Cautivado por una pequeña mujer (en EdiciÓn)

Capítulo cinco

Mis pensamientos daban vueltas en mi cabeza mientras intentaba conciliar el sueño. La idea de cautivar a Ashton seguía atormentándome, llenándome de nerviosismo y emoción al mismo tiempo. Cada paso de mi plan parecía más claro en mi mente, pero también más aterrador. ¿Realmente estaba preparada para dar este paso? ¿Y si todo salía mal? A pesar de mis dudas, sabía que debía correr el riesgo de cautivar su corazón. Ashton era mi objetivo, y estaba decidida a hacer lo que fuera necesario para ganármelo. Sin embargo, una vocecita en mi interior me advertía que tuviera cuidado, que no me precipitara y que mantuviera la calma. Debía jugar bien mis cartas si quería tener una oportunidad real con él. Aunque la pasión me consumiera, intentaría mantener la cabeza fría y actuar con inteligencia. Sólo así lograría que Ashton se fijara en mí.

Me ilusiona tanto la idea de que él pueda amarme, tal como yo lo amo a él. Imaginarme que mi amor sea correspondido con la misma intensidad es simplemente emocionante. Sueño con la posibilidad de que nuestras almas se conecten en un nivel profundo y verdadero, compartiendo sueños, esperanzas y alegrías juntos. Ansío poder mirarlo a los ojos y ver en ellos el mismo amor que siento por él.

Estoy decidida a demostrarle que puedo ser la mujer de su vida. Bueno, técnicamente la pequeña mujer de su vida, pero eso no importa. Lo importante es que estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para conquistarlo. Sé que no será fácil, dada nuestra diferencia de edad, pero confío en que podemos superar cualquier obstáculo.

A pesar de los nervios y la ansiedad que me embargan, sé que debo seguir adelante. No sé si todo saldrá como lo he planeado, pero estoy decidida a intentarlo. Haré mi mayor esfuerzo para cautivar a Ashton Butler y hacerle ver que nuestro amor vale la pena. Que juntos podemos crear algo mágico y duradero.

Será un desafío, pero estoy lista para enfrentarlo. Con cada paso que dé, con cada gesto, caricia y palabra, espero tocar su corazón de la manera más profunda posible. Deseo llegar al núcleo de su ser. No hay garantías en hacer este intento, pero estoy dispuesta a arriesgarme por él, a entregar todo de mí con la esperanza de que corresponda mis sentimientos. Estoy completamente segura de que Ashton vale la pena.

No puedo dejar de pensar en él, por más que lo intento. Su imagen se ha arraigado en mi mente de una manera que parece imposible deshacer. Cada recuerdo, cada gesto, cada mirada, todo se entrelaza en mi pensamiento, creando un enredo de emociones que me consume.

Recuerdo esa hermosa sonrisa que me dedicó, después de cuatro años de silencio. Fue como un rayo de luz que iluminó todo mi mundo, disipando las sombras del pasado y llenándome de esperanza para el futuro.

Esa sonrisa sincera e inesperada fue el primer indicio de que tal vez no me había olvidado después de todo este tiempo. Ver sus perfectos dientes blancos, la forma en que sus ojos se achicaron ligeramente, cómo sus pómulos se alzaron... cada pequeño detalle quedó grabado a fuego en mi memoria.

Sentí que mi corazón se aceleraba y mis mejillas se sonrojaban. Por un instante, el mundo desapareció a nuestro alrededor y solo existíamos Ashton y yo, conectados a través de esa sonrisa que me regaló.

Esos orbes almendras de mirada penetrante tienen el poder de estremecerme con tan solo posarse en mí. Brillan con un fuego interior que denota su pasión y determinación. Cuando me observan fijamente, siento que pueden ver a través de mí, como si no pudiera ocultar ningún secreto.

El color marrón intenso de sus iris parece cambiar de tonalidad según su estado de ánimo, volviéndose más claros cuando está relajado y alegre, pero oscureciéndose cuando se enoja o entristece. Me maravilla esa capacidad camaleónica.

En el contorno de sus pupilas hay diminutas motas doradas que solo puedo apreciar cuando me acerco lo suficiente. Esos detalles sutiles los hacen aún más hipnóticos y cautivadores. Podría pasar horas contemplando esas ventanas de su alma, descubriendo nuevos matices cada vez.

Y su piel... Imaginarla junto a la mía en un abrazo sería una experiencia sublime, sentir su calor mezclándose con el mío, una sensación que desearía perpetuar por siempre.

Su piel ligeramente bronceada parece tan suave y tersa que muero por acariciarla. Debe sentirse como el terciopelo al tacto. Me pregunto si se erizaría al roce de mis dedos, si un estremecimiento lo recorrería al sentir mi piel cerca de la suya.

A pesar del tiempo transcurrido, regresó aún más guapo y cautivador. Su figura más musculosa despierta en mí un deseo irrefrenable de sentirme envuelta en sus fuertes brazos, donde estoy segura de que encontraría el cielo mismo.

Sus músculos marcados y viriles son como una invitación a recorrerlos con mis manos, a comprobar su firmeza y fuerza. Me imagino recostada sobre su poderoso pecho, escuchando los latidos de su corazón mientras me rodea protectoramente con sus brazos.

Debe ser una sensación de seguridad y plenitud absoluta estar entre sus brazos. Allí quisiera quedarme para siempre, sintiendo los latidos de Ashton, su respiración acompasada, el roce de su piel... refugiada en ese santuario donde ningún mal podría alcanzarme.

Pero lo que más me enamora de él es su ternura, especialmente con su madre. La forma en que la abraza y besa su frente con dulzura revela un lado de él que me conmueve profundamente. No hay nada más hermoso que ver a un hombre amar y respetar a su madre de esa manera.

Cuando lo veo interactuar con ella, cuando detecto ese brillo cariñoso en sus ojos al mirarla, se me derrite el corazón. Se nota que tienen un vínculo muy especial basado en el amor incondicional y la confianza mutua.

Lo que más me enloquece en estos momentos es que está durmiendo bajo el mismo techo que yo, a apenas tres habitaciones de distancia de la mía. Tan cerca y a la vez tan lejos.




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