Fue un trayecto agradable, entre la niebla y las gotas de lluvia cayendo sobre su rostro, Jon se sentía cómodo.
Llego al supuesto hotel; la fachada corroída por la humedad y un cartel destartalado donde ponía hostal, La vieja ruina, mostraba claramente que mintió bellacamente a la mujer de cabellos rubios.
Entró en el lugar; paredes descolchadas, una lámpara de araña donde solo tres bombillas iluminaban el descansillo, daba claramente la imagen de un sitio sombrío y abandonado, exactamente lo que a Jon le gustaba.
Se acercó a la recepción dando las buenas noches al tipo canoso desaliñado que miraba una televisión pequeña y anticuada, la cual recibía señal de una antena sujeta a un ventilador de aspas medio descolgado, subió las escaleras haciendo crujir las tablas encaminándose a la habitación n.13 la cual había reservado esa misma noche.
Al llegar a la puerta acerca su oído a la madera intentando captar algún sonido, acto seguido introduce la llave haciéndola girar despacio haciendo el menor ruido posible, tantea en su lado derecho buscando a ciegas el interruptor de la luz.
Ya dentro del cuarto se quita la gabardina, la cuelga en el gancho que sobresale de la puerta y se pone a observar esa ratonera minuciosamente.
Frente a él una cama de una sola
persona con un colchón deformado por el uso, al lado derecho una ventana con un marco oxidado que parece muy endeble, sujeta por un pequeño pestillo, junto a la cama una mesilla con el cajón descolgado y una lamparilla sin bombilla y a su izquierda un armario robusto con la puerta entre abierta.
Jon se acerca a la ventana, la abre de par en par y asomándose, observa que tiene poca altura y da a un callejón el cual no tiene salida por el lado derecho donde se encuentran unos cubos de basura, únicamente dando cobertura de salida por el lado izquierdo que da a la avenida principal, la deja abierta acercándose a la mesilla apoyando en ella el paraguas, saca el móvil de su bolsillo dejando el flash encendido y lo mete bajo la almohada.
Mira el reloj detenidamente y pasados 10 minutos...
—5,4,3,2,1—Eureka susurra Jon—
En la planta baja se comienza a escuchar
Un jaleo tremendo, risas y chismorreos acompañado de algún que otro golpe.
—Hola guapo, una pregunta, ¿ha venido por aquí un tío alto con una gabardina oscura?—Dice Cris al recepcionista—
—eh...sí..., creo que sí..., pero, ¿quién pregunta?, no puedo dar ningún dato de mis clientes—Contesta el tipo canoso.
Una mano rápida y precisa agarra del cuello al recepcionista elevándolo por encima de la consigna, quedando totalmente pálido.
—a ver, creo que no me has entendido, mis amigas y yo queremos saber en qué puta habitación se encuentra tu cliente y como no me lo digas en este mismo momento, haremos un festín con tus tripas,¿ha quedado lo suficientemente claro?—dice Cris con los ojos inyectados en sangre y sobresaliendo por la comisura de sus labios unos finos dientes—
—En la 13, está en la 13—confiesa el recepcionista orinándose encima—
—Gracias— responde Cris, lanzando al hombre hacia sus dos amigas—
—matarle, este es el aperitivo, el plato principal lo cataré yo primero—
Las dos chicas sin pensarlo clavan sus dientes en el cuello del hombre, desmembrando por la excitación piernas, brazos seguido de la columna vertebral, dejando la consigna teñida de rojo y vísceras.
La rubia ya en la primera planta se dirige hacia el final del pasillo donde se encuentra la habitación n.13, golpeando con los nudillos en la puerta.
—no he pedido nada gracias—Dice Jon—
—¿estás seguro que no?, en la tarjeta que dejaste entre mis pechos ponía esta dirección y no vengo sola, mis amigas también querían conocerte... y disfrutarte—dice Cris con voz melosa.
—eres tú, te has decidido a venir, ¿y con compañía?, creo que esto se va a poner interesante—responde Jon abriendo despacio.
Antes de escucharse el primer chirriar de la puerta, un fuerte estruendo la deja casi descolgada del marco, abalanzándose la vampira sobre Jon cayendo los dos en la cama al tiempo que las amigas de Cris se introducen por el lado donde se encuentra el armario.
—por lo menos déjame que me desabroche los pantalones, ¿no crees?—
Dice Jon de forma burlona.
—Dejate de tonterías, sabemos quien eres cazador, ¿piensas que somos idiotas?, se os huele a la legua, apestais a prepotencia—dice la rubia mostrándole los dientes.
—¿cazador?, creo que te confundes...,¿de verdad apesto?, menuda mierda de desodorante—dice Jon indiferente.
—Aquí se termina la caza, pero me siento nostálgica y te voy a dar la oportunidad de que pidas un último deseo, ya que eres muy mono— le dice Cris a Jon haciendo una señal de stop a las otras dos vampiras.
—¿de verdad?, pues puesto que lo mencionas sí que quiero un último deseo—Le susurra Jon al oído.
—pide por esa boquita—susurra Cris.
—Quiero un pastel de carne— grita Jon
—¿qué coño dices?, ya se te ha ido la cabeza—comienza a reír la rubia a carcajadas.
—Va a morir y lo que quiere es un puto pastel de carne—Le dice Cris a sus amigas sin poder parar de reír.
—¡si joder!, quiero un jodido pastel de carne y lo quiero ya, has oído, lo quiero, ¡ya!
—tú serás nuestro pastel de carne cazador— dice Cris acercando sus colmillos al cuello de Jon.
Jon lleva su mano bajo la almohada sacando el teléfono y apuntando con el flash de luz ultravioleta a la cara de la vampira, haciéndola saltar del dolor.
— ¿quién ha pedido un pastel de carne?—grita una voz femenina desde la puerta apuntando con una ballesta a la morena y la pelirroja que están junto al armario.
—Zorras, nadie os ha dado permiso para tocar a mi hermano—grita Melinda.
Lanzando dos estacas contra ellas impactándole una de lleno en el corazón de la pelirroja clavándola en la pared y la otra impactando en el hombro de la morena, Jon rodando sobre su cuerpo agarra el paraguas sacando de su interior una hoja brillante plateada y con un movimiento rápido y certero decapitando a la morena.
Cris, al ver el revuelo y como sus dos amigas se desintegran en cenizas ante los ataques, salta por la ventana con un grito de rabia y furia.
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Editado: 11.03.2022