Tessa de pronto se sintió un extraño escalofrío recorriendo su espalda, un torrente eléctrico que la desconcertó al percatarse que aquel sujeto la miraba con cierto interés. Se trataba de un hombre alto, fornido, de tez bronceada y unos atrayentes ojos verdes, era como perderse en un campo amplio donde el sol acariciaba su piel, o al menos así lo pensó Tessa, ya que el tipo no solo no dejaba de observarla, sino que de igual forma, era atractivo y al menos, durante toda su vida en ese pueblo, nadie la había observado como él. ¿Quién era?
—O-oye...—musito Tessa luego de apartar la mirada de aquel tipo, con las mejillas completamente enrojecidas. Interiormente, agradeció que el sitio tuviera poca iluminación o de lo contrario, se habría avergonzado aún más si aquel sujeto la descubría— tal vez este en la parte trasera.
Magie frunció ligeramente el ceño, para después volver hacia Tessa y rodar los ojos un tanto molesta por el comentario que bien podía ser una verdad, puesto que ambas sabían que el hombre que atendía tenía una novia que de hecho trabajaba como bailarina en un centro nocturno en el pueblo vecino, unos kilómetros hacia el sur de Grave Hills, por lo que ese tipo, cada vez que tenía la ocasión, tomaba el teléfono y se ponía a platicar con ella durante horas y varias veces, había sucedido que al irse a la parte trasera del lugar, muchos chicos habían aprovechado su ausencia para sacar alguna que otra cerveza para embriagarse de verdad. Si Tessa y Magie estaban en lo cierto, eso significaba que en ese momento no las atendería a menos que una de las dos fuera a buscarlo.
—Maldición— bufo Magie soltando un suspiro desganado—¿Acaso no puede estar una maldita noche sin tener que hablar con su novia?
—Supongo que debe ser muy bonita como para tener que vigilarla a todas horas—supuso Tessa, ya que si era una bailarina, seguramente tenía muchos hombres detrás de ella, así que su novio únicamente estaba tratando de prestarle la atención necesaria para no ser reemplazado por alguien más.
—Sí, pero que culpa tenemos nosotras—se quejó Magie agachándose para pasar debajo del mostrador.
—¿Qué haces?—pregunto Tessa un tanto asombrada por la audacia de su amiga.
—Aguarda aquí por si vuelve, voy a buscarlo y a decirle una que otra verdad—indico Magie mientras tomaba su camino rumbo a la puerta que decía: "Solo personal autorizado"
Tessa no dijo nada, puesto que de pronto se sintió observada, aquel sentimiento electrificante volvió a envolver su cuerpo, fue como estar debajo de una helada lluvia que erizaba su cuerpo y alteraba sus sentidos. Enseguida se preguntó porque su cuerpo reaccionaba así ante esa mirada verde, porque no había forma en que alguien más que ese sujeto estuviera observándola.
Rara vez solía pasar alguna cosa grave en el pueblo como la muerte de Avery, pero desde muy pequeña, Tessa supo que siempre debia tener mucho cuidado con los desconocidos o incluso conocidos, sobre todo hombres que la observaran justo como aquel sujeto.
Se sintió como un pequeño ratón acorralado por un gato que estaba dispuesta a devorarla, pero justo cuando giro levemente la mirada para confirmar si ese sujeto realmente la miraba como ella sospechaba, algo extraño ocurrió. Se escuchó un extraño ruido, algo así como el rugido de un oso.
Para Tessa fue como aquel rugido que había escuchado en el bosque, pero en esa ocasión fue mucho más aterrador y no solamente por el sonido que había emitido aquel animal, sino porque aparentemente nadie más lo escucho. Los chicos del otro lado del club seguían divirtiéndose como si nada y Magie y el hombre que atendía el mostrador, iban llegando del exterior, discutiendo el uno con el otro; sin embargo, al volver la mirada hacia el sujeto del otro lado de la barra, Tessa se percató que ese hombre también lo había escuchado, ella no estaba loca.
—No habría entrado si tú hubieras estado donde se supone que debes estar—se quejó Magie con el sujeto, quien parecía estar completamente disgustado con ella por entrar sin permiso a la bodega donde se encontraba un teléfono pegado a la pared desde donde podía hablar con su novia sin todo el ruido del club.
Fue tan solo un segundo en el que Tessa desvío la mirada de aquel sujeto, pero solo eso basto para perderlo de vista, como si él nunca hubiese estado ahí y tal vez de no ver el tarro de cerveza y una propina justo donde ese hombre había estado sentado, Tessa lo habría creído.
—¿Cómo lo hizo?—se preguntó en voz alta mientras buscaba en todas direcciones el paradero de aquel sujeto, pero simplemente no lo hallo por más que busco.
—Bueno, ya. ¿Que es lo que quieres?— volvió a escuchar la discusión que su amiga estaba teniendo con el empleado del lugar y por muy desconcertada que estaba por la forma en como aquel hombre se había marchado, tuvo que volver a la realidad y tratar de tranquilizar a Magie antes de que se metiera en problemas innecesarios.
—Quiero saber si conoces a este sujeto—cuestiono Magie girando a ver a su amiga para que Tessa se animara a sacar la fotografía, pero ella ni siquiera supo exactamente a que se estaba refiriendo.
—¿Qué?—expreso Tessa avergonzada por no poder seguir el hilo de aquella conversación, situación que causo el enfado de su amiga.
—La fotografía—le indico Magie entre dientes—sácala.
—¡Oh, sí!—dijo Tessa mientras deslizaba aquel pedazo de fotografía que ambas habían encontrado en el bosque, pero aquel sujeto, apenas la miro.
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Editado: 06.04.2024