Capítulo 10

—¡Ven y dímelo en mi cara!—grito Magie para defender a su amiga, pero aquellos chicos ni siquiera se dignaron a detener el auto en el que viajaban, simplemente las ignoraron, ya que, no valía la pena ponerse a discutir con dos chicas, al menos estando en pleno corazón del pueblo de Grave Hills. Arreglarían cuentas en otra ocasión.

Magie se volvió hacia Tessa, quien simplemente arrugo el ceño para dedicarles una mirada mordaz, deseando secretamente que la lluvia de la noche anterior fuese lo suficientemente resbalosa para que ese estúpido auto se volcara en el camino.

—No les hagas caso—expreso Magie con el fin de amortiguar los sentimientos que seguramente su amiga estaba sintiendo en esos momentos— ellos no saben lo que paso, tú no hiciste nada malo...

—Tampoco mi padre, pero está en la comisaria—le recordó con cierto desdén, cosa que impacto un poco a Magie, solo entonces, Tessa, al ver el rostro de su amiga, comprendió que estaba siendo injusta con la persona equivocada— perdón, es solo que la gente de este pueblo nunca va a aceptar la verdad, para ellos siempre seremos los locos y ahora asesinos. 

Tessa comenzó a caminar lejos de Magie con dirección hacia la oficina de la compañía telefónica del pueblo, ignorando el almuerzo que su amiga había comprado para ella. Magie la observo caminar hasta ver a donde se metía, ya que intuyo que tal vez necesitaría ayuda, aunque por supuesto con el humor que tenía seguramente no aceptaría la suya.

Una pequeña campana advirtió la presencia de Tessa cuando entro en la oficina, la cual además de ofrecer comunicación telefónica fija, también ofrecía un nuevo estilo de radios de comunicación, ya que en ese sitio alejado de la civilización no cabían los teléfonos móviles porque simplemente no funcionaban.

Tessa observo los modelos de radios mientras avanzaba hacia el mostrador, se dijo a sí misma que de haber tenido uno de esos, quizás su padre no estaría metido en problemas, es decir, si al menos Magie también tuviera uno, no tendría la necesidad de usar el teléfono, pero ya que esos radios eran bastante costoso borro la idea de su mente y toco la campana para llamar la atención de algún empleado en la bodega.

—¡Enseguida le atiendo!—grito una chica desde una puerta medio abierta, realmente parecía ser la bodega

Tessa espero pacientemente un par de segundos hasta que finalmente la empleada emergió de aquella puerta, pero al verla. Tessa no sintió tranquilidad o gusto de ser atendida, ya que se trataba de Olivia Harris, una chica de su clase a la que ella misma había estado evitado, precisamente para no meterse en problemas innecesarios.

Olivia u Oliv, como sus amigos solían decirle, alguna vez había sido una chica sencilla o al menos así la recordaba Tessa, hasta que en cierto punto de su adolescencia había decidido cambiar su rubia cabellera por un tono negro profundo, además se había perforado la nariz y el labio, usaba maquillaje gótico y el peinado era algo así como un nido de pájaros revuelto en su cabeza en el cual solía añadir un bolígrafo en caso de necesitarlo. Para Tessa, Oliv había sido por mucho tiempo el sinónimo de peligro, pero en ese momento, le parecio que los papeles se habían invertido, de la noche a la mañana.

—¿En qué puedo ayudarte?—cuestiono Oliv mirándola de arriba abajo, no podía creer que después de todo lo que había escuchado en el instituto, Tessa se dignara a aparecerse por el pueblo como si nada hubiese ocurrido.

Oliv, era una de las tantas personas que pensaban que el padre de Tessa era un loco, por supuesto, no al punto de matar, pero estaba orgullosa de sí misma de haber tenido la razón todo ese tiempo y es que Oliv creía mucho en la adivinación de las cartas, los talismanes y la energía que las personas emanaban. Ella se sentía prácticamente una bruja verdadera, aunque en realidad no tenía tiempo para practicar porque debia ayudar a su padre en la oficina de teléfonos después del instituto.

—Me gustaría saber cuanto costaría reparar una línea—expreso Tessa sintiéndose completamente incomoda al ser observada de cierta forma despectiva por Oliv.

—¿Qué línea?—cuestiono Oliv siguiendo el protocolo de preguntas para poder brindar el servicio, aunque sin dejar de observar a Tessa, ya que había escuchado muchos rumores, unos más extraños que otros, pero quería averiguar por sí misma si esos rumores eran ciertos, si ella había ayudado a su padre a matar a Avery.

—Línea 81—informo Tessa mientras Oliv tecleaba algunas palabras en un ordenador viejo, el cual emitía extraños sonidos.

La pantalla de Oliv indico que la línea 81 estaba completamente desconectada, lo que indicaba que la conexión había sufrido un desperfecto, es decir, un daño físico que desconecto la comunicación.

—¿Sabe si la conexión física sufrió algún daño físico importante que debamos saber?—cuestiono Oliv levantando la vista de la pantalla por unos segundos.

Tessa alzo las cejas al recordar el cómo había quedado la línea a su casa. ¿Cómo se lo explicaría?

—Sí, me parece que la tormenta derribo el poste—se dignó a decir omitiendo lo que realmente había sucedido porque en realidad no tenía idea de lo que había pasado en ese lugar tan cercano a su casa. Aún tenía la duda del cómo era posible que no hubiese escuchado el cómo prácticamente la madera había explotado porque daba la impresión que había sucedido así. Tessa intuía que había sido culpa de un trueno, pero en realidad no estaba muy segura.

Oliv volvió la mirada hacia el monitor de mala gana para anotar aquel inconveniente en el registro.

—Ya que solo hay una sola línea registrada bajo esa conexión, el total a pagar por la reparación de la línea es de trescientos dólares—informo Oliv.

—¿Qué?—dijo Tessa alzando la voz— ¿Como que trescientos dólares?

—El costo podría ser mucho más barato si hubiera más registros conectados, pero ya que son los únicos y además de eso tienen el descuentos de empleados, cubrir el gasto de la reparación corre a su cuenta—expreso Oliv mostrándose algo incómoda ante esa situación, pero no es que ella pudiera o mejor dicho quisiera hacer algo por ella.