Vania
Nunca había tenido tiempo de detenerme a ser una mujer como y corriente desde que tenia catorce años Susana se responsabilizó de mi sabiendo que tenía que continuar con el legado de mi familia mi madre había sido una de las mejores cazadoras de demonios en la Academia conoció a mi padre juntos formaron un hogar y años después todo lo que construyeron fue, destruido por Nathaniel
Detenida al frente de la heladería en Suiza observo cómo las personas continúan con su vida normal una chica esta de pie junto a su novio mientras hacen fila y del otro lado en una mesa ahí un par de chicas, sacándose selfies muy contentas, a veces imagino que soy una de ellas pero para eso tendría que volver a nacer
— ¿ Disculpa si vas a entrar? — musita una chica
— No sólo estaba mirando nada más — que tengas un buen día — Me despido y ella hace lo mismo con una sonrisa en su rostro
Saco el móvil de mi cartera mandándole un mensaje a mi única amiga en la ciudad , Elena
Junto a ella me tendré que escabullir esta noche en la discoteca donde estará Alexander
Nunca entendí con que finalidad me había atraído hasta Transilvania si su plan siempre fue matar a celine tuvo tiempo de hacerlo en Pensilvania, quizás su objetivo solo fue hacerme sufrir
— ¡ Vania! — grita elena cruzando la calle — trae puesto un vestido negro con escote y la cabellera de dos colores haciendo que sonría
— Te dije que me esperaras en la heladería estoy muriendo de calor ¿ vamos por un sorbete?
— Tenemos trabajo que hacer — contesto — esta noche podremos tomar unos tequilas
— Tengo el plan perfecto — ¿ quieres escucharlo? — te convendrá hacerlo vania
Inclinó mi cabeza para escuchar su famoso plan sacandome una carcajada con todas las incoherencias que dice
— Alexander no es idiota Elena — Si el nos encuentra nuestras Cabezas rodarán — Y mi venganza estará acabada
— No es la primera vez que entró a esa discoteca conosco a uno de sus guardias
— ¡ Te acostaste con el ! — Me cubre la boca fijándose si alguien nos escucho pero no veo a nadie
— No es como todos los demonios vania es distinto, deberías hacer lo mismo y dejar de lado tu discriminación
— ¿ Estas escuchando lo que dices? — todos los demonios son iguales Elena y si sigues con eso terminarás igual que mis padres
— El te ayudará a llegar a Nathaniel esta noche pero sólo tendrás diez minutos — si te atrapan deberemos correr —
— Ahora vamos a la peluquería yo invitó tendrás que cambiar el color de tu cabello para que no sea tan fácil de identificar
Se sujeta de mi gancho caminando como si fuera una modelo y solo le sigo la corriente, aunque estuvimos distanciadas puedo ver que mi amiga no ha perdido el toque todavía tiene un tornillo suelto
— Bienvenidas — ¿ que desean? — Les aviso que estamos teniendo un descuento de cincuenta % solo con pago en efectivo
Elena y yo miramos a la chica con acento colombiano observando lo hermosa que es
Y por un momento había olvidado que me cambiarían por completo
— Mi amiga quiere cambiarse el color del cabello — pero debes mantener el largo — no es necesario el descuento tengo dinero de más para pagar
Quedó boquiabirta con el fajo de euros que saca Elena, honestamente no sabía en que trabajaba pero incluso yo con un año de salario no podría reunir tanto
— El rubio es el mejor de los tonos, con el color de tu piel te veras muy bien
Voy al sitio en donde me comienzan a peinar el cabello antes de empezar a preparar la mezcla de color esparciendolo por todos lados.
— ¿ De donde vienen? — pregunta la colombiana
— Soy de Pensilvania — contesto — ¿ Y tu eres de Colombia verdad?
— ¡ Si! — Mi madre es colombiana y mi padre de Suiza se conocieron en un viaje ella era azafata
— Yo soy de acá — responde Elena — siguiendo con la conversación
Cierro los ojos relajada y solo escucho como ellas siguen hablando de una que otra cosa
— Pasa por aquí debo enjuagar — paso de un lado a otro confiando en el proceso si Alexander me ve y no me reconoce quiere decir que el cambio quedo muy bien
Después de unos minutos procede a sacarme el cabello y veo el color en el espejo es un rubio platinado, la peluquería tenía razón el color me asienta y veo con orgullo lo bien que hace un cambio de vez en cuanto