Cataleya

Capítulo 38 ¿Angente de la Interpol?

Faddei

Durante seis años estuve en coma después de recibir un disparo en la cabeza. Desperté hace dos años decidido a enfrentar la realidad. Me reincorporé a la Interpol, un trabajo del que nunca debí haberme retirado antes de conocer a Frania. Fui un estúpido al caer en la desesperación y arruinar la vida de mis hijas al involucrarme en actividades narcóticas, incluso marcando la espalda de una de ellas. Estaba obsesionado con atrapar a los responsables de la muerte de mis padres, quienes escondieron valiosos secretos de los Petrov, llevando a mi familia a ser víctima de la venganza de Ivank Pretov.

Al despertar del coma, mi amigo Kadir me informó que mi familia había huido a Estados Unidos. Decidí buscarlos y cerrar ese oscuro capítulo de nuestras vidas. Pedí permiso a las autoridades para atrapar a la mafia, con el objetivo principal de encontrar a los Petrov, incluso si eso significaba arriesgar a Catalina, cuya espalda esconde la ubicación de millones en polvo blanco.

Mi vida dio un giro al descubrir que una de mis hijas, mi pequeña Cataleya, había fallecido al dar a luz. Me sentí culpable por arruinar sus vidas. Como agente secreto, me infiltré como un vagabundo para encontrar a Frania y Catalina, pero Kadir me advirtió que los hombres de Pretov me seguían.

Decidí no interferir en sus vidas y vigilarlas desde lejos. Logré hacerlas salir de su casa cuando sentí que estaban en peligro. Descubrí que Frania estaba enferma y deseé poder decirle cuánto la amo. Pasé meses siendo su sombra sin que lo notaran. Mi hija se casó con un hombre rico que la ama, al igual que a mi nieta, Aleyna, hija de Cataleya.

Suspiré profundamente y decidí que era hora de enfrentar todo, especialmente cuando Nikolai, el hijo legítimo de Ivank Pretov, apareció. Ahora mi objetivo principal es enviar a esta familia a prisión y luego vivir en paz junto a la mía.

Ha pasado varios meses y ahora estoy frente a la casa de mi hija. Maldito sea Nikolai por haberla secuestrado, solo espero que no le haga daño. Creo que logré atrapar a la carnada, ha llegado el momento de poner fin a este infierno en el que me he sumergido. Por suerte, las autoridades en Rusia han preparado todo.

Catalina, ten paciencia, pequeña, pronto acabará este infierno en el que te he arrastrado.


*****

Dylan

Doy vueltas desesperado por toda la habitación al no tener noticias de mi esposa y Aleyna. He contratado a muchos agentes secretos y detectives para que den con su paradero. Estoy aturdido, la noche pasa y no tengo noticias de ellas. Me pregunto cómo estarán mis bebés dentro de su vientre. Cierro los ojos y las lágrimas no dudan en salir.


****

Luego de darme una ducha de media hora, salí y desganado me visto, Jeas azulón, polera Blanca y mis tenis. Bajo al salón y me encuentro con la señora Francela la cual llora desesperada, esta peor o igual que yo.

—Dylan, que voy hacer sin ellas— susurra llorosa.

—Le pediremos al cielo que pronto aparezcan.

Asiente y se adentra a la Cocina. Llego hasta los agentes de seguridad estos al verme me llaman y me dicen que no logran rastrear el móvil de Cataleya. Pienso en porque ella desapareció, algo me dice que la han secuestrado pero mi pregunta es ¿quién? Y el ¿porque?

Las horas pasan y yo sin saber que hacer, mi padre me llamo y pregunto si ella ha parecido o se comunico conmigo, pero es obvio que si esta secuestrada por alguien seria imposible que se comunique. Hemos llamado a varios lugares para saber sus paraderos pero nada de nada e incluso fuimos a hospitales y la estación de Policía y ni señal. Dios mío estoy desesperado, me voy a volver loco si mi esposa y mi hija Aleyna no aparecen.

Un alboroto de afuera llama mi atención, salgo a toda prisa junto a los agentes de seguridad.

—¿Qué demonio está pasando?— grito enojado al ver a un vagabundo tratando de entrar a la casa, el forcejea con los guardias para entrar. Veo su rostro y se me hace conocido, es el mismo hombre que vi sentado en el parque.
—Suéltenlo— ordeno a mis dos hombres que lo sostienen.

Sus ojos verdes llaman mucho mi atención, quien demonios es.

—¿Quién es usted?— pregunto curioso. Su ropa esta toda sucia y desalineado, chasque la lengua y me dice con total seriedad.

—Faddei Volkat, padre de tu esposa Catalina, eh Cataleya y esposo de Francela.

Mis ojos se abren sorprendidos por sus palabras, será de verdad él padre de mi esposa, pero su aspecto es deplorable y según Cataleya su padre esta muerto, no entiendo nada de esto. Antes de poder mediar palabra alguna el grito de Francela me hace girar hacia ella, su rostro luce pálido y sorprendido.

—Fa...Faddei...tu estas vivo— susurra asustadiza.

—Frania, mi amor—Susurra el desconocido con ojos llorosos. Mi suegra corre y se abraza a tal Faddei, todo esto es tan confuso pero creo que las explicaciones están de más, por ahora mi principal objetivo es encontrar a mis seres más queridos. No sé a qué se debe la aparición repentina de este hombre, espero no sea algo malo porque si es así no dudare en sacarlo de nuestras vidas.

—Dylan Maxuell, necesitamos hablar.

Antes de adentrarme al interior de la casa el me llama por mi nombre, es ahí donde mi sorpresa se agranda, como sabe mi nombre acaso nos ha estado investigado. Detengo mis pasos y sin verlo le pregunto.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Porque todo este tiempo e estado como una sombra protegiendo a mi familia, llevo casi dos años cuidándolas de lejos, lo conozco muy bien señor Maxuell e incluso conozco al secuestrador de mi hija y mi nieta.

—Tú que tienes que ver en esto Faddei —grita mi suegra. Acelero mis pasos y llego hasta el, alejo a Francela de él y luego lo sujeto del cuello.

—Que mierda quiere decir con secuestro—aprieto los dientes con fuerzas hasta la quijada me duele, me estoy conteniendo para no golpear a este vegete de mierda.

—Nikolai Petrov.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.