Caza de Reyes

9. MENTE DE REYES

(Princesa Violet)

Ya estabamos todos sentados en la mesa, todos los platos en sus respectivos lugares, estaba dispuesta a hablar con mi padre sobre mi desacuerdo respecto al matrimonio con el reino de Borrering.

—Baja el libro de la mesa Teia.—Dice mi madre y Teia baja el libro, colocandolo sobre sus piernas.

—Alteza, padre, he pensado en organizar un baile aqui en el castillo, podriamos invitar a muchas personas importantes.—Sugiere mi hermano Enzo—Como el rey y la princesa de Borrering, así tal vez la princesa Violet pueda cambiar de opinión y aceptar su casamiento.

Espera...¡¿Me nombró a mí?! Realmente estaba loco.

—No creo que un baile sea necesario.—Respondo mientras acomodo mis cubiertos.

—Yo creo que sí, así tambien podemos invitar a personas del pueblo, podrán conocer oficialmente a los hijos del rey.—Sigue hablando Enzo—Ya que, no nos han visto jamás.

—Lo del baile podría ser una buena idea.—Responde mi padre—Invitariamos al rey de Borrering y a la princesa también, podemos presentarlos al pueblo oficialmente, Enzo va muy bien en su preparación como heredero al trono, asique siento que sería una buena idea, lo haremos.

—Okay, que emoción por el baile, las puertas se abrirán pero respecto a lo del rey de Borrering me gustaría hablar contigo padre, en privado.—Comento mientras dejo mis cubiertos y volteo a verlo.

—Por supuesto, princesa Violet. —Responde papá asintiendo la cabeza y sonriendome al final.

—Si habrá un baile en el castillo ¿Invitaremos realmente a gente del pueblo padre? —Pregunta Teia algo entusiasmada.

—Claro que sí mi pequeña princesa, gente del pueblo estará con nosotros aqui en el castillo, si quieres invitar a alguien no dudes en decirmelo y le llegará la invitación hoy mismo.—Dice papá.

Después de comer, me dirigí al despacho de mi padre, necesitaba aclarar el asunto del matrimonio de una buena vez. Ya en la puerta, di la señal para que avisaran que estaba por entrar.

—Que agradable tenerte aqui hija mía, luz de mis ojos.

—Padre, necesito hablar de algo contigo.

—Te escucho ma chérie.

—Es sobre el matrimonio con Borrering...Padre yo no deseo casarme, no ahora, soy muy joven, quiero vivir sin estar atada toda mi vida, a alguien que practicamente me compró para que le dé hijos.

—Ma princesse...Yo quiero verte feliz, es lo que más deseo en el mundo para ti. Tu matrimonio con el rey Daniel lo acepté porque dijiste que odiarias casarte con un desconocido y alejarte de tu familia por un extraño que solo te causaría una vida totalmente infeliz, tú y el rey Daniel se conocen desde hace mucho tiempo...Pensé que no sería tan malo, aún que Zovaria y Borrering seamos reinos amigos, no hay algo que consolide aquello, ¿sabes? Quien sabe todo es posible.

—No creo que se atrevan a declararnos la guerra en algún momento.—Respondo algo confundida.

—Tampoco nos vayamos a un extremo, solo digo que todo es posible.

—Padre, te pido de que no me obligues a casarme con el rey Daniel, te lo pido porfavor.

—Cancelar el compromiso será dificil hija mía, tu madre también esta de acuerdo que se realice. Ella enloquecería si se cancela, ya sabes como es.

—Podrías quizás convencerla, ella te escuchará.

—Oh hablar con la reina sobre eso, solo podría acabar de dos maneras y no quiero correr el riesgo hija, seré el rey de esta nación pero la opinión de tu madre...Para mí también es muy importante, ella ha estado junto a mí en todo momento y tu compromiso realmente es algo serio.

Mi padre había tenido desde siempre presente a mi madre en muchos asuntos reales que solo le correspondian al rey, él siempre hizo valer la opinión de mi madre a toda costa, la reina Zirina. La primera reina en la historia de Zovaria en estar tan presente en reuniones con el parlamento o acuerdos reales.

¿Como podría yo convencer a mi madre de que cancele ese compromiso? Ella realmente quiere esto pero yo no.

—Podría intentar hablar con ella, pero no te prometo nada hija mía.

Termino agachando la cabeza, que mi madre cambie de opinión como lo dijo mi padre, sería muy dificíl, tal vez deberia comenzar a resignarme.

Después de unos minutos se pronuncian en la puerta, es Beltrán, el mayordomo de mi padre.

—Majestad, el día de mañana estarán llegando al castillo, los nuevos admitidos para la guardia real que ha solicitado.

—Ok, merci beaucoup Beltrán, vous pouvez partir.—Responde mi padre.

—¿Para que nuevos guardias reales?—Pregunto algo curiosa.

—He decidido tener más refuerzos, asi cada uno de ustedes también estarán custodiados personalmente por un guardia real. Después de lo que sucedió en Borrering, no quiero correr riesgos, moriría si algo les sucediera a ustedes.

Al final termine regresando a mis aposentos, mi padre tenía razón, estaba olvidando lo que habia sucedido en Borrering, algo afuera estaba pasando, podriamos estar corriendo riesgo.

Mi matrimonio con el rey Daniel ahora quedaría en segundo plano.




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