime— Respondió.

—Imagino que no habrá nada de... bueno, ¿tú sabes?, consumar el matrimonio, porque eso es falso, ¿verdad?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.