Caza de Reyes

11. FASE 1, BLOQUE B

(Gael)

Me encontraba solo otra vez, desde que había sido alejado de mi familia en Borrering no había podido tener algún tipo de amigo por así decirlo, en sí ni creía que lograría tener uno. Mi nueva misión era ser un infiltrado en el castillo de Zovaria y traté de buscar algun lado positivo de todo esto, pero siempre me han atraído las cosas emocionantes y ser un ayudante de cocina no se escuchaba tan emocionante que digamos.

Madame Beatrice se veía como una mujer incapaz de traicionar a la corona real, pero las apariencias son algo de lo que no te puedes fiar, al seguirla pude conocer un poco sobre los pasillos del castillo, a cada diez pasos había un guardia real, entre tantas puertas gigantes alcancé a ver algo como una biblioteca, un salón repleto de estantes con muchos libros y pude ver a alguien, era una señorita pero no se veía como alguien de la familia real....Era de tez clara y cabellos castaños, vestida con un sencillo tono verde, me le quede viendo por unos minutos hasta que se dio cuenta que la observaba y salió corriendo al instante. Hice como que no vi nada y seguí defrente.

Termine llegando a la gran cocina, un montón de gente trabajando, cada uno con sus tareas correspondientes, yo me preguntaba que me tocaría a mí, ¿pelar rabanos? o tal vez lavar trastes... Fuimos encargados con la sra. Berenice, pero si te preguntas tan solo quién era ella, pues era como una jefa de cocina o algo así, no entendí bien cuando la presentaron pues me quede pensando en quién era la señorita que ví en aquel salón, pero tenía un cargo importante por asi decirlo, ella nos daría nuestros puestos respectivos.

—¿Cual es tu nombre?—Pregunta la señora Berenice, buscando con la mirada que le preste atención—Veo que eres algo distraído, en la cocina necesitamos que tu cabeza siempre este aquí, dime que es lo que sabes hacer.

Realmente en mi vida había preparado algo, creo que con suerte no me moche algún dedo mientras cortabas esparragos, pero si decía que no sabía ni pelar una papa tal vez sería sospechoso, a menos que ella supiera que era un infiltrado, pero no podía arriesgarme.

—Sé hacer de todo, lavar los trastes, picar, pelar, cocinar, hacer postres, mi especialidad las tartas.—Respondí con una seguridad que ni yo me la creía.

La verdad no sabía hacer nada de eso, creo que a las justas lavar, la verdad es que no tuve a mi madre suficiente tiempo conmigo como para que tal vez me enseñe algunas de esas cosas, ella falleció cuando tenía solo 7 años, y mi padre...era un dipsomano que acabó vendiendome al cartel del cual ahora era esclavo de por vida.

—Perfecto, entonces te pondre en el area de preparación, bienvenido a la cocina.—Respondio y me llevó a mi nuevo lugar de "trabajo" que estaba algo repleto de gente.

Todos trabajando con alguna olla, picando, pelando, haciendo mil cosas. Yo no sabía como sobreviviria a tal mentira, ¡Madame Beatrice solo se fue! Es que porfavor la manera en que nos lanzaban a una cuerda floja, y toma el equilibrio rapido si no te quieres caer.

—Te presentaré a alguien que te ayudará a acoplarte a lo que se hace aqui, aunque por tu experiencia tal vez lo tomes todo muy rápido.

¿Experiencia? Estoy muy seguro que de eso tenía totalmente nulo, pero ya vería como me las arreglaría, mientras tanto para la señora Berenice yo era un buen chef.

—Ella es Emma, te explicara cual será tu espacio de trabajo en especifico y tus tareas correspondientes, yo debo ir con los demás a otorgarles sus lugares, tranquilo ella te explicará todo tan bien como lo haría yo.—Dice esto y se va.

Y justo se presenta ante mí una señorita, pero no podía creer lo que mis ojos veían, era la misma señorita de la biblioteca, era ella, la misma tez clara, los delicados cabellos castaños, su sencillo vestido verde que le quedaba tan bien.

—Tú...—Dije al instante que la ví— Tú estabas-...—Automaticamente no me dejó terminar de hablar porque me puso un pan en la boca—¿Que te pasa?

—No digas nada.—Susurra mirando a los lados—Nadie puede saber que estuve en la biblioteca real, no te atrevas a decirselo a nadie o mueres, no es un lugar en el que se me tiene permitido, pero los libros que tienen allí son los más interesantes.

La mire algo confuso, ¿era enserio lo que me decía? Esmás, ¿Me estaba amenazando?

—Okey, no te preocupes no se lo diré a nadie...—Hice una breve pausa para pensar un poco, tenía que sacarle algo de provecho, creo que podría confiarle mi secreto, total estariamos parches—Con una condición, que me ayudes.

—¿Ayudarte? ¿En que podría ayudarte yo?—Pregunta algo confusa.

—No sé mucho sobre cocina—Susurro acercandome a ella para que nadie escuche—Bueno en realidad nada, no sé nada.

—¿Y como se supone que llegaste aquí? Aquí solo entran chefs con buena experiencia en cocina, estás cocinando para nuestros soberanos no para cualquiera.—Dice confundida.

—Es una historia larga, pero puedo guardar tu secreto si tu me ayudas a aprender lo que hacen aquí, si me ayudas yo soy una tumba.

Después de pensarlo un poco termina por aceptar, así ya tenía una aliada en la cocina, no estaría tan solo después de todo, eso era un alivio, y por lo que veo aquí nadie sabía como nosotros habiamos llegado, confiaban ciegamente en Madame Beatrice, lastimosamente al conocer a Emma ya tenía alguien a quién sacarle información sobre la familia real, ese era mi trabajo en realidad, tenía que hacerlo pues tenía los mismos ojos oscuros en la cocina, aquellos que se aseguraban de que hiciera mi trabajo. Tanta presión, pero volteaba a ver a Emma y más que una compañera de cocina me gustaría poder llamarla en un futuro amiga, si tan solo ese futuro existiera pues era cuestión de horas para que toda paz acabe.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.