Cataleya

Capitulo 40 Mi familia esta completa.

Cataleya

—Cataleya, amor, ya todo acabó— susurra Dylan besando toda mi cara. Sujeto mi vientre al sentir otra contracción. Mi esposo me levanta en sus brazos. Miro todo borroso, sangre por todos lados y mi padre sangrando. Reacciono temerosa.

—Papá... Papá—llamo nerviosa.

—Hija—balbucea con dificultad.

—Ambos están muertos—oigo decir a uno de los agentes.

—Por favor, ayuden al señor Faddei—pide mi esposo.

—Hija, perdóname por favor. Ahora he pagado mi deuda. Te amo—no, no, esto no puede ser verdad, él no puede morir e irse esta vez.

—Papá, por favor, aguanta ¡ahhh, duele! Dylan...—aprieto la remera de mi esposo al sentir una contracción más fuerte.

—Ya, mi amor, pronto saldremos de este lugar. Aguanta, ya viene un helicóptero para trasladarnos.

Me encuentro recostada en el hospital más grande de Rusia, pujando con fuerzas para ver nacer a mis hijos, junto a mí se encuentra mi amado esposo sujetando mi mano. Mientras pujaba, le pedía a Dios por mi padre para que no muera. Deseo tener a mi familia completa, a pesar de que falte una personita, la cual jamás olvidaré. Puede que Cataleya no esté viva, pero en mi corazón y mi mente vive día a día.

—Falta poco, señora, ya está el primer bebé. Sólo puje un poco más—me pide la matrona con amabilidad. Hago lo que me pide, pujo con fuerzas, sujeto la mano de Dylan hasta lastimarlo. El llanto de mi primer bebé inunda la habitación.

—¡Oh, Dios mío! Mi bebé, es un niño, ¿cierto?—exclama Dylan con total alegría. La doctora asiente y le pregunta si desea cortar el cordón umbilical. Me suelte y con alegría lo corta, carga a nuestro hijo en sus manos y luego me lo pone encima de mi pecho. Beso su cabecita, mis lágrimas salen de alegría y amor. Nuevamente otra contracción, la enfermera de apoyo toma a mi bebé alejándolo de mí. Pujo con mayor fuerza y mi segundo bebé llora aún más fuerte que el otro.

—Es otro varoncito—Dylan corta el cordón umbilical por segunda vez, llora besando la cabecita de nuestro príncipe.

—Te amo, mi amor. Tú y mis hijos son lo más preciado que amo en esta vida. Gracias por estos hermosos hijos—esbozo una sonrisa débil. Dylan besa mis labios resecos, me dice palabras bonitas de amor y luego me pregunta los nombres de nuestros gemelos.

—Derek y Dimitry. Esos serán sus nombres, ya que se los puso su hermanita mayor.

—Es perfecto para ellos—dice sonriente. Mi pequeña Ale me pidió que ella sea la que les ponga su nombre por ser la hermana mayor y no dudé en decirle que sí. Amo a mi hija, ella es todo para mí y mamá, igual bueno ahora también mis tres hombres. ¿Qué digo tres? Serían cuatro en total con mi padre.

Qué hermosa familia. Gracias, Dios.


Meses después...

Ha pasado varios meses desde el horrible acontecimiento. Mis niños ya tienen seis meses de nacidos, y mi princesa los adora. Ni les digo de Dylan, que llama cada diez minutos preguntando por ellos cuando está en la empresa.

Les contaré qué sucedió después de que regresamos de Rusia. Lo primero fue que detuvieron a Merlina por ser cómplice del ruso. Dylan no podía creer hasta dónde pudo llegar esa mujer con tal de tenerlo, y al final resulta que ella estaba casada con dos hijos y un bebé pequeño. El marido vino desde Inglaterra a sacarla. La muy insensata dejó a su bebé recién nacido en Inglaterra y se vino a Manhattan en busca de Dylan. Lo bueno es que ella aceptó su cometido y se marchó del país, y Dylan le puso una orden de restricción.

Me enteré de que Faddei trabajaba para la interpol como agente secreto de la Federal. Se retiró al darse cuenta de que sus enemigos eran muchos y, bueno, se volvió un tanto loco porque cometió muchas cosas. Pero lo bueno de esto es saber que se arrepintió de su cometido y la vida le dio una segunda oportunidad. Agradezco a Dios por poner a Dylan en nuestro camino, lo amo. Gracias a él, dejé mi doloroso pasado en un cajón de acero, lo sellé y luego lo tiré al fondo del mar. Levanto la mirada al cielo, recordando a mi hermanita. Sonriente, digo:

—Hermana, gracias por todo lo que has hecho por mí. Día a día me mostrabas sueños que eran como advertencias de las cosas que estaban por suceder. Ahora te has ido, pero sé que siempre vas a estar aquí, en mi corazón. Te amo y siempre será así. Al ver el rostro de Aleyna, me acuerdo de cada cosa tuya, su forma de hablar y de llorar. Francela me ha dicho que sus gestos son iguales a los tuyos, hasta la manera en que lloraba. Ah, y de remate, le fascina la margarita. ¿Recuerdas cuando me decías el color de las margaritas?

Mis ojos se cristalizan y un recuerdo de nuestra infancia invade mi mente.


—Son hermosas como tú y como yo, son de color violeta. Las margaritas, mamá nos enseñó esos colores, ¿te acuerdas? Ojalá un día las puedas ver.

Sonreí con amargura. Cataleya me abraza y me deposita un suave beso en la mejilla, diciendo:

—Te daría mis ojos si fuese necesario y mi corazón para que sientas cuánto te amo.

Las lágrimas brotan y lloro de alegría, al recordar cada momento feliz que pasé junto a ella. Hermana, jamás saldrás de mi corazón ni de mi mente. Te llevaré unas cuantas margaritas a la tumba, la adornaré hasta que quede hermosa alrededor de tu lápida.

Mi padre limpia mis lágrimas al venir con uno de mis gemelos.

—Catalina... Uhm, perdón, Cataleya, aún no logro acostumbrarme a llamarte así.

—Acostúmbrate, Faddei... Perdón, papá.

Ambos reímos a carcajadas.

—Hija, te quiero mucho. Y perdóname por todo lo que has pasado por mi culpa.

Niego, dejando un beso en su mejilla.

—Ya está, pa. Borremos el pasado y vivamos en el presente.

Asiente y llora mientras me abraza con amor. Miro a mi bebé y este juega con la camiseta de papá, emitiendo sonidos raros. Faddei, un hombre que pensé que no tenía corazón, pero al conocer su verdadera realidad, decidí estar con él. Lo quiero, y si no fuera por él, aún estaríamos en Rusia y posiblemente muertas, sin conocer a un buen hombre y sin tener a esta familia. Sé que perdimos algo valioso, pero Dios nos lo triplicó al tener a Aleyna y a mis niños. El llanto de mi otro bebé me hace separarme de los brazos de papá.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.