Cautivado por una pequeña mujer (en EdiciÓn)

Capítulo ocho

 

Desperté temprano en la mañana, sorprendida de lo rápido que habían pasado los días desde el regreso de Ashton. La semana pasada fue una carrera con un montón de tareas escolares, pero gracias a la ayuda de Heather, logré realizarlas todas. Decidí aprovechar la mañana y preparé una variedad de delicias horneadas: unas galletas de chispas de chocolate y unos muffins. El aroma reconfortante de los dulces recién horneados llenó la cocina en poco tiempo. Cuando terminé la primera tanda, coloqué cuidadosamente cada galleta y muffin en distintas bandejas plateadas que había comprado hace unos días y le regalé una a mi mejor amiga. Ella recibió la bandeja con una sonrisa radiante, emocionada de llevarse a casa esos deliciosos manjares, según sus palabras.

La habitación se llenaba con la pegajosa melodía de "Believer" de Imagine Dragons mientras cantaba con entusiasmo. Movía mis caderas al ritmo de la música mientras seguía horneando galletas en la cocina. Cada palabra que salía de mis labios estaba llena de emoción y energía, como si la música y yo estuviéramos conectados. El aroma reconfortante de las galletas recién horneadas se mezclaba con mi voz, creando una atmósfera cálida y acogedora en la habitación. Era uno de esos momentos en los que la música te hace sentir viva, y yo estaba disfrutando cada segundo de ello.

— Buen movimiento, pequeña — La voz de Ashton me hace detenerme en seco, sorprendida por su presencia.

— Buenos días, Ashton — sonreí ligeramente, un tanto avergonzada, mientras sacaba los últimos muffins del horno.

Él se ríe mientras se acerca para tomar un muffin, pero justo cuando está a punto de agarrarlo, le doy un golpecito ligero en la mano con la cuchara de madera que suelo tener cerca cuando estoy preparando algo. Su expresión cambia de expectativa a sorpresa en un instante, y su risa se convierte en un gruñido fingido de dolor cuando siente el golpe.

— ¿Por qué me pegaste? Sólo quería uno —se queja, y cuando intenta tomar otro, ruedo los ojos y vuelvo a golpearle — ¡Deja de pegarme, nena!

— Porque no son para ti, Ashton — río mientras cubro la bandeja con papel aluminio, observando cómo abre la boca sorprendido.

— ¿Para quién cocinas estas delicias? —pregunta, cruzándose de brazos con expresión molesta y de sorpresa.

Alcé las cejas con diversión, encontrando la situación intrigante y ligeramente entretenida. La expresión sorprendida de Ashton agregó un toque de humor a la escena, y me pregunté qué estaría pensando en ese momento. Su reacción inesperada revelaba un matiz de molestia por no ser el destinatario de los muffins, lo que aumentaba mi curiosidad sobre su reacción y su interés en descubrir para quién estaban destinados esos deliciosos bocados.

— Cada final de mes, tengo la costumbre de visitar un orfanato para llevarles algo de comer y pasar un rato con los niños — sonrió mientras sostenía la bandeja —. Son unos pequeños encantadores y siempre me alegra ver sus sonrisas. Les he tomado mucho cariño, así que me esfuerzo por estar con ellos cada vez que puedo.

— Eso es realmente maravilloso. ¿Puedo acompañarte? — Sonríe mientras toma la bandeja de muffins. — Podemos ir en mi auto, ¿qué dices, nena?

— ¡Por supuesto! —exclamó, con una sonrisa radiante, intentando disimular la emoción que me embarga.

Después de quitarme el mandil, me tomé un momento para enderezar mi ropa. Opté ese día por una blusa de cuello tortuga que resalta mis rasgos, combinada con unos jeans ligeramente ajustados que realzan mi figura. Completo el conjunto con unos botines que le dan un toque moderno a mi atuendo. Mientras me preparo para salir, me deslizo en una chaqueta de jean para mantenerme abrigada en el fresco de la mañana.

Con gracia, sostengo la bandeja adicional que he preparado, llena de las delicias horneadas que he hecho, y le dedico una cálida sonrisa a Ashton. Él gentilmente me abre la puerta de la cocina con una mano, mientras con la otra sostiene la bandeja que ha llamado su atención. Su gesto amable y caballeroso me hace sentir aún más agradecida por su compañía.

Guardo las llaves de la casa en mi bolso mientras salimos juntos, dirigiéndonos hacia su automóvil. El sol comienza a iluminar el día mientras caminamos hacia el vehículo, y siento una agradable sensación de anticipación por pasar este día junto a él.

— Tu hermano durmió en casa de una chica, la conocimos ayer en una discoteca — menciona Ashton mientras guarda la bandeja en la parte trasera del auto.

— ¿Oh, no te gustó alguna chica? — preguntó en voz baja mientras guardaba la otra bandeja en la parte trasera de su auto.

Ashton cerró la puerta trasera del auto con un suspiro, pareciendo algo pensativo. Me miró con una expresión pensativa antes de responder.

— No, todas estaban para pasar el rato — dijo, su tono un poco distante. Luego, una chispa traviesa brilló en sus ojos y añadió con una sonrisa traviesa — Además, estoy interesado en otra chica.

Mis oídos captaron esas palabras con un latido acelerado, sintiendo un cosquilleo de emoción mezclado con nerviosismo. Intenté parecer casual, pero por dentro, mi corazón estaba en una montaña rusa emocional.

— ¿Sí? —respondí con un murmullo apenas audible, luchando por mantener mi voz firme y controlada mientras subíamos al cálido interior de su auto. El suave clic del cinturón de seguridad se mezcló con el sonido reconfortante del motor al encenderse, llenando el espacio con una sensación de anticipación.

— Sí, hace un mes me han llegado cartas de una chica que se hace llamar "chica misteriosa" — reveló, con un destello juguetón en sus ojos, como si disfrutara de mantener el misterio.

La mención de la "chica misteriosa" hizo que mi corazón diera un vuelco. ¿Podría ser que finalmente estuviera llegando al corazón de Ashton? La incertidumbre me llenó de intriga y ansiedad, pero también de una pequeña chispa de esperanza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.